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domingo, 27 de marzo de 2016

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

13 DE FEBRERO DE 2016


Jesús
Consolar mi aflicción y mi agonía que padecí en Getsemaní y que sigo padeciendo al ver el rechazo de tantos hijos ingratos que se apartan de Mí, que no quieren conocerme y de tanta perversidad y maldad como el hombre ha extendido por toda la tierra.
Venir junto a mi Madre, venir y darme vuestro amor, vuestra compasión a todo un Dios desgarrado por el dolor de tantos hijos ingratos. No seáis como los apóstoles que llamé para que me acompañaran al huerto y no pudieron velar ni una hora y me sentí abandonado y agonizando en esas horas terribles en que todo pecado, todo rechazo pasó ante Mí. Y tanta alma creada con tanto amor se iba a perder a través de los siglos.
¡Que dolor, que angustia sintió el corazón! Al ver la perdición del hombre, al ver que por más que tocara sus corazones, por más que le llamara sólo recibiría en una mayoría rechazo, burla, insultos y cerraría las puertas de sus corazones con ir a la condenación.
Sólo el ángel que me mandó mi Padre, Gabriel, me confortó al traerme en el cáliz las almas que por mi pasión y muerte serían salvadas y me amarían a lo largo de sus vidas. Ello me dio fuerzas junto con la oración de mi Madre que estaba espiritualmente para levantarme y entregarme a los soldados y a Judas que venían a buscarme.
Ser almas reparadoras y consoladoras de vuestro Jesús en Getsemaní. Uniros a mi Madre y consolar a vuestro Jesús afligido y desgarrado por la pérdida de tantas almas y que nada puedo hacer por ellas.
Por las burlas, por los golpes, por los salivazos y bofetadas que recibo de todos ellos.
Si todo lo di y todo lo di por el hombre, pero el hombre en su soberbia no deja que entre a su corazón y esos corazones cada vez se endurecen más y se vuelven duros, más que las piedras porque las piedras se pueden romper pero esos corazones no.
Soy el Dios del amor, el Dios de la misericordia pero también soy justo por lo tanto también soy justicia y espero hasta el final y si al final siguen rechazándome les digo: Apártate de Mí y vete al fuego del infierno que tu te has creado, hijo mío.
Con todo el dolor de mi corazón hay un pecado que no se perdona que es el pecado del Espíritu Santo y el pecado que no se perdona es aquel en el hombre ha vivido toda su vida sin creer en Mí y la blasfemia contra el Espíritu Santo
Ese es el pecado contra el Espíritu Santo, el vivir sin creer en Dios y la blasfemia contra el Espíritu Santo.
Y a todos los hombre se les da y se les dará según sus obras si no no sería justo y la misericordia va unida a mi justicia, hijitos míos, de mi Sagrado Corazón dolorido y agonizante.
Reparar a vuestro Jesús en Getsemaní, consolarme y empezar a corregiros de vuestros defectos en esta cuaresma de misericordia que se le ha dado al hombre para que vuelva a Mí.
Ser vosotros también portadores de mi misericordia dando mi misericordia a todo el que venga a buscarla. 

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