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domingo, 22 de marzo de 2020

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


20 MARZO DE 2020


NUESTRA MADRE

Hijas mías e hijos míos, vuestra Madre os pide, porque ha llegado el momento, distribuir la foto de la Santa Faz, con la oración por detrás, para pedir por su Preciosísima Sangre, lo que las almas necesitan: la terminación de la pandemia; la curación de los enfermos y protección para los que están ayudando a controlar la pandemia, tanto sanitarios como otros muchos hermanos que están expuestos a ello por el bien de los demás.
Decidles a mis hijos que hagan un examen de conciencia delante de la estampa de la Santa Faz y después las jaculatorias con los Padrenuestros y sus pecados les serán perdonados.
Pero, en el momento en que se tenga un sacerdote, hay que ir a confesarse. 
Esta gracia es para este tiempo y otros que están por venir en que no hay sacerdotes para confesar.
Y para todos los males del final de los tiempos hasta llegar a los cielos nuevos y la tierra nueva.

sábado, 21 de marzo de 2020

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


21 FEBRERO DE 2020



Jesús
Hijos míos, sois tabernáculos vivos. En donde vuestro Jesús reposa, en donde vuestro Jesús encuentra, en donde vuestro Jesús llora, en donde vuestro Jesús está triste, desgarrado, desconsolado, maltratado, herido, flagelado, cargado con la cruz de vuestros pecado y los pecados del mundo. Problemas y angustias. 
En donde está vuestro Jesús, subido en el Calvario despojado de mis vestiduras.
Desgarrando una vez más mis carnes al quitarme las vestiduras sin ningún miramiento. Donde está Jesús, vuestros Jesús, subiendo al madero como un Cordero dócil y paciente.
Donde está vuestro Jesús clavado de pies y manos en el cruz. Donde está vuestro Jesús diciendo las siete Palabras.
Donde está vuestro Jesús muriendo y donde Jesús muere.
Donde está vuestro Jesús puesto en los brazos de mi Madre
Donde está vuestro Jesús resucitado. Donde vuestro Jesús es feliz cuando vosotros sois felices. Cuando vosotros me desagraviáis y desagraviáis a mi Madre. 
Donde está vuestro Jesús con los brazos abiertos cogiendo vuestros corazones y haciéndolos uno en el mío.
No olvidaros por un instante, sois sagrarios vivos, tabernáculos vivos donde reside vuestro Jesús.
Por ello, quiero que cada palabra en la oración salga de lo más profundo de vuestros corazones para que lleguen al mío y mi corazón se funda con el vuestro. Y no sean palabras vanas que sólo se digan con los labios, hijos míos.

jueves, 19 de marzo de 2020

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


29 ENERO DE 2020



Nuestra Madre
Hijitos míos, vuestra Mamá Inmaculada junto con el Paráclito nos hemos hecho presente en este cenáculo salido de los Sagrados e Inmaculados Corazones, dedicado a honrar, amar, adorar y glorificar a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo.
Y, a vuestra Madre Inmaculada del Segundo Pentecostés, que lo tenéis a las puertas, hijos míos. 
Perseverar en la fe, en la confianza, en la humildad, en la caridad y en el amor. 
Cuando estéis ante mi divino Hijo no se os pedirá los bienes que habéis tenido aquí en la tierra. Ni tampoco se os pedirá cuentas de si habéis tenido más o menos.
Recordar que nada de lo que tenéis es vuestro, pues todo lo que tenéis os viene del cielo, dado por el Padre, hijos míos.
Y, sólo os pedirán cuentas del amor y de las buenas obras.
Todo lo demás quedará aquí y al final todo perecerá.
¡Ay, hijas mías e hijos míos, no ser tan insensatas ni insensatos!
Poner vuestros ojos, vuestro corazón y vuestro ser en todos los bienes del cielo y no en los de la tierra. Que estáis todavía muy apegados a ellos.
¡Ay, hijos míos, cuánto os cuesta desprenderos de ellos, y también por ello pagaréis!
Vuestro corazón, como ya os he dicho, y todo vuestro ser tiene que estar puesto en Dios, en los bienes celestiales.
¡Tenéis que aligerar la mochila para poder volar muy alto, muy alto, muy alto como las águilas! Que os detiene, en ese vuelo, los ladrillos que lleváis en vuestras mochilas con los bienes de este mundo.
¡Contra más alto voléis, más os santificaréis! 
Los tiempos son graves, muy graves y tenéis que estar libres de todo lo de este mundo. Para servir a Dios, para que el Paráclito actúe por vosotros y hable a través vuestro.
Tener una meta. Crecer en santidad y en amor a Dios cada día más y olvidaros de todo lo demás.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


