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jueves, 18 de mayo de 2017

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
 

29 ABRIL DE 2017




Jesús
El Hijo del Dios vivo se ha hecho presente en este cenáculo junto con mi Madre y vuestra formado por nuestros Sagrados e Inmaculados corazones.
Ahora mis palabras van a ser cortas.
Hijos míos, la paz que os trae vuestro Jesús inunde en vuestros corazones.
Es tiempo de Pascua. Pero es tiempo de dolor y sufrimiento para vuestro Jesús por todo el que no vive en Mí.
¡Que dolor tan inmenso me produce la ingratitud de los hombres! El pecado de esta humanidad perversa que camina la mayor parte de la mano del enemigo.
Ya no hay conciencia de pecado. Todo está bien y este mundo lleno del amor del Dios Trino se ha convertido en una orgia.
El Padre creó al hombre y a la mujer, a Adán y Eva, para que con ello multiplicara la tierra. No creo a dos hombres ni a dos mujeres. Eso es diabólico.
Y no viene ese amor de Mí, hasta los que se llaman míos, una gran mayoría, hijos míos, lo dan por bien y lo aceptan.
Los hombres y las mujeres que se juntan sin pasar por mi bendición, las madres que matan a sus hijos en sus vientres. Todo ello, me produce un infinito dolor, viendo como estas almas caminan por el camino de la perdición, viviendo a su libre albedrío.
No reconociendo el mal ni el pecado y caminan camino de los infiernos, hijos míos.
El pecado de la carne es el que más almas lleva al infierno.
Pedir mucho por la juventud, que la mayoría está perdida, hijos míos, y bailan y danzan al son que Satanás les marca, hijos míos.
Y mi cuerpo se llena una vez más de llagas, de salivazos, de bofetadas, de golpes por todos los lados.
Soy la burla de todos ellos, hijos míos.
Y manchan el rostro y el de mi Madre con blasfemias, con sacrilegios y con toda clase de pecados. No solamente la juventud, sino los que no son tan jóvenes, ya en la edad madura y en la vejez, hijos míos.
Decís que los gobiernos os han llevado a la situación que os encontráis, pero ello es producido por el pecado y por la perversión del hombre, hijos míos.
Tengo sed, tengo mucha sed, hijos míos. Mis labios se me llagan, tengo sed del amor de todos mis hijos, y aquí me tienen, en la cruz. Siendo una vez más la mofa de todos ellos.
Los tiempos irán cada vez, más a peor, y mi Iglesia es la culpable porque no habla claro y todo lo admite.
Si los pastores, obispos, cardenales incluso hasta el Papa hablaran claro, los acontecimientos y la purificación sería más suave porque muchas almas entrarían en el redil del Buen Pastor, en mi rebaño, hijos míos.
No se puede servir a dos señores. Dar al Cesar lo que es del Cesar y dar a Mí, vuestro Dios, lo que es de Dios. 
Tener cuidado, hijos míos, que la confusión está ya en la iglesia, vuestra Iglesia, amarla con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
Pero vosotros no saliros de la tradición porque si no, hijos míos, estáis perdidos. Ya sean protestantes, ya sea de la religión que sea y entra en la iglesia tienen que abandonar sus ideas erróneas y acoger la tradición de la Iglesia católica.
No se puede entrar a mi iglesia con ideas erróneas. Todo ello tiene que ser desechado y convertidos a la iglesia católica, a mi Iglesia, la iglesia de Cristo.
Que nadie os engañe, no ser pusilánimes, ser fuertes en la fe y en la tradición y aborrecer el pecado sea cual sea y venga de donde venga, hijos míos.
Pedir mucho por el Papa, que mirar lo que os voy a decir, también está confundido en algunas ideas, hijos míos.
Pedir mucho por él para que el Espíritu Santo le aclare esas ideas que tiene y las deseche y que no le de miedo decir la verdad porque solo la verdad es la que llega a Mí, hijos míos.
Amarle mucho y pedir mucho pues necesita de muchas oraciones porque su corazón es tierno y en esa ternura tiene algunas confusiones y el cristiano no se puede dejar llevar por la sensibilidad sino por la verdad, hijos míos.
Hija mía, bebe el cáliz. Cógelo.
Alzarla si podéis un poco, la cabeza.

