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jueves, 9 de noviembre de 2017

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

 27 SEPTIEMBRE DE 2017




Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús junto con mi Madre y vuestra, el Ángel de España, los arcángeles, los ángeles de la guarda de cada uno de los que estáis aquí presentes y los mártires de España, nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Todos juntos con mi Madre, capitana y Reina, se han unido con vosotros al rezo del santo rosario para presentarme vuestras súplicas, vuestras intenciones y la petición que habéis hecho en el rosario por España.
Todo ello me lo ha presentado mi Madre cubierta por la sangre de los mártires.
Orar mucho por vuestra patria que el rey de la mentira y la iniquidad la quiere destruir por completo.
Orar para que mañana no se de la violencia que en el cielo se está viendo y quede suavizado y aplacado por la mano del Padre.
¡Ay, hijos míos, hay tanto mal y tanto pecado en esta España, tierra de nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones!
Que sólo las almas llenas de amor, los grupos de oración donde verdaderamente me amen y cumplan mi santa voluntad, sólo en estas almas recoge mi Madre los ángeles, arcángeles y los mártires, las súplicas y las oraciones y me son presentadas para tener un poquito más de misericordia con España. Pero sólo a estas almas y a las almas fieles de este grupo, sólo por ellas y como os he dicho, por las almas fieles de este grupo, al final la victoria se dará en vuestra patria.
Es nuestra tierra, pero antes tiene que ser muy purificada y tanto los buenos como los malos vais a sufrir mucho.
Pero no tener miedo, si estáis en nuestros corazones, a nada debéis temer porque vuestros sufrimientos serán suavizados y algunos quitados.
Orar porque en verdad os digo que España se va a poner cada día peor.
La mayor parte de vuestra España está en poder del enemigo, pero Yo la arrancaré de sus garras. Está escrito y profetizado.
Mi Sagrado Corazón triunfará en España al igual que el Inmaculado Corazón de mi Madre y vuestra.
Llevad todo lo que os venga con mucho amor, mucha paciencia, mucha fe, mucha confianza, mucha humildad y dejarlo todo en nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
El tiempo de la gran purificando en el mundo ya ha llegado y se está dando. Unos países sufrirán más que otros por los pecados que en esos países han cometido o se están cometiendo, según los pecados así serán purificadas las naciones. Como también algunas también desaparecerán de la faz de la tierra.
Cuando todo parezca que todo está perdido, las fuerzas flaqueen y la fe se debilite, Yo vendré y apartaré la paja del trigo y todo lo malo que en ella se ha dado desaparecerá como un soplo.
Los ángeles volarán con las almas justas al cielo para el gran vuelco de la tierra.
Quedando sumergida la tierra tal y como la conocéis ahora y surgirá la tierra nueva, el paraíso que creó el Padre al comienzo de los tiempos.
Todo ello está a punto de cumplirse, pero antes, grandes catástrofes naturales se darán y muchos males de la naturaleza y males provocados por el hombre y por la mano del hombre y males que caerán del universo que el hombre en su maldad ha contaminado.
Pero no tengáis miedo, cobijaros en las arcas de los Sagrados e Inmaculados corazones, los de mi Madre y en el mío.
La revolución se dará en España más fuerte o más suave, según responda el hombre.
¡Ay, de los poderosos, de los grandes, de los gobiernos que han fundados sus gobiernos en arenas movedizas y no en los cimientos del Padre, del Hijo y del Paráclito!
Por eso, todo se tambalea, por eso todo se viene abajo porque los poderosos y los gobernantes han construido un pueblo sin Dios, un pueblo, me estoy refiriendo, a todas las naciones. Contadas con una mano se puede ver los gobernantes que en sus gobiernos me tienen en su centro.
Toda clase de abominación se está dando en la tierra.
Os pido que pidáis a la reina de cielos y tierra, Madre de Dios, del Hijo, que os está hablando, y Madre vuestra que mi Preciosa sangre junto con la de mi Madre y vuestra acorte estos tiempos y pedir al Padre que sea muy pronto mi segunda venida. Estoy en las puertas pero que se abran ya.
Todo depende del Padre, hijos míos e hijas mías.
Pero no tengáis miedo, si estáis en nuestros corazones, mi Madre y vuestra y vuestro Jesús os tendremos en ellos y como la gallina protege a sus polluelos así os protegeremos a vosotros.
Pero para ello tenéis que tener fe, fe, fe.
No la de los labios sino la que sale del fondo de vuestro corazón.
Confianza y mucha humildad y procurar estar siempre en gracia.
Tener los alimentos básicos en vuestros hogares porque pronto no vais a poder comprarlos.
Mirar que lo vengo diciendo al igual que mi Madre y vuestra y es por el amor tan inmenso, infinito que os tengo. Que os quiero proteger de todas formas, hijos míos.
Ser obedientes, no perezosos y no dejarlo para última hora como hicieron las vírgenes necias.
Os bendigo y os cubro en la protección del Ángel de España, a quien tenéis que acudir más.
Os cubro con las alas de los arcángeles y su protección. Os cubro en las alas de vuestros ángeles custodios y en todos los ángeles que os hemos dado en el grupo y en la sangre de los mártires que dieron su vida por mí, hijos míos.
Todos sois sellados en vuestros ángeles, en la sangre de los mártires de España, en los arcángeles y en la espala del ángel de España y San Miguel.
Me gusta mucho que me dais las gracias, pero más cuando hacéis mi voluntad porque en ello os reconocéis ante Mí, por el amor que me tenéis.
El poder, el amor, la misericordia y la justicia de Dios Padre desciende sobre vosotros 
La justicia del Padre os protegerá y no pagaréis como merecen vuestros pecados.
El poder, el amor, la misericordia de Dios Hijo, que es Él que os está hablando, desciende sobre vosotros.
El poder, el amor, y el fuego del Paráclito desciende sobre vosotros.
Quedad en mi paz y en mi amor.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

