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viernes, 14 de marzo de 2014

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


22 DE FEBRERO DE 2014


La Virgen
Hijos míos, vuestra Madre de la Misericordia con vuestro Jesús de la Misericordia nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por Nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Clavad la rodilla en el suelo pidiendo perdón por vuestros pecados y por los pecados del mundo entero.
Pero quiero que pidáis perdón de corazón no el perdón que sale de los labios, ese perdón no sirve sino para condenaros, porque cometéis doble pecado.

Jesús
Hijos míos, amaros, tener paciencia unos con otros. Sed bondadosos, compasivos y misericordiosos, cuidad vuestras modales, vuestras maneras de hablar para no dañar al hermano, si no lo ejercitáis y aprendéis de corazón aquí entre vosotros, no lo podréis dar ni dar a los demás, a las almas que os pongo en el camino, ni a vuestros familiares.
Mi Misericordia se derrama sobre todos vosotros. Mi Amor se derrama sobre todos vosotros.
Si el hombre volviera sus ojos a Mí, su mirada al cielo todo dolor, toda guerra, toda hambre, todo sufrimiento acabaría en pocos instantes. Pero el hombre no vuelve su mirada a Dios, el hombre se recrea y se regocija en su dolor. Muchos hombres Me culpan del mal de la tierra y no entienden que ese mal, ese mal lo ha provocado el hombre con sus obras y acciones.
Mi Padre creó un mundo limpio, un mundo justo lleno de Dios y el hombre ha hecho lo contrario.
Todo ello terminaría en un instante, si el hombre viniera arrepentido, si el hombre viniera humillado y pidiera perdón, todo lo destruido por el hombre lo construiría Yo en un instante, pero el hombre cada vez está más embrutecido, más endiosado, la mayoría se creen dioses y creen que ellos podrán arreglar este mundo. Este mundo que no tiene arreglo, este mundo que cada vez camina peor, este mundo que está a punto de terminar, este mundo no se puede arreglar sin Mí, sin Mi Orden, hijos míos.
Orad, orad para que pronto se dé mi segunda venida. Orad, pedir mi Reino en la tierra como está en el cielo. Pedir para que todo lo profetizado sobre mi Reino se haga ya realidad, hijos míos.
Pedir a la Madre de la Misericordia que interceda, a mi Sagrado Corazón y a mi Padre para evitaros tantos y tantos sufrimientos, porque esto no se arregla, hijos míos, esto va a peor.
Sólo, pensará la humanidad que se arregla cuando venga el rey de la iniquidad suplantándome, ¡Ay pobres de los que caiga en sus manos!, ¡Ay pobres! sus almas vagarán por toda la eternidad en e infierno, hijos míos, no dejaros engañar por el rey de la iniquidad y la mentira.
Vendrá como el rey de la paz, vendrá como el restaurador de este mundo, pondrá su sello para vender y comprar y todo el que se lo ponga ya estará condenado con él. Muchos sufrimientos y penurias os quedan, pero serme fieles, no desertéis, hijos míos.
No quiero judas ni fariseos, porque el que no está conmigo está contra Mí, y Yo veo todo lo oculto, y a Mí nada ni nadie, ni ninguno de vosotros me podéis engañar.
Pero el que confíe en Mí, en mi Madre, en el Padre y en el Paráclito, el que ponga toda su fe en nosotros, su amor y su confianza, nada tiene que temer. 
Pero ello será una dura prueba para todos vosotros, muy fuerte y muchos de los que se llaman míos, y dicen ahora que no sucumbirán. Llegado el momento, esa fuerza desaparecerá de algunos y caerá en las redes del enemigo.

La Virgen
Y Yo vuestra Madre Inmaculada, hijos míos, también os doy mi bendición. Sed obedientes, haced todo lo que Él os diga.
Yo estoy aquí para ayudaros, para seguir a mi Jesús y al vuestro.
Pero no me basta ese sí, hijos míos, tenéis que poner de vuestra parte, con vuestro esfuerzo y mi ayuda, lo conseguiréis.

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