Vistas de página en total

martes, 21 de enero de 2020

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


25 NOVIEMBRE DE 2019



San José 
Hijos míos, vuestro padre José junto con Miriam, mi esposa, y nuestro divino Hijo, el Infante Jesús, nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado para honrar, adorar, glorificar y amar a la Sagrada Familia. Por los corazones de mi divina esposa, Miriam y mi divino Hijo Infante, Jesús.
Os vengo a recordar la primera vela de adviento: la fe.
Creer contra toda desesperanza, en los problemas, adversidades, enfermedades, en todos los dolores y sufrimientos.
Mirar, vuestro padre José, a mi, no me fue ahorrado ningún dolor pero todo lo llevaba en el amor al Padre y a mi divino Hijo, el Infante Jesús.
Y, en verdad os digo, el que ama verdaderamente a Dios sobre todas las cosas, todas sus adversidades, problemas, dolores, enfermedades y sufrimientos, la fe  hace que lo lleve con amor y con alegría. En medio de todo ello.
Así lo llevé yo, así lo llevó Miriam, vuestra Madre Inmaculada y el divino Infante Jesús. Puesto todo en Dios no es suficiente sufrimiento por muy desgarrador que sea, creyendo y amando a Dios que esas almas en su corazón y en sus semblantes no lleven la alegría, 
Así lo llevó también Maria, mi esposa inmaculada, Miriam. Y, el divino infante, hijos míos e hijas mías.  
La fe es una gracia de Dios Padre para cada alma pero la tenéis que cultivar con el amor a Dios sobre todas las cosas y creer aún en medio de toda desesperanza.
No veniros nunca abajo y ser nuestro ejemplo. 
Sin fe, sin confianza, sin amor y sin paz en el corazón y en el alma no se pueden llevar bien las cruces que cada uno y cada una tenéis que cargar cada día.
Si tenéis a Dios con vosotros, ¿por qué tenéis que estar tristes en medio de todas vuestras aflicciones, dolores y sufrimientos?
Vivir en paz dejándolo todo en vuestro padre José, en vuestra Madre Inmaculada, María, y en mi divino Hijo, Jesús. 
Y, viviréis felices y cercanos a Dios porque seréis solo uno con Él y Él con vosotros. 
La alegría tiene que habitar en las almas, en el interior y en el exterior de los que se llaman hijos de Dios.
Id en el corazón de la Sagrada Familia contentos y felices. De ayudar a mi divino Hijo a llevar parte de la cruz, esa cruz que vosotros cargasteis y cargáis continuamente a los hombros de mi Hijo y llevarla con alegría, llevarla con amor, con fe, con paz, con confianza, esperanza y amor, hijos míos. 
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


22 NOVIEMBRE DE 2019




Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre se ha hecho presente formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados corazones. 
Gracias a todos los que habéis venido a honrar, amar, adorar y a reparar a vuestra Madre en la advocación de Nuestra Señora de la Preciosa Sangre y a mi Hijo crucificado por vuestros pecados y los pecados de la humanidad y a su sagrado corazón dolorido.
Hijos míos, termina este domingo el tiempo ordinario para pasar al Adviento.
Cada semana encenderéis vuestras almas y vuestros corazones con la luz de estas cuatro gracias tan grandes que os he mencionado. 
El lunes encenderéis vuestro corazón y vuestra alma con la luz de la fe. Practicar la fe en vosotros y en los demás.
La próxima será la luz de la paz y llevaréis la luz de la fe y la paz y ejercitaréis de manera especial la paz en vosotros y pediréis la paz para vuestro entorno y familiares y para todas las almas.
La próxima la esperanza igualmente, hijos míos e hijas mías, la encenderéis la tercera vela en vuestra alma y en vuestro corazón.
Practicando la esperanza para vosotros, para vuestros familiares y para todas las almas, pidiéndola para todas las almas y para todos vuestros familiares, hijas mías e hijos míos.
Y, la última, el amor, encenderéis esta vela en vuestra alma y en vuestros corazones en la llama de amor de mi Inmaculado corazón y del sagrado corazón de mi divino Hijo y practicaréis el amor junto con las tres velas y virtudes anteriores y pediréis el amor de Dios que venga a habitar los corazones de vuestros familiares y el corazón de todas las almas del mundo entero.
Estas serán las velas de adviento de este año, hijas mías e hijo mío.
Consolar nuestros corazones en este adviento y prepararos para recibir a mi divino Hijo, vuestro Jesús, el 25 de diciembre. Tiritando de frío por la dureza y el hielo de tantos y tantos pecadores.
Vosotros seréis el calor que reciba mi divino Hijo y el amor supliendo con ello, hijas mías e hijo mío, el desamor, el hielo, el pecado, la abominación de este mundo, de tanta ingratitud de la mayoría de nuestros hijos, en vez de darnos amor nos clavan espinas y dan latigazos a mi divino Hijo.
Y, lo vuelven a clavar en la cruz.
Estas navidades sean para vosotros, en verdad, la celebración del nacimiento del Hijo de Dios, del Hijo de vuestro Padre Celestial que se hizo hombre para enseñaros el amor, para enseñaros como comportaros y corregiros, para daros instrucciones que están en los Evangelios de cómo caminar cada día. Y, para redimiros del pecado y obteneros la salvación eterna, hijos míos.
Id en la paz y el amor de nuestros Sagrados e Inmaculados corazones. 


MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


12 NOVIEMBRE DE 2019



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Dolorosa se ha hecho presente en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Hijos míos, mi Inmaculado corazón llega a vosotros desgarrado de dolor, agonizante de tanto dolor por el comportamiento de los hombres y por los pecados de la humanidad.
Nos hemos manifestado y nos manifestamos por toda la tierra pero el hombre no cambia, no cree en nuestras manifestaciones y sigue viviendo empedernido en el pecado.
Incluso los que se llaman nuestros no cumplen ni llevan a cabo los consejos y enseñanzas que damos en nuestras manifestaciones.
La mayoría de ellos que se llaman, los llamáis nuestros. 
Se que el hombre es débil y cae pero con nuestra gracia se levanta e intenta seguir fiel a mi divino Hijo en sus huellas. Esas huellas ensangrentadas que llevan a la salvación. 
Pero la mayoría sigue obstinado en su miseria, en sus pecados y no sigue nuestras enseñanzas y nuestros consejos.
Por ello, todo lo profetizado por el bien vuestro y de las almas se va a dar en breve, hijos míos.
¡Que dolor sienten nuestros corazones! por vosotros, por el dolor del género humano y por dolor que nos provocan estos hijos rebeldes y crueles que por más que hemos dicho y decimos no hacen caso y recibimos desprecio, olvidos y bofetadas y nuestros corazones se desgarran.
Ante tanto dolor de ver cómo esta humanidad, la mayoría camina al borde del abismo. 
Hoy les entrego la corona de espinas que me habéis puesto en las manos para que reparéis en ella nuestros corazones, vuestros pecados, los pecados de vuestros familiares y los pecados del mundo entero.
Sólo temer si no hacéis las cosas bien a mi Hijo juez cuando, hijos míos, estéis en su presencia.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


25 OCTUBRE DE 2019



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Mamá del cielo junto con mi puro y casto José y el divino Infante nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones. 
Y dedicado a honrar, a venerar, a glorificar y a adorar a la Sagrada Familia. A Jesús, a José y a vuestra Madre Miriam.
Os vuelvo a pedir que oréis mucho por las familias.
Una mayor parte de las familias están destruidas y nuestros corazones se desgarran al ver tanto dolor en estas familias. Tras vivir al margen de mi divino Hijo han quedado totalmente destruidas.
Orar mucho por las familias. Orar mucho también por vuestras familias pues el enemigo no se detiene ante ellas y quiere destruirlas todas, hijos míos. 
Orar mucho por vuestra patria pues mucho dolor y sufrimiento viene a ella. Pero orar de corazón, no con los labios, hijos míos, para que vuestras plegarias, vuestras oraciones, sean escuchadas.
Orar mucho por la Iglesia fundada por mi divino Hijo, la única verdadera.
Por el Papa y por las almas consagradas, pues hay una parte y muy grande de estas almas que están dormidas.
No hay otra religión, ni otra Iglesia verdadera. Sólo la que fue fundada por mi divino Hijo y llevada a cabo por los apóstoles después de su resurrección bajo las directrices de vuestra Madre, María.
Vuestra Madre ayudó a los apóstoles junto con el Paráclito a fundar la Iglesia que mi divino Hijo empezó.
Hijos míos, no aceptar otras religiones que no sea la católica y apostólica. No saliros de la tradición porque os podréis confundir con todo lo que está ocurriendo.
Porque os vuelvo a repetir, no hay nada más que una verdadera. Si aceptáis esas religiones, aceptáis esos ídolos a los que adoran. Y, herejías.
Pedir mucho por la Iglesia para que vuelva otra vez a las raíces de las que fue fundada y por las familias.
Las familias en la Iglesia, el enemigo de la discordia, de la mentira, Lucifer, las quiere destruir. 
Contamos con vuestras oraciones, vuestros sacrificios, ayunos y cumplimientos de los mandamientos de cada uno para poder salvar a las familias y para despertar a tantos aletargados que están dentro de la Iglesia, tantas almas consagradas, hijos míos. 
No perder la fe, la confianza y la esperanza pero ser astutos y no dejaros engañar.
Ir en paz, hijos míos e hijas mías. 
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