 27 SEPTIEMBRE DE 2017



Espíritu Santo
Hijos míos, el Paráclito con la Inmaculada nos hemos hecho presentes en esta tarde, en este grupo dirigido y formado por los corazones de Jesús y de María.
Os hemos querido hablar en esta tarde a través de vuestro santo patrón, Santiago.
Porque una gran parte del pecado de esta España, tan querida y amada, de los corazones de Jesús y de María, la tienen las almas consagradas.
Unos por cobardes, otros porque han perdido la fe y otros por jugar a creerse Dios.
Y quitar de las Escrituras lo que les conviene a ellos.
Han envenenado las almas de muchos fieles, aunque también es verdad, que la gran mayoría prefieren a estos sacerdotes, almas consagradas, que les dan la libertad de hacer lo que les viene en gana.
No creyendo ni en el purgatorio ni en el infierno y creyendo que sus almas están salvadas.
¡Ay, almas y pastores necios!
En el cielo no entra un alma, fijaros lo que os digo: En el cielo no entra ningún alma, aunque solamente tenga una gota de polvo.
Al cielo entran las almas que han purificado sus vestiduras en la sangre del Cordero, aquí abajo, si han sido muy santos, muy santos.
Y en verdad os digo, que algunos santos han pasado por el purgatorio.
El tiempo que han estado en el purgatorio, unos han sido más y otros menos, no ha sido un purgatorio doloroso, pero ahí han estado.
Y en verdad os digo, que muchas almas caen diariamente al infierno.
Y vosotros rezar por vuestros familiares, que algunos pensáis que los tenéis en el cielo y están sufriendo purgatorio.
Un alma que ha hecho mucho mal en la tierra necesita de muchísimas misas y oraciones para blanquear sus almas y más si en este mundo no ha creído en Dios y se ha salvado estas almas por las oraciones y sacrificios, teniendo misericordia Jesús por la intercesión de María.
Y de las almas que han rezado por ellas, hijos míos.
Pero fijaros, hijos míos, si hasta niños de cuatro años, caen en el purgatorio con menos pecados que un adulto y pretendéis que un alma que ha pasado toda su vida sin Dios, viviendo a su libre albedrío, ¿va a alcanzar enseguida el cielo?
Orar mucho por vuestros familiares difuntos. Creáis o no creáis que están en el cielo, vuestra obligación es orar por ellos y por todas las almas del purgatorio, agonizantes y almas del limbo.
Prepararos para todos los eventos de la naturaleza y del hombre.
La naturaleza ruge contra el hombre por haberse olvidado de Dios, hijos míos.
Grandes acontecimientos se avecinan, llegados por la naturaleza y por el hombre.
Yo os cubro en mi manto.
Os cubro para estos tiempos en mi manto y os adentro en el fuego de mi amor, que es mi corazón.
En el poder de Dios Padre, y su amor infinito y misericordioso.
En el amor y misericordia de Dios Hijo.
Y en el amor y en el fuego del Paráclito que es Él que os está dirigiendo y hablando en esta tarde.
Quedad en paz, en la paz del Dios Trino y en nuestro amor.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

