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lunes, 18 de enero de 2016

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


19 DE DICIEMBRE DE 2015



Nuestra Madre
Hijos míos e hijas mías, mi esposo casto y puro, San José, mi Divino Hijo Niño y vuestra Madre Inmaculada nos hemos hecho presente en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones. Besar el suelo los que podáis en reparación de todos los pecados que se comenten en el mundo y los que se cometerán en estas Navidades, por vuestros pecados y los de vuestros familiares.
Mira hija mía, ¿qué ves?

Rosa
Veo un cielo estrellado, entre negro y azul oscuro hace como aguas. 
Parece de día por la luz tan inmensa que dan las estrellas, el cielo cambia de color, unas veces se pone azul, añil, otras como negro y entre azul del cielo salen rayos que son los que iluminan los caminos que van a la cueva.
Hemos llegado a la puerta de la cueva, a la entrada. Se ve una ligera lucecilla, vamos entrando. Hay como cavernas, como si hubiera más cuevas a los lados dentro de ella. Llegamos a una de estas cavernas grandes, al final y en el lado izquierdo, al final de la caverna veo a la Santísima Virgen arrodillada, lleva como una túnica blanca y un manto como azul marino, no llega a ser azul marino pero tampoco azulón, está  entre los dos colores.
Veo a San José con un túnica marrón, también de rodillas con las manos juntas como la virgen adorando a Jesús que está puesto como en un comedero, parece, de animales, y su lecho son pajas.
Ha debido de poner la Santísima Virgen como una especie de un velo blanco por debajo para que las pajas no le rocen al Niño porque se ve como algo que le sube.
Y un manto marrón, más marrón que la túnica que lleva San José de paño pero no fino sino como áspero le debe de abrigar, lo tiene doblado arropando al Niño.
En un lado, hay un buey tumbado pero con la cabeza en alto mirando al Niño Jesús y en la misma postura, en el otro lado hay un mulita. Están muy pegados a lo que es el comedero este y las cabecitas entran en el comedero por los dos lados.
El Niño sube sus bracitos como queriendo tocar a la mulita pero no alcanza. Mira para todos los lados y sus ojitos se posan donde su padre y su madre.
¡con qué amor y ternura los mira y cómo sale ese amor y esa ternura hacia sus padres!
Eso se llena de luz e inunda todo ese lugar incluso el fuego que ha debido hacer San José para calentar un poquito la estancia palidece y se queda en nada de los rayos que salen del Niño Dios.

Nuestra Madre
Si, hija mía, has visto el lecho en que mi Divino Hijo fue puesto al nacer después de vestirle con alguna mudita que llevaba y una túnica que le tejí de paño.
Y sí, hija mía, encima de las pajas puse el velo que llevaba en mi cabeza para que las pajas no rozaran ni irritaran la piel del Niño Dios.
Pero era tan fría y tan húmeda la cueva que apenas daba calor el fuego que mi bueno y casto y puro San José encendió.
La mula y el buey con sus respiraciones calentaban al Niño y nos calentaban algo a nosotros.
Mi esposo se quitó su túnica para arropar bien al Niño Dios y que pasara el menos frío posible. Esas pajas le dieron el calor y le dieron el amor que le ha sido negado a través de los siglos.
Que en vuestros corazones sólo haya pajas de calor y de amor para el Niño Dios, no ahogarlas más con las pajas que ha habido en algunos corazones contra otros hermanos del grupo. Que ello, entre vosotros no vuelva  a suceder. Que sólo en vuestros corazones crezcan estas pajas de amor y de calor para reparar el amor de todo un Dios y el frío que le producen una gran mayoría de almas.
Eso es lo que os pido en estas fiestas que están a punto de comenzar y que mi Divino Hijo tiritará de frío, de inmenso frío por el hielo inmenso de una mayoría de almas que no se acordarán de Él, que no se acordarán tan siquiera del amor tan inmenso que Jesús los tiene y el llanto de mi Divino Niño se hará de desamor y del frío de las almas. Suplir vosotras y vosotros ese desamor con vuestro amor, con vuestro corazón lleno de pajas de amor, de calor y de misericordia y de esta forma Jesús permanecerá calentito a pesar del hielo de las almas y seguirá enviando dardos de gracia a esos corazones para derretir el hielo que hay en ellos y atraerlos a su Sagrado Corazón.
No dejéis sólo a Jesús, no le dejéis. Coger en estas fiestas, de vez en cuando, al Niño Jesús y acunarle en vuestros brazos dándole todo vuestro amor, estrechándole fuertemente a vuestro corazón y llenándole de inmensos besos que salgan de lo más profundo de vuestros corazones.
Mi corazón Inmaculado al igual que el corazón del Niño Dios y el corazón de San José están y estoy, estamos alegres y contentos y felices porque por fin empieza a ver paz y amor en el grupo.
Pedid y se os dará pero pedir de corazón
El poder de Dios Padre, de mi Divino Hijo y del Paráclito desciende sobre vosotros
Quedad en la paz y el amor de la Sagrada Familia y esta paz y este amor lo mando a vuestros hogares, a vuestros hijos, esposos para que haya paz en todos ellos.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