25 ENERO DE 2020



Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús junto con mi Madre y vuestra os damos las gracias por caminar de nuestras manos al cenáculo. Todos los que llegáis a los cenáculos formados y dirigidos por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones no venís solos, no camináis solos, venís cogidos de la mano de mi Madre y de la mía, hijos míos.
Gracias os doy por vuestro amor, por vuestra oración y por vuestro sacrificio para reparar nuestros corazones de mi Madre y de vuestro Jesús, que tan desgarrados y doloridos están por la maldad y perversidad de los hombres.
Hijos míos, se os advirtieron ya, hace años y después de las plagas que iban a ir viniendo a la tierra, de las enfermedades que no iban a tener cura y se os dio el remedio para ello.
Para las enfermedades de mi Madre de la Milagrosa en el agua y para evitar plagas las medallas de mi Madre en todos los cajones de vuestros hogares.
Pero, hijos míos, estáis asustados por esta enfermedad que ha llegado provocada por el hombre y que se está llevando muchas vidas. 
Pero, ¡Ay, hijos míos, la plaga que vendrá será peor que la peste, después de ésta! La carne se desprenderá del cuerpo por los pecados de la carne. Toda la carne se llenará de úlceras y se gangrenará y no habrá remedio para esa enfermedad.
Por ello, hijos míos e hijas mías, poner ya en vuestra vida los remedios que os hemos dado, hijos míos. 
Beber del agua de las medallas que todos los remedios ya se os han dado. 
Ponerlo en práctica.
Ya no hay vuelta atrás. Todo lo profetizado se está dando y se terminará de dar pero si se puede suavizar y acortar. Orar por ello. No perder la fe, el amor, la confianza, la fortaleza y la calma.
En todos estos momentos que si camináis a nuestro lado, saldréis triunfante de todo ello.
Y, en esta tarde, os sello una vez más, en mi Preciosa Sangre. 
Y, mi Madre está derramando su preciosa sangre mezclada con mi preciosa sangre sobre vosotros, sobre vuestros hogares.
Caminar con amor, con fe, con confianza y con alegría.
Y, no temer nada, pues vuestro Jesús y vuestra Mamá, María, la mía estamos junto a vosotros.
¡Ánimo! Que todo un Dios Tres veces santo, Padre, Hijo y Espíritu Santo está con su rebaño. 

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


17 ENERO DE 2020



Jesús
Hijitos míos e hijitas mías, gracias por haber venido junto a vuestro Jesús y junto a vuestra Madre inmaculada esta tarde, ya noche, a reparar el dolor de mi Sagrado Corazón al igual que el dolor de mi Madre y vuestra Inmaculada. 
Y, a vosotros y vosotras, hijos míos e hijas mías, tenéis que empezar a volar ya como el águila, alto,  pero para ello os tenéis que despegar de todas las cosas de este mundo. Que no os dejan volar, que a veces sois mariposas con alguna ala algo cortada y voláis bajo sin poder llegar vuestro vuelo a la cima.
Si no vivís desprendidos de este mundo, de todas sus cosas no podréis hacer el vuelo a los brazos de vuestro Jesús porque las cosas que lleváis pegadas del mundo os pesan tanto que no os dejan progresar espiritualmente.
Yo soy el que vengo a vosotros y a vosotras y os fundo en mis brazos en mi sagrado corazón pero os quiero libres de ataduras de este mundo para que vosotros emprendáis el vuelo. Y, subáis alto, muy alto, muy alto, con los brazos extendidos para abrazar a vuestro Jesús. 
Vuestro Jesús, el dueño de todo, a nada me até. Y pasé aún sin lo necesario. 
Para daros ejemplo y para hacer ver que se podía vivir sin tanto como tenéis. 
Cuando estéis ante Mí no os voy a pedir cuentas de lo que tuvisteis o no tuvisteis en la tierra sino del amor que me habéis dado a Mí, a mi Madre, al Padre, al Paráclito y a los hermanos.
Lo poco o mucho que tenéis aquí en la tierra son gracias que os doy y os lo doy Yo, y lo tenéis porque os lo doy Yo, vuestro Jesús. 
Por ello, gracias tenéis que dar constantemente y diariamente.
Por lo que os he dado y os doy en la tierra.
Os bendigo en el nombre de Dios Padre que os ama e inclina sus oídos a cada uno y a cada una de vosotros y vosotros. Cuando habláis con el y hacéis oración y le decís que le amáis, y en ese amor recibe vuestro abrazo.
Y, vosotros el de Él.
En el nombre de Dios Hijo que es el os está bendiciendo en esta tarde, que no deja ni un instante de velar por todos vosotros y vosotras
Y, en el nombre del Paráclito que habita en vuestros corazones y a veces hace violencia en vosotros para que hagáis el bien y os da remordimientos cuando hacéis el mal.
Y, os llena de pensamientos y de palabras buenas y de obras buenas. Que todo ello, lo hacéis, lo habláis y lo pensáis a través del Paráclito, hijos míos. 
Y os bendigo también el nombre de mi Madre y vuestra, que como una madre siempre está pendiente de sus hijos, de vosotros y de vosotras.
Ir en mi amor, ir en mi paz.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


