Vistas de página en total

domingo, 26 de octubre de 2014

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

20 DE SEPTIEMBRE DE 2014


Nuestra Madre
Vuestra Madre Inmaculada bajo la advocación de la Merced me he hecho presente en esta tarde para pediros que me ayudéis con oraciones, sacrificios y un triduo para liberar a los cautivos.
Mira, hija mía, ve y cuenta a tus hermanos lo que estás viendo desde el comienzo del santo rosario

Rosa
Veo a nuestra Madre con una túnica beige muy clarita toda llena de luz, lleva un velo hasta el suelo todo blanco radiante de luz. En sus brazos veo al niño Dios con el pelito rizado, con ojos azules, su túnica también es beige.
La Virgen lleva un escapulario en el pecho con su imagen por un lado y por detrás blanco y rojo.
El niño lleva uno más pequeño en la mano, esta radiante.
La Virgen mira al mundo con tristeza. El niño está en brazos de su Madre y juega con los ángeles porque está rodeada la Virgen de muchos, de muchos ángeles.
La Virgen mira para abajo y veo muchas, muchas, almas llenas de cadenas, las almas de nuestros hijos y familiares. ¡Qué dolor, las cadenas que llevan algunos son gruesas y casi no pueden con ellas son las cadenas de la esclavitud, del pecado!

Nuestra Madre
Si, hija mía, rezar por vuestros hijos, maridos y familiares y por la humanidad entera. Rezar mucho para que las cadenas del pecado, caigan y vayan a mi Divino Hijo contritos y arrepentidos. Y, al igual que el padre del hijo pródigo los estreche en sus brazos.

Rosa
Veo también como muchos, las enfermedades las llevan mal y culpan a Dios de ellas y algunos maldicen y las cadenas se hacen mas gordas y pesadas.

 Nuestra Madre
Rezar también por los enfermos para que acepten con amor la cruz y dejen que nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones les ayuden a llevarlas.  

Rosa
¡Dios mío, el niño se pone triste también al ver a tantas almas con tantas cadenas, esclavizadas por el pecado, por las enfermedades no llevadas con amor!
Extiende sus manos chiquitinas hacia el purgatorio y está sacando a muchas, a muchas, a muchas e almas del lugar de la purificación.
Veo también a la Virgen como va a los que sufren al esclavitud y el cautiverio por seguir a Cristo, a todos les pone su escapulario, les va imponiendo uno por uno y le llena de fuerza para seguir y de valor, de fe y de esperanza y confianza y de amor para seguir perseverando en ese cautiverio, en ese martirio que están pasando.
La Virgen va uno por uno por todos los lugares que están sufriendo persecuciones, llenándolos de su amor y de su misericordia y de la fuerza del rosario, del poder y de la gracia del escapulario de Nuestra Señora de la Merced.

Nuestra Madre
Si, hijos míos, vestir todos con el escapulario de la Merced.
Y, romper las cadenas, las vuestras, las de vuestros familiares, las de los pobres pecadores, las de los enfermos que reniegan de su enfermedad y muchas maldicen a Dios.
La bendición de vuestra Madre de la Merced, de vuestro Jesús, niño de la Merced, desciende sobre vosotros, sobre vuestros corazones.
Quedad en paz, hijos míos, y rezad mucho, mucho por vuestros hijos.

Jesús
Vuestro Jesús crucificado por amor a todos vosotros, desciende sobre vosotros, sobre vuestros corazones a través de la llaga de mi divino costado.
Recibir la bendición de vuestro Jesús agonizante en la cruz por amor a cada uno de vosotros y a toda la humanidad, hijos míos.
Recibir la bendición de vuestros Jesús crucificado, la protección y la gracia para todo lo que me pidáis a través de mi Madre y vuestra: problemas, enfermedades, conversiones, para vosotras y tú, hijo mío.
Que seáis aún mejores, para todas las situaciones en que os encontréis, para vencer por medio de la cruz, el escapulario de mi Madre y vuestra, el santo rosario, el escapulario del Carmen, contra Luzbel, a sus secuaces, a vuestros enemigos y a todo el que os quiera mal que no os pueda hacer ninguna brujería y que reboten contra el escudo de mi cruz.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


