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miércoles, 24 de febrero de 2016


MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


23 DE ENERO DE 2016



Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús se ha hecho presente en este cenáculo formado por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones, hijos míos e hijas mías.
Gracias mis pequeñas florecillas, gracias una vez más por vuestro consuelo, por vuestro amor y por vuestros sacrificios. Sin sacrificio no alcanzaréis todo lo que me pedís.
Pedís mucho y Yo gustoso os lo doy si es para bien de vuestras almas pero que poco me dais a Mí. Anteponéis todo a Mí y mi corazón se desgarra de dolor aún más por todos los que os llamáis míos y no os sacrificáis lo bastante para consolar y para desagraviar a vuestro Jesús.
La oración sin obras y sin sacrificios no tiene los méritos para alcanzar de vuestro Jesús todo lo que me pedís.
Decís amarme y si que me amáis pero no lo suficiente para dejarlo todo por Mí. Cuando se ama con todo el alma, con todo el corazón se deja todo para estar con el ser amado.
Ha llegado el tiempo anunciado y profetizado por todo el mundo.
Mi segunda Venida ya está a las puertas. El cielo que os falta en el cielo es un suspiro. Tiempo de purificación y de grandes sufrimientos.
Despojaos de todo lo que no sea vuestro Jesús, dar de comer al hambriento y de beber al sediento que esas son las obras auténticas, verdaderas que valen ante mis ojos. No las que se hacen por agradar a los hombres y para que les digan que bueno o buena es, esas no tienen méritos a mis ojos.
Dentro de poco, de nada, os servirá tener como ya os dije anoche porque no tendréis nada que comer ni que comprar.
Sólo los alimentos de las almas que me han sido fieles que han cumplido con mi mandato, sólo esas almas tendrán comida y a esas almas se les multiplicará.
Así que, hijos míos e hijas mías, ¿de qué os sirve el dinero?, ¿ de qué os sirven las propiedad?, cuando dentro de muy poco tiempo vuestras propiedades se desplomarán y no quedarán nada de ellas. El terremoto en Madrid está a punto de darse.
Estoy avisando también a través de otras almas en sueños, en visiones de
ello par que los hombres no digáis que son cosas de los portavoces, de los canales que hemos escogido para comunicarnos con vosotros, hijos míos.
Tener preparada vuestra almas, vuestro corazón y preocuparos de mis cosas y de los hermanos del grupo y fuera del grupo que os necesitan.
Si así lo hacéis Yo me preocuparé de las vuestras.
La bolsa está a punto de desplomarse, la mayoría del dinero se perderá.
Las pensiones desaparecerán y todos sabréis lo que es pasar necesidad porque el que tiene no sabe lo que es llegar a fin de mes sin lo necesario.
¡Cuántas almas en esta crisis se han suicidado! Porque al tenerlo todo se han visto sin nadad y no han podido con ello, el terror las ha invadido y se han quitado sus vidas.
¡Que dolor más grande se produce con ello a mi Sagrado Corazón! por no poder remedio los que tienen, los poderosos y los que no lo son y haber evitado tanto suicido como ha habido y hay al caer en tanta desesperación.
Pero de ello, los medios de comunicación no dan noticia porque los poderosos se lo tienen prohibido para no alarmar a la población.
Repasar los mensajes, está llegado el tiempo en que nuestras voces callarán y tendréis alimentaros de todo lo que os hemos dado en el grupo y las almas de otros grupos, etc.
Hijos míos, todo está llegando a su fin.
Orar y pedir mucho por la conversión de los pecadores, por el Papa y por las almas consagradas para que no sean cobardes y proclamen la verdad. Y las almas consagradas que han caído en el modernismo, en el ateísmo, en la infidelidad, en la masonería y hasta en sectas. Orar por ellas. Orar para que vuelvan al buen pastor.
Gran parte de culpa la tiene mi Iglesia porque los pastores han descuidado a las ovejas y la mayoría se han vuelto asalariados y de lo que se tenían que preocupar lo han abandonado,  que son las almas.
Orar mucho por las almas consagradas.
Orar mucho por el Papa y por la conversión de los pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, con una gracia especial para ayudaros a llevar la cruz de cada día y la cruz de esta purificación que os está viniendo.
El poder de Dios Padre, mi Padre y el vuestro, desciende sobre vosotros
La sabiduría y la misericordia de vuestro Jesús que es el que os habla en esta tarde, desciende sobre vosotros.
Y el amor del Paráclito desciende sobre vosotros con estas gracias.
Y recordar que a través de Mí habita en vosotros Dios Padre y Dios Espíritu Santo, las tres Personas, hijos míos, recordarlo. 
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


