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domingo, 21 de octubre de 2018

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

31 AGOSTO DE 2018



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Inmaculada en la advocación de Nuestra Señora de la Preciosa  Sangre de mi Inmaculado Corazón se ha hecho presente junto con mi divino Hijo en medio de vosotros, hijos míos. 
Gracias por haber acudido a mi llamada y a la llamada de mi divino Hijo.
Recordar que, si todo lo bueno que hacéis en esta tierra, por ello se os dará el ciento por uno. ¡Que no os daremos, hijos míos, al reuniros en nuestro nombre atraídos por nuestras llamadas, hijos míos!
Mi inmaculado corazón al igual que el de mi divino Hijo se desborda de amor en cada uno de vosotros. 
Quiero, hijitos míos, que hagáis más silencio en vuestras vidas para oír mejor la llamada del Paráclito en vuestro interior, que vuestras vidas están llenas de demasiado ruido.
Hablar por el teléfono lo necesario y dedicar más tiempo a la oración, que algunas decís que no podéis, pues yo digo que mi divino Hijo y vuestra Madre andan en los pucheros con vosotros.   
Andan en la limpieza de vuestros hogares, cuidando a vuestros hijos, en los trabajos, en las idas y venidas, pero necesitáis silencio. 
Os digo en esta tarde que, si dedicáis más tiempo al silencio y a la oración y a meditar la pasión de mi divino Hijo, obtendréis muchas luces y gracias especiales.
Y el Paráclito os dará luz para entender muchos misterios que están ocultos en la pasión de mi divino Hijo. 
No digo que no habléis, pero reducir el tiempo, menos teléfono y más recogimiento.
Que mi divino Hijo os espera en el interior de la habitación de vuestros corazones. 
¡Ay, hijos míos, vuestra Madre, en la advocación de la Preciosa Sangre os lleva a cada uno y cada una, grabados en las niñas de mis ojos!
En mi inmaculado corazón desgarrado por los pecados de los hombres. En las palmas de mis manos y en el cáliz de la sangre de mi divino Hijo que os traigo junto con la mía en esta advocación. 
La sangre de mi divino Hijo y la de vuestra Madre es la salvación, la última ancla que hay de salvación para todo el género humano. 
No dejar ni un día, si os es posible, de decir la jaculatoria que dicté para que se pusiera en la estampa de la preciosa sangre al igual que la oración del sellamiento, hijos míos. 
Mira, hija, como late tu corazón y el mío. 
No tengas miedo, hija mía, es de alegría y de gozo por encontrarme en esta tarde en medio de vosotros. 
Pedir mucho por las benditas almas del purgatorio, agonizantes y almas del limbo. Aunque mi Iglesia ha dejado de creer en ello, el limbo, en verdad, existe y gracias a vosotros y a otras pocas de almas que rezan por las almas del limbo salen a raudales todos los días, hijos míos.

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

21 AGOSTO DE 2018



Nuestra Madre
Hijos míos, el corazón doloroso de vuestra Madre y la Santa Faz desgarrada de mi divino Hijo os damos las gracias por haber acudido a reparar y consolar mi Inmaculado corazón doloroso y la santa Faz tristísima y desgarrada de mi divino Hijo. 
¡Cuánto pecado hay en este mundo, hijos míos!, ¡Cuánto dolor y sufrimiento para vuestra Madre Inmaculada!
Los hombres piensan en el verano, la mayoría de ellos, para que lleguen las vacaciones, como ellos dicen, para divertirse, pasarlo bien y no tener un solo pensamiento para su Creador.
Las mujeres desnudas en las playas han perdido el pudor y la vergüenza. Sólo piensan en broncear sus cuerpos, en divertirse y en pasarlo bien sin Dios y sin su Madre Inmaculada. Todo ello, desgarra mi inmaculado corazón y el divino rostro de mi divino Hijo.   
Pero, ¡Ay, cuando la piel de los hombres empiece a salir úlceras! Estas serán producidas por las llamaradas del sol. El sol que os alumbra ya no es como antes, tan benigno. 
Tenéis que tener mucho cuidado con él, ya lo he dicho muchas veces. Se está deteriorando y los rayos traen enfermedades a los hombres en la piel.
Y algunas, traspasarán la piel y las enfermedades llegarán hasta el interior del cuerpo.
Pedir mucho por la conversión de los pobres pecadores, por lo que han abandonado a Dios, para que vuelvan a Él. Por los que nunca han estado en Él, y oigan en su interior la voz del Paráclito que le grita todo lo que están haciendo mal. 
Y vuelvan a la moral de los antepasados, a los principios de los antepasados y dejen tanto mal y libertinaje. 
El verano, para la mayoría, es playa, sol, droga y alcohol. Para otros, que según ellos han estado reprimidos es libertinaje, se unen sin pudor, estos son la tercera edad y enseñan su carnes ya caídas y desgarradas en las playas o en los ríos. 
Y dicen que no han vivido antes. Antes, no han vivido el pecado, ahora están viviendo la bebida venenosa que lleva a la muerte eterna, del libertinaje y ello desgarra mi corazón. 
Si, hijos míos, ¡claro que se puede ir uno a descansar, pero siempre teniendo presente y en mente a Dios y a mí, vuestra Madre! Y comportándose sanamente y santamente.
No decimos que nos os podéis bañar. Las aguas, el Creador las puso también para beneficio de los hombres, pero el hombre ha llegado a tal punto que las aguas están contaminadas, en unos lugares más que en otros. 
Todo se puede dar, pero santamente, no olvidando como os he dicho ya, a vuestro Jesús, al Padre y al Paráclito y a vuestra Madre. Pero la mayoría de los que van de vacaciones no tienen en mente ni presente a Dios ni a su Madre.  
Sólo en vivir, en gozar, en pasárselo bien y otra parte en orgías, hijos míos.  
Pedir mucho por esta humanidad corrompida. Pedir mucho para que el Paráclito abra sus corazones y escuchen en su interior y cambien de vida. Y lleven una vida en Dios, por lo menos una parte, hijos míos.
De mi Inmaculado corazón doloroso y de la Santa Faz, de mi divino Hijo desciende gracias y bendiciones sobre todos los presentes, gracias y bendiciones que vais a necesitar ahora y en todos los momentos de vuestras vidas. Hasta llegar al Padre, todas van descendiendo en cada uno de los presentes.
In nomine Patris, et Filie et Spiritu Sancti. Amén.
Cuando vayáis al mar o al rio, interiormente pedir que mi divino Hijo bendiga las aguas para que se vaya mucho mal que hay en ellas. Aguas medicinales que el Padre puso para el bien de la humanidad, hijos míos. 
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

