MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
21 DE FEBRERO DE 2015
Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre
Inmaculada llena de dolor y vuestro Jesús agonizante en Getsemaní junto con el
arcángel San Gabriel, nos hemos presentes
en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados
Corazones.
Hijos míos, os pido estar alerta
y velar. Velar y consolar a mi Divino Hijo en esta cuaresma.
No dejarnos solos.
Que seáis, vosotros y vosotras,
nuestras florecillas, la que Gabriel les presente en el cáliz a mi Divino Hijo
para consolarle del desamor y de la maldad que en este tiempo de tanta
aberración hay en el hombre y que tanto dolor y sufrimiento causan a nuestro
Jesús, que no deja de sudar sangre viendo que su pasión fue inútil para tantos
y tantos hijos que le rechazan, que se mofan de Él, que le flagelan, le coronan
de espinas, le suben a la cruz sin ningún miramiento y le gritan palabras
sacrílegas y una vez más es despojado de sus vestiduras en el pecado de la
carne, en el apoyo a las cosas del mundo y quitan a mi Divino Hijo sin ningún
miramiento de sus vidas.
Orar, orar y consolar a Jesús de
tanto dolor, de tanta angustia que sufre por no poder salvar a toda la
humanidad.
Hacer penitencia de buenas obras,
de amor al prójimo, de humildad, de caridad y consolar a esta Madre que con los
brazos extendidos y desgarrada de dolor al ver a mi Divino Hijo desgarrado en
Getsemaní. Y no poder acercarme a Él, limpiarle su sangre, abrazarle, besarle
para aliviarle tanto dolor y sufrimiento que los hombres ingratos le causan.
Con el amor al hermano, con la
humildad y con el despojo a las cosas del mundo.
¡Que todavía hay almas en este
grupo muy apegadas a ellas!
¡Despojaros de todo lo que no sea
de Dios y hacer el trabajo de vuestros hogares con amor y no con tanta
comodidad como tenéis hoy en día, ofreciéndolo a vuestra Madre y a vuestro
Jesús para consolarnos, para alegrarnos y para que apoye mi Divino Hijo su
cabeza!
Hijos míos e hijas mías, consolar
a vuestro Jesús y al mío. No dejarle solo.
Que siempre tenga vuestro hombro
para apoyar su cabeza, donde reciba vuestro amor imperfecto y miserable pero
que mi Divino Hijo en su corazón todo se transforma.
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