 23 SEPTIEMBRE DE 2017



Nuestra Madre
Hijos míos, tenéis que agradecer a mi Divino Hijo para obteneros la salvación y para justificaros ante el Padre y ¡que ingratos, pequeños, sois algunas veces!
Poneos todos los días unos minutos ante el crucifijo y ser agradecidos y darle las gracias por haber cargado con todas vuestras miserias. Por haberos justificado ante el Padre y por haberos obtenidos la salvación.
Pero decírselo, que salga de lo más profundo de vuestro corazón. No con palabras que solamente salen de vuestros labios sino con palabras que broten de lo más profundo de vuestros corazones. ¡No sabéis con ello la alegría que le daréis, el gozo que recibirá de todos vosotros si lo hacéis!
Se olvidará por esos instantes o minutos del dolor tan tremendo que le causa la mayor parte de la humanidad, hijos míos.
Seguir con mi plegaria favorita.

Jesús
Madre mía queridísima, he aquí que te entrego a mis hijos.
Cuídamelos, protégemelos y adéntralos a cada uno de ellos y de ellas en tu Inmaculado Corazón. Madre de mi alma, Madre de mi corazón.
Hijitos míos, hijitas mías he aquí a vuestra Madre. Cuidármela mucho, amármela mucho. Darla alegrías y no penas, que se sienta feliz en vosotros y ayudarla a salvar almas porque de esa cuarta parte de la humanidad que será salvadas, todavía falta algunos, no está completa.
Fijaros una parte se salvará solamente. Rodearla con vuestro amor, con vuestros sacrificios, vuestras oraciones, vuestras alegrías, vuestra humildad, vuestro buen comportamiento y reparar de esta forma su Inmaculado corazón.
Mirar que hoy os he vuelto a dar a mi Madre y a mi Madre la he vuelto a dar a todos vosotros por hijos.
No lastimármela con malos comportamientos, con malas palabras, desobediencias y con la soberbia que cada uno lleváis dentro.
Llenarla de vuestra alegría, de vuestro amor y de vuestro cariño.
Seguir con esta plegaria poderosa que detiene al enemigo cuando estáis rezando, hijos míos.