19 OCTUBRE DE 2019



Jesús 
Hijos míos, vuestro Jesús ha hecho presente junto con mi Madre y vuestra en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Mi corazón al igual que el de mi Madre vienen desgarrado de dolor por todo lo que está sucediendo en España, tierra de mi Madre y vuestra y de mi Sagrado Corazón.
¿Habéis visto las consecuencias del pecado?, ¿a dónde llega, hijos míos?
¿Habéis visto a donde lleva el vivir sin Mi, sin el Padre y sin el Paráclito?
¡Que dolor sienten nuestros corazones ante lo que se está produciendo en esta tierra! Y que ya se os ha avisado por años de lo que iba a acontecer.
Pero el hombre, ebrio de todo mal, de todo poder, embrutecido por la soberbia, que ha endurecido sus corazones ha querido quitarme para ponerse él como Dios.
Y, mirar las consecuencias, hijos míos.
Todo depende de la oración, en que el hombre y la mujer vuelvan sus ojos a Mí.
Orar mucho por vuestros hijos pero mi corazón y el mi Madre y vuestra, no cesa de estar desgarrado de dolor por tantas almas inocentes que están sufriendo la consecuencia y que puede llegar a acabar con sus vidas.
Porque no piensan como los demonios, hijos míos.
Ofrecer todos los días la estación a vuestro Jesús Sacramentado por España, en el sagrario o en vuestro hogares ante la estampa eucarística que se os fue dada, hijas mías e hijos míos.
Por España y por vuestros hijos.
Porque como el hombre en España sigue igual de embrutecido, de ciego, de soberbio, de creerse él a si mismo Dios y no se arrodille ante Mí y pida perdón. Se arrepienta correrá mucha sangre por las calles.
Todo ello, hijas mías e hijos míos, ya lo he avisado pero no llegabais a dar crédito de lo que se os estaba diciendo hasta llegado el momento. Pues ya lo tenéis.
Orar mucho. Ofrecer los rosarios por España y la estación. Y, por vuestros hijos.
Ir en nuestra paz y en nuestro amor. Y, creer en mis palabras y las de mi Madre porque como veis todo llega y todo se cumple.
¡Con pena os lo tengo que decir, hijas mías e hijo míos, que se cumple por el pecado que hay en vuestra patria!
Por la desvergüenza, por el embrutecimiento del hombre y por el hombre, gobernantes y no gobernantes, jugar a ponerse en mi poder.
Y, a mi Padre, a Mí, al Paráclito y a mi Madre nos echan bruscamente de su lado, maltratados y desgarrados por tanto desprecio y tanta saña como emplean contra nosotros, hijos míos.
Orar mucho, pedir a las almas que creen que oren también por España.
Acudir al Santísimo, que ahí estoy realmente vivo y ofrecer vuestras visitas para darme consuelo, para reparar tanto dolor y tanto pecado como se está produciendo en España, por vuestra España, vuestros familiares, vuestros hogares, vuestros hijos y por todos los españoles, hijos míos.

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


5 OCTUBRE DE 2019



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Inmaculada se ha hecho presente en medio de vosotros, en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
En este mes de octubre que ha empezado. Mes dedicado al Santo Rosario, os pido que no dejéis ni un día de rezar el santo rosario, mi plegaria favorita.
La cadena con la que, hijos míos, será amarrado Lucifer con todos sus secuaces y será echado al abismo de donde no podrá salir durante mil años hasta llegado el fin del mundo.
Un tiempo antes, hijos míos, por la rebeldía de los hombres que al igual que ahora se olvidarán, entonces, de Dios y volverá a acometer todas las atrocidades que está cometiendo ahora.
¡Ay, el hombre que pronto se olvida de Dios!
Y, no escucha nuestras palabras que por todos los lugares del mundo nos hemos manifestado para sacar al hombre del pecado y de los errores. Pero el hombre embrutecido nos ha despreciado, nos ha dado de lado y no quiere saber nada de Dios y menos de mí, la Inmaculada, hijos míos.
Orar mucho por la conversión de los pobre pecadores.
Se aproxima todo lo anunciado. 
Velar, no ser como las vírgenes necias y cuando venga mi Hijo os encuentre sin el aceite y las lámparas apagadas.
Mirar, se de todas, de todas vuestras tribulaciones, vuestros problemas, dolores y sufrimientos. Pero sois almas reparadores junto a mí, vuestra Madre, al pie de la cruz.
Agarraros fuertemente a la cruz y no soltaros de ella.
Por ello, se que a veces entre tantos agobios, dolores y sufrimientos invadidos por ellos ni siquiera podéis orar. 
Yo os pido, en esta tarde, sólo a las que os encontréis de esta manera o si no os da tiempo hacer toda la oración que no os agobies por ello. Pero eso sí, el Ángelus y el santo rosario, hijas mías e hijos míos, por favor, no dejarlo ni un día de vuestra vidas. 
Al igual, que ir al sagrario y a la santa misa diaria si podéis.
El cuerpo, a la que tenga fuerzas y no enferme, y si enferma tenga fuerzas para salir de esas enfermedades y mejoráis, lo alimentáis. Al igual, tenéis que alimentar el alma porque de igual manera enferma y la apartáis de Dios y puede caer al abismo, hijos míos. 
El cuerpo necesita el alimento pero el alma también para estar siempre en gracia, para estar siempre en la presencia divina de Dios para escuchar, hijos míos. Lo que el Espíritu Santo os diga en vuestro interior, para seguir en las huellas ensangrentadas de mi divino Hijo que es el camino recto y seguro para llegar a la gloria eterna.