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jueves, 16 de julio de 2015

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


9 DE MAYO DE 2015



Jesús
Shalom, hijos míos.

Rosa
Veo venir a Jesús todo de blanco, descalzo, Señor mío y Dios mío.
En sus pies lleva la marca de las llagas que le produjeron los clavos al ser clavado en la cruz.
El Señor extiende sus manos.
También veo sus llagas en sus manos producidas por los clavos.
La túnica está rasgada por un lado, por el lado del costado.
Veo sus llaga, ¡que pena y que hermosura al mismo tiempo!
Esa llaga se abre y sale sangre y agua como un manantial que baña a todos.
Las llagas de los pies y de las manos y de la frente del Señor se iluminan. Jesús se llena todo de luz. Jesús se vuelve y veo venir a la Virgen.
Jesús le extiende su mano. La Virgen le extiende la suya según está llegando y Jesús cierra su mano en la mano de su Madre, se arrima a la Virgen y la estrecha fuertemente.
Se separan, la Virgen y el Señor están frente a nosotros, mirándonos. La mano de la Virgen permanece en la mano de Jesús.

Jesús
Hijos míos, quiero que en este mes de mayo honréis a vuestra Madre con muchas obras de amor, de caridad, de misericordia y de perdón. Que las flores, a parte de las naturales, sean las que salgan de vuestros corazones, que no le falte a mi Madre todos los días de este mes, una flor espiritual y una flor natural.
Obsequiarla con el rezo diario del santo rosario.
Tener vuestros altarcitos bellos y hermosos en obsequio a vuestra Madre.
Al igual que vuestro corazón y vuestras almas.
El hombre es egoísta solo piensa en las curaciones de sus cuerpos y en tantos cuerpos hemos hecho milagros pero al igual que a los ciegos que devolví la vista sólo uno se volvió a darme las gracias y me reconoció como su Señor , a estas almas les pasa lo mismo, se olvidan de Mí y no quieren nada y siguen viviendo en su libre albedrío y llegan a dudar de esas curaciones han venido de Mí.
Y ahora, hijas mías e hijos míos, seguir con la oración del santo rosario y al final oiréis este gran regalo y joya que os traigo y todos los rosarios serán tocados por la Santísima Trinidad, y por mi Madre Inmaculada y por mi Sagrado Corazón.
Ahora seguir, hijos míos.
Nuestra Madre
Hijas mías, vuestro Padre Celestial, vuestra Madre Inmaculada, vuestro Jesús, los ángeles y santos del cielo hemos bajado, en esta tarde, haciendo de este salón un pequeño cielo para vosotras y para habitar nosotros en él.
Hijas mías, la misericordia de mi Divino Hijo llega a su fin.