22 DE ENERO DE 2016



Jesús
Ser las florecillas frescas y perfumadas que quiten las espinas que traspasan mi Sagrado Corazón y el de mi Madre para que en su lugar se encuentre en mi Corazón dardos de amor para clavar en los corazones que no me aman, los corazones soberbios, en los corazones que quitan el puesto a mi Padre para ponerse ellos. En los corazones fríos como témpanos de hielo, en los corazones que me han olvidado, en los corazones que me dan la espalda, se ríen y se mofan de Mí, su Jesús.
En los corazones que me flagelan, que me cargan con la cruz de sus iniquidades, de sus maldades, de sus abominaciones, de sus locuras, de su impiedad, de toda clase de maldad.
Sed esa flores frescas y perfumadas con los perfumes del amor, de la caridad y de la humildad que arranquen a mi corazón esos dardos para traspasar tantos y tantos corazones.
El dolor de vuestro Jesús se acrecienta según pasa el tiempo porque los hombres se vuelven más perversos y más soberbios y la impiedad, el desamor y la inmoralidad cubren este mundo.
No hay humildad en la mayoría de los hombres y según va pasando el tiempo todo se va perdiendo hasta muchos que se llaman míos, me darán la espalda. Y me dirán no te conozco, como ya han hecho tantos, hijos míos e hijas mías.
Es el tiempo de las tinieblas, es la nada del tiempo que queda para mi Segunda Venida y en este tiempo y en este tiempo todo empeorará.
Grandes catástrofes sacudirán la tierra, grandes calores, grandes fríos os invadirán.
Llegarán tales calores que quemarán vuestras pieles, la piel de vuestros cuerpos y los rayos serán tan nocivos que a la mayoría se le caerá el pelo y no habrá agua que pueda aliviar la sed y la sequedad que ello producirá, solamente el agua bendita y exorcizada, hijos míos e hijas mías.
Y toda agua que no esté bendecida se consumirá.
Los grandes fríos, las temperaturas caerán tan bajas, tan bajas como jamás se ha visto, solamente la fe, la oración y el agua bendita os mantendrá vivos. Y la ropa de abrigo no desecharla, pues en verdad os digo, que os hará falta mucha, porque todo será poco.
El gran terremoto se acerca y sacudirá Madrid, por unas partes más que por otras. Pero el pecado de los impíos, de los malvados está haciendo que la cólera y justa cólera del Padre caiga sobre España y el mundo entero.
Y no es que el Padre provoque sino que la naturaleza se revela contra la maldad del hombre y el Padre no levanta la mano para detenerlo.
Orar mucho, pedir mucho porque sólo la oración, la fe, la confianza, el amor, la caridad y el sacrificio de los justos podrá arrancar de los brazos del Padre a través de nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones suavizar este terrible terremoto que se va acercando cada día más.
Todo se está cumpliendo, grandes sequías invadirán esta tierra y el hambre abundará, ni el dinero podrá comprar lo que no hay por la avaricia y la soberbia y la falta de amor y de caridad de los hombres y de muchos de los que se llaman míos.
Tanto por la sequía, por las aguas torrenciales, tornados, terremotos, etc.
Habrá mucha hambre en esta tierra que fue creado por tanto amor por el Padre, sacada de sus manos y puesta con todo lo que necesitabais en manos de los hombres y, ¿que han hecho? Apoderarse de las mayores riquezas y tener a pueblos enteros muriéndose de hambre.
Y todo lo que tiene el hombre, todo, ha sido dado por mi Padre y la mayoría de los que tienen no dan en abundancia sino las migajas.
Y sólo piensan en tener cada vez más y no les importa la necesidad de los hermanos que se tiene alrededor ni de los demás pobres de la tierra.
Y si dan es para que las vean o les vean y se lo agradezcan.
¡Ay, cuánto dolor y sufrimiento van a sufrir estas almas y cuántos por ello no se condenarán, hijos míos e hijas mías!
Quedad en mi paz y en mi amor y llevarla a todos vuestros hermanos.

