MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
19 DICIEMBRE DE 2017
Jesús
Poner todos en vuestros hogares un nacimiento, aunque
sea pequeñito, por agradecimiento a vuestro Jesús, que se hizo hombre por amor
a todos vosotros, en memoria y agradecimiento al sí de mi Madre y vuestra, que
sin su sí, no hubiera sido posible la redención.
Y en memoria y agradecimiento a San José por haber
creído y haber aceptado ser el padre putativo, al que quiero infinitamente. El
más grande de todos los santos y el más amado por la Trinidad, mi Madre y
vuestra.
Acudid a él y os ayudará y cuidará si vais con amor y
confianza como me amó y me cuidó a mi cuando era pequeño, fui creciendo hasta
que fue llamado por el Padre cuando yo tenía la edad de 30 años.
Vivir mi nacimiento como verdaderos hijos de Dios y
no con embustes en la noche de mi nacimiento con grandes comilonas y bebidas y
vivir estas navidades austeramente. Y creer que, en esta noche, mi pobre madre
y mi pobre padre no pudieron encontrar un lugar calentito donde pudiera yo
nacer, sino en una cueva fría, solo con el calor de mis padres y los animales
pude recibir y más tarde el de los pastores que fueron avisados por el ángel.
Cuando fueron a verme y otras almas santas y
sencillas de los contornos que se enteraron de mi nacimiento.
También Gabriel fue a decirles al buena nueva y con
mucho amor y humildad vinieron a adorar al rey de reyes que había nacido en una
cueva para daros ejemplos de humildad y daros ejemplo que con poco se puede
vivir, y vosotros, hijos míos, que tenéis más que Jesús, cuando estuve entre
vosotros que a la más dificultad os ponéis abajo porque estáis acostumbrados a
vivir en la abundancia. Pero teniendo un techo donde vivir y lo necesario para
vuestros cuerpos y vestidos y pagar los gastos de luz, agua, etc, tenéis que
tener bastante. Que muchos estáis agobiados y nada os llega por meteros en
gastos innecesarios.
Tomar ejemplo de la Sagrada Familia y empezar a vivir
como ella con humildad, caridad, amor y pobreza.
Con lo necesario para vivir y renunciar a todo lo
demás porque si no, hijos míos, lo vais a pasar muy mal.
Y acordaos de los que tienen menos que vosotros y
ayudarlos a cada uno según vuestras posibilidades. Y si alguien os pide dar y
no calmar vuestras conciencias con que si os engañarán o no lo necesitan.
Juzgar, lo juzgo yo.
Y vosotras, madres, no ser tan blandas y enseñar a
vuestros hijos a vivir con lo necesario que vuestros hijos tienen más de lo que
necesitan y nunca se sienten saciados.
Y la mayoría os sacrifican, hijos míos, y llevan a
algunas madres a pasar necesidades.
Si lo necesitan para comer darlo, para más comodidad,
para caprichos, vicios y demás porque de ello también os pediré cuentas, hijos
míos.
Los hijos que han formado una familia al igual que
los que se han independizado tienen que aprender a valerse por ellos mismos y
arreglarse con los sueldos que ganen, no vivir por encima de sus posibilidades,
sacrificando a sus padres.
Y ahora, la bendición de San Gabriel, de mi Padre
putativo, San José, de mi Inmaculada Madre y vuestra y de vuestro Jesús Niño
desciende sobre todos vosotros y todos quedáis bajo los cuidados de la Sagrada
Familia y San Gabriel que os ayudarán.