14 ENERO DE 2020



Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús y vuestra Madre dolorosa nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado por nuestros Corazones.
Quiero que me quitéis con vuestro amor, con vuestra dulzura, con vuestra humildad, con vuestros buenos pensamientos, con vuestras obras las espinas que llevo clavadas en mi cabeza.
Mirar, desde el primer mensaje hasta este último que os estoy dando en estos momentos os he dicho lo que iba a acontecer en este mundo si el hombre no cambiaba. 
El hombre no ha escuchado nuestras palabras ni siquiera los que se consideran buenos. 
La copa se ha llenado, se está derramando y está ya plenamente vacía. Por ello, la gran purificación la tenéis a las puertas. Pero no tenéis que tener miedo, mis niñas y mis niños, todo se os ha dado para estos tiempos.
¡Ánimo, fuerza y valentía para afrontar lo que os viene permitido por el Padre, hijas mías e hijos míos!
Pedirnos ayuda cuando os sintáis débiles porque en verdad os digo, que si no sois por nuestros corazones no podréis llegar al final. 
También os digo que os sentiréis débiles pero recurrir a nuestros sagrados corazones para daros toda nuestra fuerza y el coraje para seguir en el camino trazado hasta el fin. 
Vuestros ángeles protectores, junto al ángel de la guarda, los santos caminan todos junto a vosotros y el ángel del Padre delante dando luz y abriéndoos el camino. 
Mi Madre va a un lado vuestro y vuestro Jesús al otro. Estáis en nuestros sagrados corazones y bajo el manto de mi Madre.
¡Creerlo porque no lo creéis! Por ello, flaqueáis algunas veces, no termináis de creerlo algunas veces. 
Manteneros en gracia, dar todo el amor que tengáis en vuestros corazón que tengáis a vuestros hermanos y hacer todo el bien que podías. Y, no preocuparos del sufrimiento que está al caer. Si el Padre que está en los cielos se preocupa de dar de comer a los pajarillos, a todas las aves y animalillos, ¿Como no se va a preocupar de vosotros?
Creer y manteneros en gracia. Llevar a cabo todo lo que os hemos dicho y nada ni nadie podrá con vosotros y vosotras, hijos míos.
San Miguel con su ejército os defiende y vosotros y vosotras al lado de San Miguel. Listos para la batalla que se va a entablar en breve tiempo a las órdenes de mi Madre Reina, Señora y Madre de todo lo creado.
Sois los elegidos y las elegidas.
Despegaros de todo lo mundano, de todas las cosas del mundo y vivir sólo para Dios.
Entonces, veréis las gracias y los milagros que hare en vosotros y a través vuestra.
Ya ha pasado el tiempo del biberón y el tiempo de las papillas. Ya sois adultos para comer y llevar a vuestro corazón todas nuestras palabras y ponerlas en práctica.
Orar mucho por España y por el mundo. Y, por la Iglesia. Por las almas consagradas y por el Papa.
La Iglesia, mi Iglesia, los miembros de ella, las almas consagradas van a ser muy purificadas, muy acrisoladas, porque la mayoría no están cumpliendo con el Evangelio.
Y, están dando a los fieles un dios a su imagen y semejanza.
La Iglesia que formó vuestro Jesús, la única verdadera, no prevalecerá. Desaparecerá tal y como la conocéis. Y, resurgirá bella y hermosa como cuando se formó con mis apóstoles. Así será mi Iglesia y así quiero a mi Iglesia.
Acudir a los buenos sacerdotes. A los que verdaderamente me aman y predican la verdad. Defienden la tradición y los dogmas. Porque los dogmas,  los va a abolir al igual que la tradición.
Pero vosotras y vosotros no dejaros llevar por las cosas nuevas aunque os excomulguen. Vosotros ser fieles a la tradición y a vuestro Jesús 
Pero no estaréis abandonadas ni abandonados si hacéis lo que Yo os he dicho, mi Madre y el Paráclito a través de todos estos años, hijos míos e hijas mías.