Padre Celestial
Los hombres han incumplido los mandamientos; los hombres viven a su libre albedrio; los hombres se han olvidado de Mi y no me quieren y Yo voy a herir la tierra y a todo ser viviente que habita en ella, a los impíos. Todo va a ser purificado y renovado.
Orar para que de tiempo a que se cumpla el Año de Misericordia que el Papa quiere poner en la tierra.
En el mundo hay cada vez mas pecado, más corrupción y todo un Dios no puede consentir más tanta abominación.
Por ello, ya he mandado a los ángeles a prender fuego (la purificación) en esta tierra castigando a los impíos, a los malvados, separando la paja del trigo y en ello caerán algunas almas llenas de Mi y su sangre será el sello para suavizar mi justicia, acortar la purificación, suavizar eventos junto con las oraciones de los justos, sus sacrificios, la penitencia y los ayunos, todo unido al Inmaculado Corazón de mi Hija y al Sagrado Corazón.
Mi mano esta cayendo, el cáliz se está derramando y la justicia viene porque el hombre así lo ha querido y duele a todo un Dios Padre de todas las criaturas tener que  castigar a sus hijos, pero de esta forma, en esta purificación se salvaran almas, no todas. Pero algunas volverán sus ojos a Mi.
Prepararos, estar con las lámparas encendidas. No ser como las vírgenes necias. Estar preparadas para recibir a vuestro Señor que viene en las nubes portado por los ángeles, con la Reina y Soberana de cielos y tierra.
No queda nada para que todo lo profetizado se cumpla.
El hombre cada día es más perverso y contamina a las ingenuas que se dejan llevar por esta sociedad corrupta, llena de pecado y abominación.
Sobre todo esta juventud perdida que no quiere abrir los ojos que no quieren verme y me verán en el dolor. Algunas en ese dolor me imploraran y Yo las cogeré, otras una mayoría caerán en el abismo del infierno junto con todos los malvados y perversos que no han querido hacer caso a nuestras llamadas. Se han reído de mi Hijo y de la Madre, mi Hija, y sus palabras han caído en sacos rotos.
Pronto, después del aviso vendrán Enor y Elías y predicarán por toda la tierra. Habrá conversiones pero no todas las que mi corazón de Padre quisiera, y todo hombre mujer y niño los oirán y nadie podrá decir que no desde los cuatro puntos cardinales. Todos estarán avisados como ya están avisados por las apariciones  de mi Hija y de mi Hijo.
Mira, hija mía.

Rosa
Veo ángeles en los cuatro puntos de la tierra, prenden fuego.
Los eventos de la naturaleza se están encrudeciendo cada vez más. Grandes sequias y hambrunas vendrán. Grandes fríos.
Todo el universo, todo se esta deteriorando y preparando para la gran purificación.
El sol está dando sus últimas llamaradas antes de explotar, cuando la tierra dé el último giro, en el quede sumergida en ella todo el mal y surjan los nuevos cielos y la nueva tierra creada por el Padre y dada a sus hijos para hacer de ella un gran paraíso que el Padre creo y el hombre por su maldad lo ha destruido.
En Dios todo es amor, todo es gloria y bendición al Dios tres veces Santo: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todos nos alegramos en el Señor, nos regocijamos en el Señor.
El Señor se pasea por los valles, pueblos y poblados regocijándose en sus hijos. La Santísima Virgen también.
Todo es alegría y felicidad. Todo lo malo ha desaparecido de la tierra.
Los árboles dan frutos nuevos, frutos nunca vistos: sabrosos y jugosos.
Los ríos, los manantiales, las aguas son diferentes, son todas cristalinas, los mares parecen balsas de agua. Se ven las profundidades, todo es claro y trasparente.
En los cielos hay un brillo nuevo, un azul celeste como jamás se ha visto.
El sol brilla, da su calor pero no hace daño. Las estrellas parecen que están abajo. Los ángeles y los santos habitan con los hombres.
Hay una escalera toda de piedra que llega hasta el cielo y por ella suben y bajan todos. Todo es armonía, todo es comunión con Dios.
El Señor y la Santísima Virgen se hacen uno con nosotros, ayudan a construir las casas, la Santísima Virgen ayuda a las mujeres. El Señor y San José enseñan cómo tiene que estar todo construido: las casas, por donde tiene que ir el agua, como tienen que hacer los jardines y donde tienen que hacer los huertos.
Todo es amor, todo es paz, todo es felicidad.
Gracias, Padre, por enseñarme este trozo de paraíso.
Señor, ven ya te necesitamos. Trasforma este mundo en un mundo nuevo lleno de Ti y de tu amor.


Padre Celestial
En él no habrá, por un tiempo grande e inmenso, ningún mal y enfermedad.
Los hombres llegado el momento se adormilaran y Yo los cogeré en brazos y los llevaré Conmigo a la eternidad.
Todo estará en armonía porque todo será amar a Dios sobre todas las cosas  y al prójimo como así mismo.
Orar para que llegue este mundo lleno de amor y de paz.
En él no se dará matanza a ningún animal, porque  el animal morará con el hombre y no les tendréis ningún miedo.
MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


2 DE MAYO DE 2015



Jesús
Shalom, hijos míos.
Hijos míos, vuestro Jesús se ha hecho presente en este cenáculo junto con mi Madre y vuestra dirigido y llevado por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Hija mía, apacienta mi rebaño.
Hija mía, apacienta mi rebaño.
Hija mía, apacienta mi rebaño.

