MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
18 DE DICIEMBRE DE 2015
Jesús
Hijas mías e hijos míos, no temer la cruz, abrazaros
a ella, subiros a ella Conmigo.
Los sufrimientos se hacen más llevaderos porque está
mi Madre al pie de la cruz, recogiendo vuestras súplicas y vuestro dolor.
Sufrimientos y dolores que en mi cruz es como un
dulce panal de miel.
¿cómo creéis que os voy a dar más de lo que podáis
soportar? Os doy siempre mucho menos y más dulce se hace el sufrimiento a la
medida que estéis unidos en Mí. Ser almas reparadoras sin miedo.
Reparar el dolor de todo un Dios ultrajado,
desgarrado por los hombres ingratos y esta sociedad perversa.
Reparar y darme el amor que me es negado en la
mayoría de los hombres. Consolar a mi Madre y vuestra con vuestra amor y
reparación enjuagarle el rostro lleno de lágrimas. Quitarle las espadas que
atraviesas su purísimo Inmaculado Corazón.
Llevarme a todos vuestros familiares, a todo vuestro
entorno. Traerme a los pobres, enfermos a los desvalidos, a los ancianos, a los
niños. A esta juventud que mucha está
cayendo en las profundidades del infierno por su perversidad y su soberbia.
Traerme a las almas consagradas, a los pecadores y a
vosotras y vosotros.
Traerme a las benditas almas del purgatorio, a los
agonizantes y a las almas del limbo, porque el limbo existe.
Y traerme al Papa.
Traerme a toda alma que sufre, ya sea la causa, el
problema o el dolor o la situación que esté sufriendo.
Con ello, enjuagáis el rostro de mi Madre. Con ello, sacáis las espadas de su Inmaculado
Corazón. Con ello, retiráis las espinas que se clavan fuertemente traspasando
su Inmaculado Corazón. Con ello, reparáis el desamor de los hombres a vuestro
Dios.
Estar preparados. Se acercan tiempos de grandes
dolores y sufrimientos que el hombre ha causado y Yo permito para la
purificación de muchos de ellos que a través del dolor y sufrimiento vuelven a
Mí. Aunque no todos y un gran número se condena.
España y el mundo está así por el pecado. A través de
todo ello, el Padre está purificando a los mejores para que lo sean más, a los
buenos y santos para que lo sean más y
atrayendo a un número, no grande, a nuestros Corazones, no porque el Padre no
quiera sino porque el Padre se resiste.
Prepararos porque todo lo conocido es nada con lo que
vais a empezar a vivir. Pero no tener miedo, si estáis en mi Madre y en Mí a
nada debéis temer.
Traerme a vuestros hijos, a vuestras esposas, maridos
y demás familiares.
Y os bendigo en el nombre de mi Padre y el vuestro.
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