MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
22 DE SEPTIEMBRE DE 2015
Jesús
Vuestra Madre Dolorosa y vuestro Jesús crucificado
nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros
Sagrados e Inmaculados Corazones.
Hijos míos, desde la cruz extiendo mis brazos y os
rodeo en ellos.
Mi sangre cae a borbotones sobre cada una de vosotros.
La llaga de mi costado se abre de par en par y por
ella sale el agua y la sangre, el amor y la misericordia, los sacramentos de la
Iglesia.
¿Habéis visto cuánto os amo? Jamás me canso de daros
y ardo en deseos de reunirme en los cenáculos con vosotras y con mis hijitos al
igual que ardía en deseos de dar la vida por cada hombre, mujer y niño de todos
los tiempos.
Este corazón que palpita de amor infinito por cada
hombre, por cada mujer y por cada niño. Este corazón hambriento de amor y que
saciáis parte de él los que estáis conmigo y los que me aman.
Tengo sed, mucha sed del amor de tantos y tantos
hijos que no me reconocen, que me han olvidado y siguen al rey de la iniquidad
y del engaño y como un leproso salgo a los caminos; llamo a sus puertas para
atraerlos de nuevo a Mí y me escupen, me abofetean y me cierran sus puertas sin
miramiento.
Amarme por los que no me aman, reparar por los que no
me aman, rezar por los que no me aman para atraer a Mí a una parte de ellos que
todavía no tienen el corazón tan endurecido. Y a estas almas con vuestra
oración, sacrificio y demostraciones de amor a vuestro Jesús, todo unido al
corazón doloroso de mi Madre y vuestra las podremos recatar.
No ser egoístas, está bien y quiero que pidáis por
vuestras familias pero no olvidaros de la otra familia que anda errante por
este mundo.
Y que también son vuestros hermanos porque fueron creados
por el mismo Padre, el Padre Celestial, hijos míos, el Padre eterno. Que a cada
uno al igual que a vosotros, os acunó
en sus brazos cuando creó vuestras almas y las mimaba, las acariciaba, las
besaba y ¡qué dolor para un padre dejar a estas almas en los cuerpos que se
iban formando en el vientre de las madres sabiendo que para muchas era condenación!
Apiadaos del corazón de mi Padre que es Padre de
todos los hombres con vuestra ayuda y la ayuda de todas las almas que nos son
fieles atraeremos a un gran número, a una parte de esta humanidad perdida, a
mis brazos y de mis brazos a los del Padre.
Acudir al Inmaculado Corazón Doloroso de mi Madre en
estos tiempos tan difíciles y más que se van poner día a día, que estáis
viviendo de tanto dolor y de tanto sufrimiento.
Todo lo anunciado por el cielo, por Mí y por mi Madre
se está cumpliendo.
Gran tiempo de dolor y sufrimiento os viene porque
estáis en el centro de todo lo profetizado. Todo esto llevamos siglos y años
anunciándolo.
No para asustar al hombre sino para que esté
preparado y en alguna de vosotras he visto el temor porque no habéis dado el
suficiente crédito a nuestras palabras hasta que no habéis empezado a ver los
acontecimientos y que cada palabra, cada tilde se está cumpliendo.
No tener miedo. El que me tiene a Mi y tiene a mi
Madre nada debe de temer, hijos mío e hijas mías.
Conmigo y con mi Madre los sufrimientos son
llevaderos y ligeros y estos sufrimientos os llevarán a la gloria del Padre.
Las veces que iba a ser traicionado aún dentro de mi
Iglesia, las bofetadas que iba a recibir, los salivazos, los latigazos de los
que se llaman míos, etc. Ello me causó tanto, tanto, tanto dolor que todos los
poros de mi piel se abrieron y la sangre empezó a correr por ella, empapando
todo el lugar donde estuve de rodillas. Hasta que el Padre no pudiendo más ver
mi dolor mando a Gabriel con el cáliz y me fortaleció al ver que con mi sacrificio de dolor se iban a salvar muchas, muchas almas y el amor
que tengo a cada alma es tan inmenso, infinito que me levante y fui a la cruz
lleno de amor infinito por ti, por ti, por ti, por ti, por ti, por cada hombre
y mujer y niño de todos los tiempos que gracias al rescate que pague al Padre
por vosotros se iban a salvar muchas almas, inmensas.
Ser muy humildes, amaos unos a otros como Yo os amo.
Soportaros si no podéis llegar a tanto pensar que ninguno sois perfectos y no
veáis la paja en el ojo ajeno cuando vosotros todos tenéis una viga en el
vuestro.
Ayudaros que os conozcan todos por el amor que os
tenéis y me tenéis a Mi y a mi Madre y por como os ayudáis.