Rosa
He aquí tu esclava, que se cumpla en mí tu santa voluntad. Ayúdame a llevar a cabo rectamente lo que quieres de mí.

Jesús
A todas vosotras y a ti, hijo mío, y a ti, hija mía. Mis ojos están en tus ojos, mis oídos en los tuyos, mi boca está en la tuya, mis manos son tus manos, tus pies son mis pies, en todo tu ser estoy Yo, hija mía.
Varea mi rebaño con barra de hierro.
Yo conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a Mí.
Mira, hija mía.

Rosa
Veo una pradera inmensa, todo llena de hierba verde, muy fresca. Veo al Señor con una túnica blanca y un manto rojo y un bastón en su mano. Va por todo el rebaño acariciando a las ovejas, las abraza, las besa, las estrecha en su corazón y a las ovejas heridas a lo largo del camino se abaja hacía ellas, cura sus heridas, las coge en brazos y las estrecha fuertemente sobre su corazón.

Jesús
Si, hija mía, sólo las ovejas rebeldes se apartan del camino. Las dóciles oyen mi voz y me siguen, por el camino estrecho pero seguro, heridas a lo largo del camino pero Yo, el buen pastor, las recojo en mis brazos, las hecho bálsamo en sus heridas, las curo, como has visto y las pongo otra vez a caminar junto a Mí, en este camino largo, estrecho y seguro que llega a la eternidad.
Hija mía, hay algo que quiero decir sobre ti, esta tarde. El que tenga oídos que oiga.
Esta bien, hija mía, que quieras ser una más entre todas las demás, que no quieras beneficiarte de ser un alma escogida por tu Jesús, por el Padre, por el Paráclito y la Inmaculada para llevar nuestras palabras a los hombres de buena voluntad. Pero te tienen que respectar como las ovejas respetan a sus pastores y van por donde el pastor las va dirigiendo.
Eres una más pero no eres una más.
Eres el canal por el cual nos manifestamos poseyendo tu cuerpo, tu corazón, tu alma, todo tu ser. Para llevar nuestro amor a todos los hombres de buena voluntad. Y al pasar por esto, hija mía, al ser poseída por tu Dios, todo tu ser se santifica en Mí.
Recuerda, tu estas dirigida y llevada por Mí, a Mí tienes que obedecer y a nadie más.
Se. Hija mía, que te cuesta reconocer lo que quiero y he hecho en ti, porque te ves imperfecta, miserable y más pequeña que todas tus hermanas y portavoces pero en Mí eres la más grande, por la humildad, trabaja día a día la humildad que tu corazón esté hasta ahora, libre de rencores y lleno de amor a tus semejantes.
Y a todas mis ovejas os amo. Os cuido, me inclino hacia vosotras y curo vuestras heridas.
Ser dóciles siempre a la llamada del buen pastor.
Mira, hija mía, como retozan las ovejitas de los Sagrados Corazones.
Mira que contentas están aquí conmigo

Rosa
Señor, y ¿porque yo no me veo?

Jesús
Hija mía, porque el rebaño lo estás viendo a través de mis ojos, en estos momentos no eres tu sino Yo el que estoy en ti, hija mía.
Tu eres la pastora de este rebaño junto con mi Madre y vuestro Jesús y a través de ti pastoreo a cada una de ellas y las llevo a mi Sagrado Corazón.
Serme fieles, regiros por la ley cumpliendo los mandamientos y por la palabra dada en el grupo que no es otra que los santos Evangelios.