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miércoles, 30 de julio de 2014

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


26 DE JULIO DE 2014


La Virgen
Vierto la Preciosa Sangre de mi Divino Hijo sobre todo aquello que pedís; ella es signo y sello de salvación y de vida eterna.
El hombre ingrato y malvado no quiere reconocer a Dios como su Padre, como su creador, como su Dios.
Y la cuenta atrás ya ha empezado. Muchos de los eventos no se van a poder quitar, abolir, la tierra con el hombre tiene que ser purificado.
Y mi corazón se desgarra de dolor junto al de mi Divino Hijo por todo el mal que está acarreando, ¡que dolor sienten nuestros Corazones!, cuando el hombre en su soberbia no ve el mal que se está causando y echa la culpa a Dios de todo ello.

Jesús
Hijos míos, tengo sed, sed de almas y ¿que recibe? la hiel y el vinagre, el desprecio y el desamor de mis hijos.
Sed almas victimas junto a mi Madre y vuestra al pie de la cruz, consolar a vuestro Jesús y a mi Madre y vuestra de tanto desamor, de tanto desprecio, de tanto odio como recibimos de una gran parte de la humanidad.
Unir todo vuestros dolores y sufrimientos a los dolores de mi madre y míos.
Reparar con todo ello los Corazones Inmaculados y Sagrados de vuestro Jesús y de mi Madre y vuestra.
Hijos míos, el tiempo es corto, poco tiempo queda para mi regreso; en puertas está el Segundo Pentecostés, pero igual que el tiempo es corto hasta llegar al Segundo Pentecostés los sufrimientos serán mayores.
Por ello, hijos míos, os quiero a todos unidos a la vid, injertaros bien a Mi y que ningún viento ni ninguna ventisca os lleve lejos de Mí, hijos míos.
No quiero más discordias entre vosotros, os quiero unidos fuertemente a Mí, injertados a la vid.
Os quiero humildes y sencillos como palomas, llenos de amor a vuestro Jesús y a cada uno de vosotros.
Recordar que sois la familia de Dios, recordar que os quiero como a los primeros cristianos, que se os conozca por el amor que hay entre vosotros y como os ayudáis unos a otros.
El poder de mi Padre y vuestro, su amor y misericordia desciende sobre vosotros.
El poder, el amor y la misericordia, de vuestro Jesús crucificado por vuestro amor desciende sobre vosotros. 
El poder, el amor y el fuego del Paráclito desciende sobre vosotros. 
Bañar, hijos míos, siempre todo y a vosotros en mi Preciosa Sangre, derramarla  sobre las almas, sobre toda la creación.
Cuando tengáis tentaciones invocar a mi Preciosa Sangre, sobre todos vuestros problemas y necesidades, bañarlos en mi sangre, cuando os encontréis en algún peligro, en la agonía,  en la tribulación, purificación, en las plagas, etc.
En todo, hijos míos,  por medio siempre de mi Santísima Madre y vuestra y por sus lágrimas de agua y sangre.