MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
13 MAYO DE 2016
Jesús
Mi paz y amor os doy inunden vuestros corazones y
arranquen de ellos todas las malas hierbas que crecen de incomprensión y de
desamor a los hermanos.
Y que vuestros corazones se llenen de luz y de amor,
de inmenso amor al Dios que os dio la vida, al Padre, al Dios que os redimió,
al Hijo que es Él que os está hablando y al dios santificador y que purifica
vuestras almas, el Paráclito.
¡Ay, hijas míos, que poco lloráis vuestros pecados,
el dolor que me causáis con ellos!
En cambio, no soportáis ni la más mínima que os hagan
los hermanos, algunas, otras no, y os revolvéis como las culebras contra el
hermano o la hermana que os ha ofendido o habéis creído que habéis obtenido
ofensa del hermano o de la hermana.
¡Ahí sí os retorcéis y lloráis el dolor que ello os
produce, soberbias que sois unas soberbias!
¿Y cuando hacéis vosotros a los demás?
Hijas mías, ¡ay, cuando lo hacéis vosotros a los
demás, limpiáis vuestras conciencias quitando la culpa de ese daño quitando a
la hermana o al hermano, creyendo que lleváis razón.
Miraros profundamente en el interior de vuestro
corazón para que podáis ver vuestras miserias que veis la mota en el ojo ajeno
y no veis la viga que lleváis en vuestros corazón.
Os gusta resplandecer, ser las primeras, que os
escuchen y ¿cuantas veces os he dicho que los últimos serán los primeros en el
reino de los cielos?
Os quejáis de vuestras enfermedades creyendo siempre
que estáis peor que el hermano y eso no es así.
¿Cuántos hermanos hay enfermos callan, lo sufren, lo
padecen y atienden a otro hermano que está igual o peor que él? Y todo me lo
presentan y me lo ponen en mi Sagrado Corazón.
Esta forma de actuar es la que es agradable a mis
ojos, es la que alivia mi Sagrado Corazón y es la que obtiene recompensa.
Hijas mías, ser muy humildes que la soberbia es el
principio de todos los vicios y la raíz de todos los pecados.
Ser muy humildes, muy humildes para ser grandes ante
Mí y en el cielo, hijas mías.
Y orad y pedir perdón por vuestras faltas pero antes
miraros por dentro para ver en qué habéis faltado con mucha humildad y venir
ante Mí y llorar vuestro pecado, que Yo os cogeré en mis brazos, curaré la
herida que esos pecados deja en vosotras, os sanaré, os vestiré de gala y os daré
gracia para corregiros de vuestras faltas y crezcáis espiritualmente y podáis
reparar en mayor medida mi Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de mi Madre
y vuestra.
Sed muy humildes, muy humildes, amaos unas a otras y
todos en nuestros corazones.
Vivir de nuestros corazones que estáis formados en
ellos.
El tiempo es corto, se acerca la hora de mi triunfo,
de mi Segunda Venida y quiero que voléis a mi encuentro. Llevados por los
ángeles ante Mí.
Pero tomaros en serio más la santidad y olvidaros de
vosotras mismas y estar siempre dispuestas y dispuestos a ayudaros entre
vosotros.
Rosa
Veo al Señor con gran majestad que viene rodeado de
ángeles al son de trompetas.
Veo muchos ángeles que bajan a la tierra, cogen almas
y las elevan al cielo a su encuentro.
Jesús abre sus brazos llenos de gozo y alegría, sus
ojos se llenan de lágrimas del inmenso amor e infinito que le provocan estas
almas que le traen los ángeles.
Y en el aire las estrecha a todas fuertemente en su
corazón.
Jesús
Esas almas son las almas de los justos, las almas que
han luchado por ser cada día mejor y entre ellas os quiere a vosotros.
Así que dejaros de ser tan necias y empezar a vivir
ya, ahora mismo, lo que tantas veces os venimos diciendo sin fijaros en como es
el hermanos, porque vosotras, tu, tu, tu, tu y tú mi portavoz, mi rosa de
pasión, el perfume de incienso del Padre no son perfectas, ni tú tampoco, hija
mía.
Os amo tal y como sois cada una y cada uno.
Amaros vosotras y amar al prójimo como yo lo amo y
como quiero que lo améis, hijos míos.
Quiero que lo meditéis, quiero que para vuestra
santidad.
Quiero que para mayor santidad vuestra, leáis meditando
profundamente los sermones del santo cura de Ars. Que cuando os mando algo, no
lo mando por mandar, ni por capricho, os lo mando por vuestro bien.
El camino que llega a Mí es estrecho pero con la
obediencia y mis gracias podéis pasar fácilmente por él.
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