martes, 21 de enero de 2020

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


25 NOVIEMBRE DE 2019



San José 
Hijos míos, vuestro padre José junto con Miriam, mi esposa, y nuestro divino Hijo, el Infante Jesús, nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado para honrar, adorar, glorificar y amar a la Sagrada Familia. Por los corazones de mi divina esposa, Miriam y mi divino Hijo Infante, Jesús.
Os vengo a recordar la primera vela de adviento: la fe.
Creer contra toda desesperanza, en los problemas, adversidades, enfermedades, en todos los dolores y sufrimientos.
Mirar, vuestro padre José, a mi, no me fue ahorrado ningún dolor pero todo lo llevaba en el amor al Padre y a mi divino Hijo, el Infante Jesús.
Y, en verdad os digo, el que ama verdaderamente a Dios sobre todas las cosas, todas sus adversidades, problemas, dolores, enfermedades y sufrimientos, la fe  hace que lo lleve con amor y con alegría. En medio de todo ello.
Así lo llevé yo, así lo llevó Miriam, vuestra Madre Inmaculada y el divino Infante Jesús. Puesto todo en Dios no es suficiente sufrimiento por muy desgarrador que sea, creyendo y amando a Dios que esas almas en su corazón y en sus semblantes no lleven la alegría, 
Así lo llevó también Maria, mi esposa inmaculada, Miriam. Y, el divino infante, hijos míos e hijas mías.  
La fe es una gracia de Dios Padre para cada alma pero la tenéis que cultivar con el amor a Dios sobre todas las cosas y creer aún en medio de toda desesperanza.
No veniros nunca abajo y ser nuestro ejemplo. 
Sin fe, sin confianza, sin amor y sin paz en el corazón y en el alma no se pueden llevar bien las cruces que cada uno y cada una tenéis que cargar cada día.
Si tenéis a Dios con vosotros, ¿por qué tenéis que estar tristes en medio de todas vuestras aflicciones, dolores y sufrimientos?
Vivir en paz dejándolo todo en vuestro padre José, en vuestra Madre Inmaculada, María, y en mi divino Hijo, Jesús. 
Y, viviréis felices y cercanos a Dios porque seréis solo uno con Él y Él con vosotros. 
La alegría tiene que habitar en las almas, en el interior y en el exterior de los que se llaman hijos de Dios.
Id en el corazón de la Sagrada Familia contentos y felices. De ayudar a mi divino Hijo a llevar parte de la cruz, esa cruz que vosotros cargasteis y cargáis continuamente a los hombros de mi Hijo y llevarla con alegría, llevarla con amor, con fe, con paz, con confianza, esperanza y amor, hijos míos. 
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