18 AGOSTO DE 2018



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Inmaculada llena de la gloria de Dios Padre, de Dios Hijo y del Paráclito se ha hecho presente en medio de vosotros.
Vuestra Madre inmaculada junto con el Padre, el Paráclito y mi divino Hijo nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros sagrados e inmaculados corazones.
Hija mía, di que ves.

Belén
Veo un lugar muy bonito, radiante de luz.
Millares de almas vestidas con túnicas de diferentes colores. Todo este lugar está lleno de estas hermosas almas. Todas están de rodillas.
Con las manos juntas, mirando llenos de una felicidad inmensa, un trono hermoso que no se describirlo.
Es todo dorado, sentado en él, está la santísima Virgen. Lleva un vestido suelto, blanco, todo lleno de luz y bordado de color oro.
Lleva un manto por los hombros, todo dorado como si fuera encaje, pero no lo es. Es muy más bello este tejido que el encaje que nosotros conocemos.
En su cabeza lleva un velo también dorado. El velo le cae mucho más debajo de los hombros
Su cabeza hermosísima rodeada de una hermosísima corona. 
La Virgen está toda llena de luz.
En la mano izquierda lleva un globo que es la tierra y en la derecha un rosario.
Detrás de la Virgen está el Padre inmensamente feliz, con sus brazos extendidos rodea el trono e inunda a la virgen de su inmensa luz. Todo es luz.
Veo a Jesús. 
El Padre va todo de blanco. 
Jesús lleva una túnica blanca que está a la derecha de la virgen. Los bordes de las mangas son doradas al igual que el cuello y el filo de la túnica.
El Señor abraza con mucho amor a la Virgen y de Jesús sale luz igual que la del Padre. La Virgen también se llena de la luz del Hijo.
Veo al Paráclito a la izquierda, sonríen las tres personas. Están inmensamente felices. También se acerca más abrazar a la virgen. De su interior también sale la misma luz que del Padre y del Hijo.
La Virgen está llena de estas tres luces que se funden en una.
La Virgen sonríe al Padre, al Hijo y al Paráclito y a todas las almas que son multitudes que están en este lugar. Es como un palacio con columnas de cristal.
A los pies de la Virgen veo también muchísimos ángeles rodeándola.
La túnica del Paráclito es blanca, también dorada al filo de las mangas, del cuello y al final de la túnica y el manto que lleva es color oro.
Las almas hacen una reverencia poniendo la cabeza en el suelo y dan gloria a las tres personas y a la reina de cielos y tierra.
¡Qué lugar más hermoso, todo lleno de luz, de felicidad, de cantos, de rezos!
Las almas se ven inmensamente felices. Todas en armonía, todas en paz, todas en unión, como si fueran todas una.

Padre Eterno
Hijas mías, lo que os acaba de relatar vuestra hermana, nuestra portavoz, es la Gloria de María. 
La Inmaculada, mi Hija predilecta. Toda inundada de la gloria del Padre, que es Él os habla, del Hijo y del Paráclito. 
Todo lo que pedís a la reina del cielo y la tierra, vuestra Madre inmaculada, poco es lo que no se alcanza de esas peticiones, si las pedís con fe, con confianza, esperanza y con las almas limpias.