16 DE SEPTIEMBRE DE 2014



Nuestra Madre
Los ángeles custodios de cada uno junto a los santos que tenéis y vuestra Madre rezamos junto a vosotros implorando a mi Divino Hijo por las intenciones de cada uno, por todo lo que pedís en los santos rosarios.
Quiero que os recojáis profundamente. Estáis hablando a través de la oración con Dios, recordarlo.
Poner más atención a nuestras palabras y llevarlas a cabo, no seáis, algunas fariseas, no disculparos, admitir vuestros defectos y pedir ayuda para corregiros de ellos, poniendo también vosotros y vosotras, vuestra voluntad.
Poner en práctica nuestras enseñanzas y no seáis fariseos.
Sois almas todas escogidas por el Padre para la misión de la conversión de los pecadores, para llevarle muchas almas porque todas estáis junto a Mí, las santas mujeres y San Juan al pie de la cruz.
Vosotros también, hijos míos, y si hacéis lo que os digo alcanzareis la gracia de ir directamente al cielo. 
Os tienen que conocer por el amor que vean entre vosotros y por vuestras obras. Acogeros todos, amaros todos, ayudaros todos porque todas y todos sois hijos de un mismo Padre y un Padre ¿qué quiere? que se  amen sus hijos y se lleven bien.
El poder del Padre desciende sobre vosotros.
La misericordia de Dios Hijo desciende sobre vosotros.
Y el amor del Paráclito desciende sobre vosotros.
Y la llama de mi Inmaculado Corazón doloroso desciende sobre vuestros corazones.
Quedad en nuestra paz y en nuestro amor, hijos míos e hijas mías.


MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

13 DE SEPTIEMBRE DE 2014



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Inmaculada al pie de la cruz se ha hecho presente en este cenáculo formado por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones. Con mi Hijo extendido en la cruz entre el cielo y la tierra para la salvación del género humano.
¿Porqué, hijos míos, os cuesta a algunos tanto obedecer?, ¿porque estáis todavía tanto en este mundo?
La cruz está plantada para elevaros en ella y, ¿qué hacéis? No todos, sino algunas, os apartáis de la cruz y os sumergís en este mundo mundano y mayoritariamente pagano.
¡Ay, hijos míos, que agarrados estáis a las cosas mundanas!, ¡cuántos os cuesta desprenderos de las cosas del mundo!, ¿cuántas veces os hemos dicho que tenéis que vivir como vivió la Sagrada Familia en Nazaret! Con lo necesario o menos.
Y, ¿cuántos de aquí presentes habéis hecho caso?, ¿cuántos?.
Y, ¡cuánto os cuesta, no a todos pero sí algunos, dar de comer al hambriento! Pero no os cuesta dar para la opulencia de vuestros hijos y sus vicios.
¡Que le dais todo y le estáis acostumbrados mal!
¡Ay, cuando llegue la hora y no tenga más que un trozo de pan que llevarse a la boca!, ¿qué será de estos hijos que les habéis dando tanto como han pedido?
Él os pedirá cuentas de lo que habéis hecho con vuestros hijos. Que la mayoría de lo que les dais son para cosas innecesarias por que tienen que aprender a vivir con lo que tienen.
Yo no digo que les deis un plato de comida o ayudéis a los que tenéis parados con lo necesario y en vuestros hogares, los que están solteros.
Pero, ¿cuánto dais para cosas innecesarias que bien pueden pasar sin ellas?
Con eso que dais podían comer muchos pobres, hijos míos.
Recordar esto, en esta tarde y para siempre, vosotras pedís y pedís pero poco os sacrificáis y cuanto más sacrificio, más vuestras plegarias llegan al corazón del Padre a través de nuestros Corazones y recibiréis lo que anheláis si es bien para las almas.
Pero, no seáis egoístas ahora porque os he dicho esto porque si los hacéis por egoísmo no recibiréis nada.
Y mi Hijo os está probando como al oro en el crisol y cada vez os probará más fuerte.
Y, según vayáis respondiendo a la prueba, así subiréis peldaños espirituales y vuestras almas se unirán más al corazón del Padre.
No me seáis avaros, que todo lo que tenéis lo habéis recibido porque Dios os lo ha dado. No le tentéis y os quite todo.