22 NOVIEMBRE DE 2019




Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre se ha hecho presente formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados corazones. 
Gracias a todos los que habéis venido a honrar, amar, adorar y a reparar a vuestra Madre en la advocación de Nuestra Señora de la Preciosa Sangre y a mi Hijo crucificado por vuestros pecados y los pecados de la humanidad y a su sagrado corazón dolorido.
Hijos míos, termina este domingo el tiempo ordinario para pasar al Adviento.
Cada semana encenderéis vuestras almas y vuestros corazones con la luz de estas cuatro gracias tan grandes que os he mencionado. 
El lunes encenderéis vuestro corazón y vuestra alma con la luz de la fe. Practicar la fe en vosotros y en los demás.
La próxima será la luz de la paz y llevaréis la luz de la fe y la paz y ejercitaréis de manera especial la paz en vosotros y pediréis la paz para vuestro entorno y familiares y para todas las almas.
La próxima la esperanza igualmente, hijos míos e hijas mías, la encenderéis la tercera vela en vuestra alma y en vuestro corazón.
Practicando la esperanza para vosotros, para vuestros familiares y para todas las almas, pidiéndola para todas las almas y para todos vuestros familiares, hijas mías e hijos míos.
Y, la última, el amor, encenderéis esta vela en vuestra alma y en vuestros corazones en la llama de amor de mi Inmaculado corazón y del sagrado corazón de mi divino Hijo y practicaréis el amor junto con las tres velas y virtudes anteriores y pediréis el amor de Dios que venga a habitar los corazones de vuestros familiares y el corazón de todas las almas del mundo entero.
Estas serán las velas de adviento de este año, hijas mías e hijo mío.
Consolar nuestros corazones en este adviento y prepararos para recibir a mi divino Hijo, vuestro Jesús, el 25 de diciembre. Tiritando de frío por la dureza y el hielo de tantos y tantos pecadores.
Vosotros seréis el calor que reciba mi divino Hijo y el amor supliendo con ello, hijas mías e hijo mío, el desamor, el hielo, el pecado, la abominación de este mundo, de tanta ingratitud de la mayoría de nuestros hijos, en vez de darnos amor nos clavan espinas y dan latigazos a mi divino Hijo.
Y, lo vuelven a clavar en la cruz.
Estas navidades sean para vosotros, en verdad, la celebración del nacimiento del Hijo de Dios, del Hijo de vuestro Padre Celestial que se hizo hombre para enseñaros el amor, para enseñaros como comportaros y corregiros, para daros instrucciones que están en los Evangelios de cómo caminar cada día. Y, para redimiros del pecado y obteneros la salvación eterna, hijos míos.
Id en la paz y el amor de nuestros Sagrados e Inmaculados corazones. 


MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


12 NOVIEMBRE DE 2019



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Dolorosa se ha hecho presente en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Hijos míos, mi Inmaculado corazón llega a vosotros desgarrado de dolor, agonizante de tanto dolor por el comportamiento de los hombres y por los pecados de la humanidad.
Nos hemos manifestado y nos manifestamos por toda la tierra pero el hombre no cambia, no cree en nuestras manifestaciones y sigue viviendo empedernido en el pecado.
Incluso los que se llaman nuestros no cumplen ni llevan a cabo los consejos y enseñanzas que damos en nuestras manifestaciones.
La mayoría de ellos que se llaman, los llamáis nuestros. 
Se que el hombre es débil y cae pero con nuestra gracia se levanta e intenta seguir fiel a mi divino Hijo en sus huellas. Esas huellas ensangrentadas que llevan a la salvación. 
Pero la mayoría sigue obstinado en su miseria, en sus pecados y no sigue nuestras enseñanzas y nuestros consejos.
Por ello, todo lo profetizado por el bien vuestro y de las almas se va a dar en breve, hijos míos.
¡Que dolor sienten nuestros corazones! por vosotros, por el dolor del género humano y por dolor que nos provocan estos hijos rebeldes y crueles que por más que hemos dicho y decimos no hacen caso y recibimos desprecio, olvidos y bofetadas y nuestros corazones se desgarran.
Ante tanto dolor de ver cómo esta humanidad, la mayoría camina al borde del abismo. 
Hoy les entrego la corona de espinas que me habéis puesto en las manos para que reparéis en ella nuestros corazones, vuestros pecados, los pecados de vuestros familiares y los pecados del mundo entero.
Sólo temer si no hacéis las cosas bien a mi Hijo juez cuando, hijos míos, estéis en su presencia.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


