MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
13 JULIO DE 2016
Nuestra Madre
Cuando hijas o hijos, a todos nombro, ya seáis
hombres o mujeres.
Gracias os doy por haber acudido a mi llamada.
Gracias os doy por la reparación que hoy habéis hecho
a mi Inmaculado Corazón. Con vuestra oración y sacrifico, porque ninguna y
ninguno estáis bien habéis salvado muchas almas consagradas que hoy hubieran
caído en el infierno.
Orar mucho por las almas consagradas tan perseguidas
por el maligno y una mayoría seducidas por él.
Orar para que se den cuenta del error tan grande y
las herejías que están cometiendo al negar verdad de fe al cambiar las palabras
y el significado del Evangelio, al entregar a mi Hijo en las manos de los
fieles como si estuvieran repartiendo galletas o migajas de comida.
Orar para que las almas consagradas preparen bien el
rebaño para recibir bien a mi Hijo en la Eucaristía que muchas tienen miedo y
son cobardes.
Orar para que las almas consagradas pongan el mayor
respeto en el vestir en los templos santos de mi Iglesia, de la Iglesia de
Cristo.
Orar para que la mayoría de las almas consagradas que
han perdido la fe la recuperen y vuelvan al Padre como el hijo pródigo y puedan
volver otra vez a vestir sus sotanas puras y limpias y llevar muchas almas a mi
Divino Hijo.
¡Cuánto dolor siente mi Inmaculado Corazón traspasado
por siete espadas al ver el desvío de los pastores de mi Iglesia, de la Iglesia
de Cristo, de vuestra Iglesia!
Al ver las herejías de tantos y otro tanto de
abominación.
Orar, por favor hijos, mucho por las almas
consagradas, desde los más altos cargos hasta los más bajos.
Orar para que las almas consagradas santas y fieles
no tengan miedo a sus ordenes a las ordenes donde estás con los obispados, etc.
Y sean valientes y proclamen la verdad sin miedo a las consecuencias.
Orar para que estas almas se llenen de más confianza
a Jesús y no tengan miedo a lo que puedan decir de ellas o lo que les puedan
hacer.
Necesito almas consagradas fieles y santas en mi
Iglesia, en la Iglesia de Cristo, mi Divino Hijo, vuestra Iglesia.
Almas con coraje que rescaten a las almas de las
garras de Satanás. Almas sin miedo a enfrentarse a la mentira, al engaño, a los
cambios de la Iglesia.
Almas puras y santas que las hay.
Orar por ellas para que ese miedo se desvanezca y el
Paráclito actúe libremente en ellos.
Orar por vosotras y vosotros para que podáis con la
gracia de mi Hijo y mi ayuda llevar a cabo todo lo que os pedimos.
Orar por las almas que se llaman nuestras y que están
en la Iglesia de Cristo y cogen lo que una gran mayoría de almas consagradas
hacen: lo que les conviene y niegan, rechazan y pisotean, hijos míos e hijas
mías.
Lo que les llevaría a ser libres, abrazar la cruz en
Cristo, a ser almas rectas llenas de luz y del amor de Dios.
Y en cambio viven a su libre albedrío.
Orar por las almas que diariamente van a la Iglesia,
al templo, a la iglesia formada por mi Divino Hijo y ni tan siquiera hacen un
pequeño saludo a Jesús que está en la Eucaristía y van a pasar el rato y a
constarse sus penas en el templo.
¡Qué dolor tan inmenso ocasionan a nuestros Sagrados
e Inmaculados Corazones!
Los pecados de las almas consagradas y los pecados de
los cristianos bautizados y que dicen seguir a Cristo y no se rigen por la ley
que son los Mandamientos y cogen y quitan lo que les conviene del Evangelio son
las almas que más espadas junto a los sacerdotes clavan a nuestros Corazones.
Almas de luz dejar que la luz brille en vosotros y no
apagarla con vuestras niñerías sino hacer que cada día, cada instante, brille
más y podáis llevar muchas almas a nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones
con nuestra gracia pero para ello tenéis que seguir el camino estrecho, pisar
en las huellas ensangrentadas de mi Divino Hijo. Regiros por nuestras
enseñanzas.
Que en vuestro rostro llenos de amor y humildad, de
caridad, de fe, de confianza y de esperanza vean a mi Divino Hijo. Dejar verlo
y no apagar la luz con niñerías que esas niñerías laceran mucho nuestros
corazones.
Esas niñerías os hacen retroceder y no avanzar y es
tiempo de que vayáis subiendo peldaños en el camino espiritual porque de ello
si no hacéis caso a nuestras palabras también se os pedirán cuentas.
Amaros y aceptaros todos y todas tal y como sois. Que
nadie es mejor que el otro o que la otra.
Que nadie es mayor que los demás. Haceros pequeños y
ocupar los peores puestos para que ocupéis los primeros en el Reino de los
Cielos.
Negaros a vosotros mismos y seguir en el camino
trazado que lleva a la eternidad a la gloria eterna que es el Evangelio y los
Mandamientos y los sacramentos.
Acudir a la fuente viva del sacramento de al
Penitencia pero no ir por ir. Ir con el verdadero dolor de vuestros pecados y
con el propósito de cambiar que si hacéis el propósito nuestros corazones os
dan la gracia para ello.
Mira hija mía.
Rosa
Veo a nuestra Señora con una túnica blanca, con los
brazos extendidos con un rosario en cada mano y un manto con capucha . ¡qué bonito!
En su pecho hay tres rosas. La blanca, la roja y la
dorada. Porque no la veo amarilla, la veo más bien dorada. ¡Que belleza!
Madre, que rubios son tus cabellos. ¡Que hermosura,
Dios mío!
La Virgen nos sonríe coge las rosas con sus manos.
Las alza y las tres rosas veo caer como una lluvia
grande de pétalos sobre todas nosotros y nuestras familias. Pétalos rojos, blancos,
dorados y como una lluvia blanca finita junto a los pétalos. Otra roja claro.
Nuestra Madre
Esta lluvia es la sangre de mi Divino Hijo que se
está derramando sobre vosotros.
La blanca es el agua que broto de su divino costado.
Fíjate
Rosa
Es blanca pero como sonrosada. Son como dos colores a
la vez.
Pero hermosos , todos llenos de luz
Y de la rosa dorada aparte de los pétalos veo una lluvia
finita como si fuese oro pero yo no se, lleno de luz. Todo ello cae sobre
nosotros.
Nuestra Madre
La gracia y el amor del Padre es ese polvo dorado que
ves hija mía.
Todo ello son bendiciones y gracias que estáis
bendiciendo en esta tarde.
El poder del Dios Padre, de mi Divino Hijo y del
Paráclito desciende sobre vosotros Gracias por haber alegrado y reparado
nuestros Corazones
Gracias por haber honrado esta advocación de vuestra
Madre.
Si os mantenéis fieles, vuestra Madre, en la
advocación de la Rosa Mística estará siempre junto a vosotras y vosotros hasta
el fin de vuestros días aquí en la tierra y luego en la entrada al cielo.
Ánimo vuestra Madre está con todos vosotros.
Ir en paz.