Jesús
Ya está escrito en el Evangelio que el que antepone familia, trabajo y otras cosas del mundo a Mí, al Padre y al Paráclito o a mi Madre, no es digno de Mí, hijos míos. 
Orar mucho, seguir sacrificándoos por vosotros, por vuestros familiares y por la humanidad. Y reparar con ellos nuestros corazones y el corazón del Padre, hijos míos. 
La purificación se va a endurecer terminado el verano porque el hombre se ha reído de nuestras llamadas. No ha creído ni cree en ellas. Vosotros rezar para que sea abreviado y acortado. La naturaleza se revuelve más contra el hombre y cada vez es más cruel por los pecados de los hombres. 
El hombre está cada vez más pervertido y su perversidad no tiene límites. Esa perversidad hace que el mal aumente trayendo toda clase de males, crímenes, actos terroristas, guerras, matanzas de cristianos. 
Y cada vez más fuerte, querrán quitar a Dios y a mi Madre y vuestra de España y del mundo, pero en España no lo conseguirán. Ir siempre protegidos para preservaros de males que si no sois protegidos caeríais vosotros en las manos satanizadas y asesinas de los hombres.
En la gloria de Dios Padre, del Paráclito y de Dios Hijo que os está bendiciendo y en la luz, en la gloria inmensa y las gracias que derrama mi Madre a los hombres, hijos míos. 
Ser merecedores de todos los tesoros que os estamos dando.
In nomine Patris, et Filie et Spiritu Santi.
Amén.
Preparaos en cuerpo y alma para estar siempre en gracia y no soltaos de la mano de mi Madre. 
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

7 AGOSTO DE 2018



Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús crucificado se ha hecho presente en medio de vosotros junto con mi Madre y San Juan al pie de la cruz, en este grupo formado por nuestros corazones y dirigido por ellos.
Hijos míos, os quiero recordar que todo lo que necesitáis saber está en lo mensajes y no andar de un lugar a otro o de un sitio a otro buscando fechas y años donde se va a dar lo anunciado.
Estáis bien avisados, sólo os digo que todo ha comenzado y en breve veréis en vuestras conciencias el mal que habéis hecho y el bien que habéis dejado sin hacer delante de vuestro Redentor. 
Preocuparos más bien en cambiar, cada vez a mejor. 
Preocuparos unos de otros y poner en práctica todo lo que os hemos venido diciendo.
Tener los sacramentales a mano y llevar siempre algunos con vosotros.

San Juan
La paz está en medio de vosotros, que es Nuestro Señor Jesús, os vengo a decir que os hagáis niños, que tengáis un corazón del niño. El corazón de un niño está lleno de amor y de ternura y todo lo que dicen sus padres lo creen y van creciendo en estas enseñanzas, sin preguntarse nada porque creen a sus papás y hacen lo que sus buenos papás les dicen.
Así tenéis que ser vosotros y recostar vuestras cabezas en el pecho de nuestro Jesús tal y como hacía yo, hermanos míos. 
Y, enamoraros profundamente de Jesús que quien ama de corazón no causa dolor a la persona amada. Al revés, sólo quiere agradarle y amarle más.
¡Cuánto he amado yo a Jesús en la tierra!
Mi corazón estallaba de un amor puro e inocente como tiene que ser vuestro amor hacía nuestro Jesús. 
Y me embelesaba y saltaba el corazón cuando Jesús nos hablaba, estaba con nosotros.
Y, ¡ay, cuando me llamaba para acompañarle a orar! Mi corazón parecía romperse en mil pedazos.
Nada me importó durante la Pasión, el que me reconocieran. El que me apresaran o me mataran.
Mi corazón estaba en el de Jesús y en el de María, nuestra Madre. Y nada me importaba. Nada más que acompañar a nuestra Madre y a Jesús en tan sublime dolor. 
Mi corazón desgarrado de tanto dolor al ver a nuestro Jesús en todos los momentos de la Pasión y a nuestra Madre que era una llaga inmensa, infinita de dolor.
El Padre me sostuvo para acompañar a Jesús y a María en toda la Pasión hasta llevarle al sepulcro. Al igual, que a María Magdalena y a las santas mujeres. 
Meditar cada estación del Via Crucis, viendo en cada estación el dolor de Jesús, de María. Metiéndoos en la estación, una pequeña parte, muy pequeña sentiréis un poco el dolor de la Madre de Jesús, de vuestro hermano Juan, María Magdalena y las santas mujeres.
Mejor coger la Pasión revelada por Jesús a María Valtorta y meditarla un poquito, poco a poco para que cale más en vuestro corazón, hermanos míos. 
Os bendigo con mi amor que es el amor de Jesús y de María 
En el nombre de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo.
Ser fieles a Jesús, ser compasivos unas con otras. Ayudaros y soportaros.