Rosa
¡Ay que amargura, Dios mío!

Jesús
Es la amargura que producen los pecados, los vuestros y de toda la humanidad.
Bebe otro sorbo, hija mía.
No escandalizaros como Anás y Caifás que llegaron a crucificar al Hijo del hombre.
Os digo esto para que oréis mucho por el Papa y las almas consagradas también, hijos míos.
Pronto se dará en el mundo otro acontecimiento que será bañado en sangre, hijos míos.
Pedir para que el Padre lo evite o que sea suavizado, hijos míos.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
 

26 ABRIL DE 2017



Jesús
Shalom, hijos míos.
El Paráclito junto con mi Madre y vuestra y vuestro Jesús nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e inmaculados Corazones.
La tierra al igual que el cielo celebra la Pascua de mi resurrección con todos los que viven en mi amor.
Pero son tantos y tantos y tantos los que viven fuera de mi amor que mis llagas vuelven a abrirse y vuelvo a sentir todos los dolores que sufrí en la Pasión.
Mis pulmones encharcados en sangre. Apenas puedo respirar.
¡Ay, que dolores, que agonía me producen estos hijos que viven fuera de mi amor y son tantos y tantos y tantos que mi Pasión se ha prolongado por los siglos!
Mi rostro derrama lágrimas de dolor por todas las almas que se pierden en los abismos, por todas las almas que me rechazan, viviendo en toda clase de pecados abominables.
Mi cuerpo es una llaga, mis pulmones apenas resisten a tanto dolor y tanto sufrimiento como me ocasionan estas almas y entre ellas una gran mayoría se llaman cristianos, cogiendo del Evangelio lo que les viene en gana e incumpliendo los mandamientos y cogiendo mi cuerpo y mi sangre, en la Eucaristía, con sus manos, en todas estas almas hay obispos, sacerdotes y seglares.
Estas almas son las que abren más mis llagas y encharcar más mis pulmones de sangre.
Hijos míos, orar por la conversión de los pobres pecadores porque en muchos y para muchos ya no hay salvación, porque están poseídos por el enemigo y son como Judas, títeres en las manos del enemigo, porque han caído en gran soberbia y el enemigo se ha apoderado de estas almas.
Vosotros crecer en amor y en santidad para atraer a mi corazón inmaculado y al Inmaculado corazón de mi Madre, muchas almas ignorantes, estas son las que se pueden salvar, confundidas y otras que no tienen conocimiento de Mí, porque ni en sus familias ni en la calle no han encontrado a nadie que les hable del amor que les tengo, hijos míos.
Estas son las almas que volverán a mi rebaño y las almas de los pecadores que no han sido cogidas todavía por el enemigo.
Estar preparados para cualquier acontecimiento que se de en la sociedad, en la naturaleza, en los gobiernos, hijos míos.
El Padre, poco a poco, va dejando caer su brazo y el mal que hay como un mar embravecido se está introduciendo en la tierra para llevarse multitud de almas al infierno.
Orar mucho por vuestros hijos y vuestras familias para que no sean cogidos por el enemigo.
Orar mucho por la conversión de los pobres pecadores y sed mi reflejo para poder atraer a mi corazón a tantas almas angustiadas, ignorantes, confundidas y a otras tantas y tantas que no me conocen, pues ellas, son las últimas ya en venir.
Por ello, el Padre va bajando su brazo con mucha lentitud, vuestra misión es traérmelas tanto por la oración como por la obra.
El Paráclito, hijos míos, será quien hable por vuestra boca. Pero tenéis que crecer en santidad y amor para esta misión pendiente que tenéis que llevar a cabo.
Ser todos uno en Mí.
Os bendigo con muchas gracias, protecciones y bendiciones que se están derramando en esta tarde sobre vosotros para esta misión que tenéis que llevar a cabo y el Espíritu Santo será quien la realice a través vuestro.
Prepararos, no digo todos, sino algunos. Los que crezcáis más en santidad y amor.
La misión es para todos, pero la tenéis que coger y tenéis que crecer en lo que Yo os he mencionado varias veces.
El poder de mi Padre y vuestro desciende sobre vosotros.