25 OCTUBRE DE 2019



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Mamá del cielo junto con mi puro y casto José y el divino Infante nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones. 
Y dedicado a honrar, a venerar, a glorificar y a adorar a la Sagrada Familia. A Jesús, a José y a vuestra Madre Miriam.
Os vuelvo a pedir que oréis mucho por las familias.
Una mayor parte de las familias están destruidas y nuestros corazones se desgarran al ver tanto dolor en estas familias. Tras vivir al margen de mi divino Hijo han quedado totalmente destruidas.
Orar mucho por las familias. Orar mucho también por vuestras familias pues el enemigo no se detiene ante ellas y quiere destruirlas todas, hijos míos. 
Orar mucho por vuestra patria pues mucho dolor y sufrimiento viene a ella. Pero orar de corazón, no con los labios, hijos míos, para que vuestras plegarias, vuestras oraciones, sean escuchadas.
Orar mucho por la Iglesia fundada por mi divino Hijo, la única verdadera.
Por el Papa y por las almas consagradas, pues hay una parte y muy grande de estas almas que están dormidas.
No hay otra religión, ni otra Iglesia verdadera. Sólo la que fue fundada por mi divino Hijo y llevada a cabo por los apóstoles después de su resurrección bajo las directrices de vuestra Madre, María.
Vuestra Madre ayudó a los apóstoles junto con el Paráclito a fundar la Iglesia que mi divino Hijo empezó.
Hijos míos, no aceptar otras religiones que no sea la católica y apostólica. No saliros de la tradición porque os podréis confundir con todo lo que está ocurriendo.
Porque os vuelvo a repetir, no hay nada más que una verdadera. Si aceptáis esas religiones, aceptáis esos ídolos a los que adoran. Y, herejías.
Pedir mucho por la Iglesia para que vuelva otra vez a las raíces de las que fue fundada y por las familias.
Las familias en la Iglesia, el enemigo de la discordia, de la mentira, Lucifer, las quiere destruir. 
Contamos con vuestras oraciones, vuestros sacrificios, ayunos y cumplimientos de los mandamientos de cada uno para poder salvar a las familias y para despertar a tantos aletargados que están dentro de la Iglesia, tantas almas consagradas, hijos míos. 
No perder la fe, la confianza y la esperanza pero ser astutos y no dejaros engañar.
Ir en paz, hijos míos e hijas mías. 
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


19 OCTUBRE DE 2019



Jesús 
Hijos míos, vuestro Jesús ha hecho presente junto con mi Madre y vuestra en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Mi corazón al igual que el de mi Madre vienen desgarrado de dolor por todo lo que está sucediendo en España, tierra de mi Madre y vuestra y de mi Sagrado Corazón.
¿Habéis visto las consecuencias del pecado?, ¿a dónde llega, hijos míos?
¿Habéis visto a donde lleva el vivir sin Mi, sin el Padre y sin el Paráclito?
¡Que dolor sienten nuestros corazones ante lo que se está produciendo en esta tierra! Y que ya se os ha avisado por años de lo que iba a acontecer.
Pero el hombre, ebrio de todo mal, de todo poder, embrutecido por la soberbia, que ha endurecido sus corazones ha querido quitarme para ponerse él como Dios.
Y, mirar las consecuencias, hijos míos.
Todo depende de la oración, en que el hombre y la mujer vuelvan sus ojos a Mí.
Orar mucho por vuestros hijos pero mi corazón y el mi Madre y vuestra, no cesa de estar desgarrado de dolor por tantas almas inocentes que están sufriendo la consecuencia y que puede llegar a acabar con sus vidas.
Porque no piensan como los demonios, hijos míos.
Ofrecer todos los días la estación a vuestro Jesús Sacramentado por España, en el sagrario o en vuestro hogares ante la estampa eucarística que se os fue dada, hijas mías e hijos míos.
Por España y por vuestros hijos.
Porque como el hombre en España sigue igual de embrutecido, de ciego, de soberbio, de creerse él a si mismo Dios y no se arrodille ante Mí y pida perdón. Se arrepienta correrá mucha sangre por las calles.
Todo ello, hijas mías e hijos míos, ya lo he avisado pero no llegabais a dar crédito de lo que se os estaba diciendo hasta llegado el momento. Pues ya lo tenéis.
Orar mucho. Ofrecer los rosarios por España y la estación. Y, por vuestros hijos.
Ir en nuestra paz y en nuestro amor. Y, creer en mis palabras y las de mi Madre porque como veis todo llega y todo se cumple.
¡Con pena os lo tengo que decir, hijas mías e hijo míos, que se cumple por el pecado que hay en vuestra patria!
Por la desvergüenza, por el embrutecimiento del hombre y por el hombre, gobernantes y no gobernantes, jugar a ponerse en mi poder.
Y, a mi Padre, a Mí, al Paráclito y a mi Madre nos echan bruscamente de su lado, maltratados y desgarrados por tanto desprecio y tanta saña como emplean contra nosotros, hijos míos.
Orar mucho, pedir a las almas que creen que oren también por España.
Acudir al Santísimo, que ahí estoy realmente vivo y ofrecer vuestras visitas para darme consuelo, para reparar tanto dolor y tanto pecado como se está produciendo en España, por vuestra España, vuestros familiares, vuestros hogares, vuestros hijos y por todos los españoles, hijos míos.