18 DE DICIEMBRE DE 2015



Jesús
Hijas mías e hijos míos, no temer la cruz, abrazaros a ella, subiros a ella Conmigo.
Los sufrimientos se hacen más llevaderos porque está mi Madre al pie de la cruz, recogiendo vuestras súplicas y vuestro dolor.
Sufrimientos y dolores que en mi cruz es como un dulce panal de miel.
¿cómo creéis que os voy a dar más de lo que podáis soportar? Os doy siempre mucho menos y más dulce se hace el sufrimiento a la medida que estéis unidos en Mí. Ser almas reparadoras sin miedo.
Reparar el dolor de todo un Dios ultrajado, desgarrado por los hombres ingratos y esta sociedad perversa.
Reparar y darme el amor que me es negado en la mayoría de los hombres. Consolar a mi Madre y vuestra con vuestra amor y reparación enjuagarle el rostro lleno de lágrimas. Quitarle las espadas que atraviesas su purísimo Inmaculado Corazón.
Llevarme a todos vuestros familiares, a todo vuestro entorno. Traerme a los pobres, enfermos a los desvalidos, a los ancianos, a los niños.  A esta juventud que mucha está cayendo en las profundidades del infierno por su perversidad y su soberbia.
Traerme a las almas consagradas, a los pecadores y a vosotras y vosotros.
Traerme a las benditas almas del purgatorio, a los agonizantes y a las almas del limbo, porque el limbo existe.
Y traerme al Papa.
Traerme a toda alma que sufre, ya sea la causa, el problema o el dolor o la situación que esté sufriendo.
Con ello, enjuagáis el rostro de mi Madre.  Con ello, sacáis las espadas de su Inmaculado Corazón. Con ello, retiráis las espinas que se clavan fuertemente traspasando su Inmaculado Corazón. Con ello, reparáis el desamor de los hombres a vuestro Dios.
Estar preparados. Se acercan tiempos de grandes dolores y sufrimientos que el hombre ha causado y Yo permito para la purificación de muchos de ellos que a través del dolor y sufrimiento vuelven a Mí. Aunque no todos y un gran número se condena.
España y el mundo está así por el pecado. A través de todo ello, el Padre está purificando a los mejores para que lo sean más, a los buenos y santos  para que lo sean más y atrayendo a un número, no grande, a nuestros Corazones, no porque el Padre no quiera sino porque el Padre se resiste.
Prepararos porque todo lo conocido es nada con lo que vais a empezar a vivir. Pero no tener miedo, si estáis en mi Madre y en Mí a nada debéis temer.
Traerme a vuestros hijos, a vuestras esposas, maridos y demás familiares.
Y os bendigo en el nombre de mi Padre y el vuestro.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


15 DE DICIEMBRE DE 2015



Rosa
Veo al Señor crucificado, acaba de morir, no debe de hacer mucho rato.
Veo un soldado acercarse con una lanza,
¡Ay! ¿que va a hacer? ¡Dios mío!
Le veo sin piedad meter la lanza en el costado de Cristo.
¡Dios mío¡ Veo salir sangre como asalmonada, rosada y agua.

Jesús
Mira bien, hija mía,

Rosa
¡Dios mío!, la sangre y el agua empiezan a formarse rayos pero no como los vemos asiduamente sino rayos en forma de gotas y caen lleno de luz sobre todas nosotras.

Jesús
Si, hija mía, mi misericordia se ha derramado de una manera muy, muy, muy especial sobre vosotras y sobre ti, hijo mío.
Para vosotras y vosotros, hijo mío, para vosotras y para los demás cuando les digáis: ¡Dios te bendiga!
Mi misericordia se derramará a la otra persona

Rosa
¡Gracias, Señor. Gracias Dios mío!

Jesús
Ante mi nombre todo mal y todo enemigo huye y se esconde. Ante mi nombre los males desaparecen y los problemas se desvanecen.
Con esto no os quiero decir que no vais a sufrir. Claro que sufriréis Conmigo y con mi Madre porque sois alma reparadoras pero vuestros sufrimientos serán una suave delicia y esa suave delicia os hará exclamar más: el que esta Conmigo no esta en mi contra.
Hijos míos, preparar el camino, sembrarlo de luz para uniros a vuestro Jesús Niño y darme el calor y el amor que me es negado en el mundo, especialmente en la Nochebuena. Es donde más siento el dolor y el frío de los corazones que están como témpanos de hielo, que la mayoría no tienen un recuerdo para su Jesús.
Que pasan la noche en juergas y orgías y en la mayoría de las cenas familiares ni siquiera estoy Yo.
El hombre se ha olvidado y se olvida de que vine a este mundo por amor a cada hombre, mujer y niño. Que me hice hombre por todos vosotros, para enseñaros el amor, el perdón y la misericordia, para enseñaros el camino que llega a la vida eterna. Para dar mi cuerpo y mi sangre en el rescate por vuestra salvación y la salvación de todos los hombres. Para abriros las puertas del cielo y reconciliaros con mi Padre y el vuestro.
Y ¡que dolor, qué frio siente mi Sagrado Corazón al llamar esa noche!, porque llamo a las puertas de todos los hombres para que me acojan en sus hogares y la mayoría, esas puertas no se abren  y están frías como témpanos de hielo.
Orar y reparar el dolor de todo un Dios que se hizo hombre por amor a toda la humanidad y ni siquiera el día que se celebra mi cumpleaños hay un pensamientos para el que dio todo por ellos.
Y prepararos porque mi venida está próxima y vendré rodeado de ángeles que tocarán las trompetas de la victoria y juzgaré a los buenos y a los malos.
Orar mucho por la conversión de los pobres pecadores.
Orar mucho por mi Iglesia, por el Papa y las almas consagradas.
Orar mucho por las benditas ánimas del purgatorio.
Por vuestras familias, por los enfermos, por los que pasan hambre, por la situación del mundo, por la necesidad del mundo, hijos míos e hijas mías.






Uniros a nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones dolorosos y reparemos el dolor del Padre. Después recibiréis la bendición de mi Madre y vuestra, la mujer vestida de sol, la de la Apocalipsis, que es mi Madre y se representa en la Guadalupana.
Mi misericordia estará presente y actuará y no os defraudaré.