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


12 DE SEPTIEMBRE DE 2014



Jesús
Venid hijos míos, tan amados de mi Sagrado Corazón, venid mis consuelos de esta hora santa. Venir al igual que vinisteis a consolar a vuestros Jesús, vuestra almas cuando aún no estaban en la tierra y estabais disfrutando en el cielo del amor de mi Padre y vuestro.
Venir, hijos míos, como en aquella noche vinisteis con el ángel a consolar a vuestro Jesús del dolor tan inmenso que sintió todo mi ser.
Se rompieron todas las venas de mi corazón, mi corazón se hizo pedazos al ver que mi muerte iba a ser inútil para tantos y tantos hijos que con tanto amor iba a derramar mi sangre por la salvación y el rescate de sus almas y de todo el género humano.
Todas mis venas se rompieron, el dolor era inmenso de aquella noche. ¡Ay, Padre!, ¡Ay, Padre, al ver el sacrificio de su Dios inútil para tantas almas, y ver esas almas precipitarse en el infierno!
Los poros de mi piel se dilataron, se abrieron y mi sangre salió a borbotones por todos los poros de mi piel y esa sangre sigue saliendo por las almas que me rechazan. Estoy ante ellos con los brazos abiertos para recibirlos en ellos con inmenso e infinito amor y adentrarlos en mi corazón y mi escupen, me abofetean, se burlar de Mi, se ríen, golpean mi rostro, me flagelan, me crucifican con toda la soberbia de Lucifer.
Prefieren el infierno, estar eternamente en el, que estar eternamente con su Padre que es el mío y el vuestro y los creó con tanto amor.
Venir mis consuelos de esa noche y de todas las noches que un alma, y son tantas las que se precipitan en los infiernos.
Venir a consolar a vuestro Jesús, con ello ganáis todavía un poco más de tiempo dando a mi misericordia más tiempo para que no se agote y el brazo de mi Padre no caiga pesadamente sobre esta humanidad perversa e infame.
Venir, cubrirme con vuestro amor, con vuestros besos mi Santa Faz, toda desbordante de sangre al igual que mi cabeza y mis cabellos, limpiar con vuestro amor esta sangre derramada en Getsemaní para que sea volcada una vez más sobre la humanidad y mi Padre siga teniendo, aún un poco más, misericordia de este mundo.
Venir y recoger la sangre de vuestro Jesús que derramé y derrama en Getsemaní y volcarla sobre vuestro hogares y familias y sobre el mundo entero.
¡No sabéis, hijo míos, el valor incalculable e infinito de mi Preciosa Sangre derramada en Getsemaní y tan olvidada!
Porque allí en Getsemaní pasé el mayor dolor de mi Pasión, en rescate por cada uno de vosotros y de la humanidad.
Los golpes, las bofetadas, las insultos, los latigazos, la corona de espinas, el cargar con la cruz, el ser crucificado, el despojo de mis vestiduras, fueron sufrimientos inmensos que el hombre nunca podrá saber aquí en la tierra porque por ellos el hombre no ha pasado ni pasará.
Pero la Pasión de Getsemaní, el dolor de Getsemaní fue aún más cruento, pasó por delante de Mí.
Toda la humanidad, todos los pecados de todos los hombres de ese momento, de ahora, del futuro hasta el fin de al eternidad aquí en la tierra que termina con la muerte del cuerpo del ser humano, digo eternidad en la tierra por los siglos y los milenios que abarca desde que fue creada hasta el fin del mundo en que entonces la tierra purificada blanqueada y santificada se unirá a la del cielo.
Hijos míos, ser obediente a nuestras enseñanzas, caminar en mis huellas ensangrentadas, seguro camino que llega a la eternidad con vuestro Jesús, el Padre y el Paráclito, mi Madre y vuestra y todos los santos y ángeles del cielo.