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


16 DE ENERO DE 2016



Nuestra Madre
Vuestra Madre, Madre de la Misericordia junto con mi Divino Hijo nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por Nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Hijos míos, todos los que estáis agobiados, cansados y afligidos venir al Corazón Inmaculado de vuestra Madre de la Misericordia que en él os aliviaré, os consolaré y os llevaré a los brazos de mi Divino Hijo.
No debéis de vivir sin tener toda vuestra confianza puesta en Nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones y como un niño pequeño cuando tiene algún problema va corriendo a contárselo a su mamá, venid vosotros a Mí, que yo os escucho, que enjuago vuestras lágrimas, alivio vuestro dolor y doy fin a preocupaciones y sufrimientos si es la voluntad de mi Divino Hijo.
Pero a nada debéis temer, solo temer no estar en Nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Todo lo que no esté en ellos, está con el enemigo de las almas, hijos míos.
Prepararos a vivir en Nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones, estos tiempos que vivís y que os viene, tiempos como jamás se han dado y se darán en la tierra.
Tiempos de dolores y sufrimientos pero los que estáis en nosotros os será más ligero y más llevadero. 
Los ángeles tiemblan ante este tiempo pero ¡cuanto santos que ya están en el cielo quisieran vivir este tiempo que vais a vivir y estáis viviendo vosotros!
Porque en él abunda la gracia para todo el que lo quiere, abunda el amor y la misericordia para todo el que no nos rechaza.
Contra mayor sean los dolores y los sufrimientos, mayor es la gracia y el amor de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo y de mi Inmaculado Corazón.
Que si vosotros sufrís que no sufro Yo, por la obstinación, la rebeldía y la maldad del hombre.
¡Que quiere una madre, tener a todos sus hijos a su lado y a salvo! Pues eso es lo que quiero yo.
Pero mis ojos no dejan de derramar lágrimas de sangre y de agua, al igual que mi corazón por la perversidad, la ingratitud, la maldad  y el olvido de los hombres que caminan a su libre albedrío. Sin Dios, por caminos tenebrosos y pendientes que terminan en la boca de los infiernos.
Pedir por la conversión de los pobres pecadores, pedir por las almas consagradas, por mi Iglesia, hijos míos.
Si las voces de nuestros pastores hablasen claro y alto, el mundo no estaría tan mal como está hoy. Pero la mayoría de las almas consagradas se han vuelto asalariadas, cómodas. Han abandonado los rebaños y los rebaños se han dispersados y han perdido la fe como la han perdido ellos.
Se han creado un dios a su imagen y semejanza, quitando del Evangelio lo que a ellos les conviene, viviendo entre comodidades y placeres.
La Iglesia que formó mi Divino Hijo y que yo cuidé de ella hasta que estuvo bien formada, era una iglesia dedicada al amor y a los pobres y a dar a conocer a Dios. Viviendo la iglesia en austeridad no entre tanta comodidad y riqueza ¡que mirar a donde han llevado a un gran número de almas consagradas a la relajación, a la pérdida de la fe y a crearse un dios a su imagen y semejanza!
Otros al estar los obispos y cardenales tan embebidos en su lucro han dejado con su falta de fe, con su comodidad puertas abiertas y han entrado a la iglesia corderos con cuernos.
Machos cabríos que son los lobos disfrazados de cordero, los comunistas, masones y sectarios para dentro de la iglesia destruirla mejor.
Pedir mucho por mi Iglesia, por vuestra Iglesia, por la Iglesia que formó mi Divino Hijo, por las almas consagradas para que se arrepientan de sus males y sean grandes pastores y lleven al rebaño a grandes praderas verdes llenas de leche y de miel.
¡Cuántas almas consagradas, cuántas están llevando a las almas a la perdición! Y las buenas, estas almas consagradas buenas y santas, por miedo a las represalias de sus superiores y los que están por encima de sus superiores callan.
Pedir por ellas para que les de fuerzas el Espíritu Santo y hablen alto y claro.
No es tiempo de callar, es tiempo de defender a Cristo, es tiempo de defender el Evangelio, es tiempo, hijos míos, de dar a conocer los mandamientos y ponerlos en práctica. Es tiempo de dar amor y misericordia a los hombres pero también la justicia de Dios.
Vosotros, hijos míos, que no estáis sujetos a la obediencia, no callar, que vuestra boca sirva para proclamar la verdad a Cristo, su Evangelio, su enseñanza y los mandamientos, incluso si tenéis que corregir a un alma consagrada, hacerlo.
Porque el Señor, mi Dios y el vuestro, mi Divino Hijo, el Padre y el Paráclito os pedirán cuenta de ello, por amor y por caridad, hacerlo.
No es tiempo de callar y no disculparos con la prudencia, eso sí, ser prudentes cuando habléis con algún alma consagrada, con amor y con mucho cariño pero decirles la verdad.
Invocar antes a mi Inmaculado Corazón y al Espíritu Santo y a vuestro ángel de la guarda para que el Paráclito hable por vuestra boca. Y veréis los prodigios que el Paráclito hará en vosotras.
El cuerpo es el vestido del alma y el templo del Paráclito y tenéis que cuidarlo, por amor a Dios y a quien habita en vosotros.
Por amor a Dios, digo, al Padre que os ha creado. Al Hijo que viene a vosotros, que es mío, mi Divino Hijo que habita en vuestro corazón con el Paráclito. Porque de ello, también daréis cuenta y en el amor y en la misericordia de vuestra Madre os bendice.
Y el Padre que os ama infinitamente, el hijo que se derrite por todas vosotras y vosotros, hijos míos y el Paráclito que os ama sin medida os bendice en el Padre, en el Hijo y en Paráclito, hijos míos.
Quedad en nuestra paz y en nuestro amor.