MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
30 DE ABRIL DE 2014
El Espíritu Santo
Hijos míos, preparad con
humildad, con amor, con fe, con confianza y esperanza vuestros corazones para
poder fundirlos todos en el fuego de mi amor, hijos míos.
Pero os tenéis que vaciar
de vuestro yo, de la soberbia que lleváis en vosotros, cada uno y cada una, de
las cosas del mundo, de todo lo que no venga de Mí, el Paráclito, del Padre y
del Hijo, hijos míos.
Dejad hacer al Paráclito
en vuestros corazones, que me ponéis resistencia cuando hacéis lo contrario a
lo que os decimos, hijos míos e hijas mías
Mirad que está en puertas
el segundo Pentecostés, mirad que os quiero preparados y preparadas, no sea que
os pase como a las vírgenes necias del evangelio, que lo dejaron todo para el
fin y ya no hubo tiempo para ellas.
Sed como las vírgenes
dóciles del evangelio, ellas si que tuvieron sus lámparas encendidas, el aceite
preparado para el día que venia su señor, el esposo, día a día fueron
laborando, se fueron entregando cada día más a su creador, se fueron, hijas
mías e hijos míos, cada día más, acercándose, injertándose más en su señor .
Por ello, no les costó
estar preparadas para recibir al esposo, a su Dios, padre, hermano, amigo,
salvador, redentor y esposo de las almas que se consagran enteramente a El, a
Mi, y al Padre, porque los tres somos uno, hijos mías e hijas mías
Renunciar a todo lo que no
venga de Mí, renunciar a las cosas del mundo que no traen nada más que
tiniebla, oscuridad y muerte.
Sed lámparas en medio de las tinieblas, sed
luz donde vengan los hermanos, hijos míos e hijas mías, atraídos por la
luz de Cristo en vosotros, del Paráclito y del Padre, y encuentren la
vida y abandonen la muerte en la que se encuentran retornando a Dios.
No es difícil hacer lo que
os pedimos, esforzaros un poco y lo demás se os dará por añadidura.
Sé que nada podéis por
vosotros mismos, que todo lo podéis en vuestro Dios creador, pero el Padre, el
hijo y el Paráclito que es el que os habla quiere vuestro esfuerzo. Y yo haré
el resto en cada uno y cada una de vosotros.
Sin esfuerzo no se puede
lograr nada, hacer oración, sacrificio y ayuno los que podáis, los que estéis
con medicamentos estáis exentos de ellos pero podéis privaros en los días que
os voy a decir de algo que os guste mucho porque ello cuesta más que estar a
pan y agua todo el día, hijos míos e hijas mías.
Quiero que ayunéis dos
días a la semana, miércoles y viernes, en honor al Paráclito, el que os está
hablando, pidiéndome que ablande a los corazones en el fuego de mi amor que es
la conversión de los pecadores y pidiéndome que el fuego de mi amor inunde el
purgatorio. Y este fuego de mi amor reduzca las condenas y libere a muchas
almas de él.
Me pediréis la paz en
todos los pueblos y en todas las naciones, estas misma peticiones la haréis los
viernes, en el ayuno, pero en honor a la
segunda persona, a vuestro Jesús, llagado, desgarrado, crucificado, abofeteado,
ultrajado y a los dolores de mi
amadísima esposa la Inmaculada Concepción María, el templo vivo de la Santísima
Trinidad.
Hacerlo y ello os ayudará
también a vosotros y a vosotras a que cueste cada vez menos hacer nuestra santa
voluntad.
La Virgen
Yo estoy aquí para
ayudaos, soy vuestra Madre, recordarlo, estoy con los brazos abiertos,
extendidos a vosotros y a vosotras, para acogeros en ellos.
Si flaqueáis pedirme
ayuda, pero con el esfuerzo también, que yo os ayudaré. Pero venir.
Una madre quiere lo mejor
para sus hijos.
¿Cómo Yo, la inmaculada, la Madre del Hijo de Dios, la Hija del
Padre, la Esposa del Paráclito, que en ello soy toda perfección, porque en Mi
no ha habido mancha alguna, ni pecado alguno, no os voy a ayudar?
Si una madre buena ayuda a
sus hijos, ¿cómo Yo que os di a mi Divino Hijo, y también dije mi si y lo
entregue a la cruz por amor a vosotros, como no os voy a ayudar, hijitos míos e
hijitas mías?
Confianza, confianza,
confianza os pido.