Nuestra Madre
La paz inunde vuestros corazones, esta paz que no es otra que la que da mi Divino Hijo.
Vuestra Madre bajo la advocación de la Merced se ha hecho presente en esta tarde en medio de vosotros.
Hijos míos, ayudarme a liberar a tantos cautivos y esclavos que en este tiempo tiene Satanás y que como marionetas bailan alrededor de él. ¡Como bailarán en el infierno si no se convierten!
Soy la Madre de los afligidos, venir a Mí, todos los que os encontréis en situaciones difíciles que yo os auxiliaré y os socorreré, hijos míos.
Las cadenas que os traigo en esta tarde, son las cadenas del santo rosario. En ellas quiero atrapar a muchos hijos como os he dicho antes, esclavos y oprimidos de Satanás, pero para ello quiero vuestra ayuda pidiendo por la conversión de los pobres pecadores. También quiero ayudar a tantas almas que lo están pasando mal. También quiero que pidáis por todo el dolor del género humano.
Soy el auxilio y el socorro del hijo y la hija que viene a mí. Pero hay tantas almas que no lo saben.
Con vuestra Madre, todos los sufrimientos son más ligeros y llevaderos, al igual que con vuestro Jesús y el nuestro.
Recordarlo, las cadenas que traigo son las cadenas del santo rosario. En ellas, quiero atrapar las almas de los pecadores para atraerlos a mi Inmaculado corazón.
Orar mucho por la conversión de los pobres pecadores. Orar mucho por vuestros hermanos que sufren toda clase de dolores espirituales, materiales y corporales.
Orar mucho por España porque en verdad está a punto de darse la revolución en ella. Corta pero muy sangrienta.
Orar para que los españoles y los que no lo son, porque han venido de otros países a incordiar a España, se conviertan y se quede solamente, si ha de darse ahora o un poco más adelante, en una revolución y no desemboque en guerra civil, hijos míos.
El brazo de Padre ya ha caído y su justicia está cayendo sobre la tierra.
Esa justicia que el Padre tanto ha preservado y tanto trabajo le ha costado derramarla, pero ya no hay retorno. El hombre se ha olvidado de Dios, no quiere a Dios. Y el hombre ha traído la justicia del Padre sobre él.

Padre Pío
Vuestro padre, protector del grupo, está aquí presente en medio de vosotros.
La paz de todo un Dios Trino descienda sobre vosotros, vuestros corazones.
Gracias, hija mía, por haberme felicitado hoy.
Soy el padre Pío como vosotros me conocéis y vengo a despertaros de vuestro letargo. No es tiempo de dormir sino de estar en vela y de que llevéis a cabo todas las enseñanzas que los Sagrados Corazones, el Padre y el Paráclito os ha dado.
Os amo mucho y quiero vuestra salvación, pero algunos sois todavía muy rebeldes y hay algo que os quiero decir: ¡Ay, del hermano o la hermana que se vaya de este mundo con algún rencor o algo hacía otro hermano o hermana del grupo!
Padecerá en el purgatorio doble pena y las penas en el purgatorio son muy dolorosas y muy terribles, creerme hermanos e hijos míos.
No sabéis cuando va a venir el Señor a por vosotros, ni el día ni la hora. Estar preparados, hacer buenas confesiones que algunas no las hacéis muy bien.
Dejaros que brille en vosotros la sencillez para que brote en vosotros la humildad y no la soberbia.
Amar mucho a nuestra Mama, la Madonna, abrazarla, besarla todos los instantes de vuestra vida.
Amar mucho a nuestro Jesús que Él siempre miradas de compasión y misericordia para vosotros y me retiene de deciros cosas más crudas, que os merecéis.
Porque ya lleváis años en la escuela del amor de los Sagrados Corazones y ¡cuánto os cuesta crecer!
Pero, recordar que yo también os amo y siempre estoy junto a vosotros y os protejo y os cuido, sobre todo cuando rezáis a los santos y ángeles protectores, que muchos no lo hacéis. Si no venís vosotros a nosotros ¿cómo os podemos ayudar?
Pero aún así, de ¡cuántos peligros os he salvado, hijos míos! Pero dejarme hacer más invocándome en vuestras oraciones.
El Padre me ha dado una gracia para vosotros, de gran poder, fuerza que desciende sobre vosotros contra Satanás, sus secuaces y todos vuestros enemigos.
El poder y el amor de nuestro Padre Celestial desciende sobre vosotros, 
El poder, el amor y la misericordia de Dios Hijo, nuestro Jesús, desciende sobre vosotros, 
El poder, el amor y el fuego del Paráclito desciende sobre vosotros,