MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
22 DE FEBRERO DE 2014
La Virgen
Hijos míos, vuestra Madre
de la Misericordia con vuestro Jesús de la Misericordia nos hemos hecho
presentes en este cenáculo formado y dirigido por Nuestros Sagrados e
Inmaculados Corazones.
Clavad la rodilla en el
suelo pidiendo perdón por vuestros pecados y por los pecados del mundo entero.
Pero quiero que pidáis perdón de corazón no el
perdón que sale de los labios, ese perdón no sirve sino para condenaros, porque
cometéis doble pecado.
Jesús
Hijos míos, amaros, tener
paciencia unos con otros. Sed bondadosos, compasivos y misericordiosos, cuidad
vuestras modales, vuestras maneras de hablar para no dañar al hermano, si no lo
ejercitáis y aprendéis de corazón aquí entre vosotros, no lo podréis dar ni dar
a los demás, a las almas que os pongo en el camino, ni a vuestros familiares.
Mi Misericordia se derrama
sobre todos vosotros. Mi Amor se derrama sobre todos vosotros.
Si el hombre volviera sus
ojos a Mí, su mirada al cielo todo dolor, toda guerra, toda hambre, todo
sufrimiento acabaría en pocos instantes. Pero el hombre no vuelve su mirada a
Dios, el hombre se recrea y se regocija en su dolor. Muchos hombres Me culpan
del mal de la tierra y no entienden que ese mal, ese mal lo ha provocado el
hombre con sus obras y acciones.
Mi Padre creó un mundo
limpio, un mundo justo lleno de Dios y el hombre ha hecho lo contrario.
Todo ello terminaría en un
instante, si el hombre viniera arrepentido, si el hombre viniera humillado y
pidiera perdón, todo lo destruido por el hombre lo construiría Yo en un
instante, pero el hombre cada vez está más embrutecido, más endiosado, la
mayoría se creen dioses y creen que ellos podrán arreglar este mundo. Este
mundo que no tiene arreglo, este mundo que cada vez camina peor, este mundo que
está a punto de terminar, este mundo no se puede arreglar sin Mí, sin Mi Orden,
hijos míos.
Orad, orad para que pronto
se dé mi segunda venida. Orad, pedir mi Reino en la tierra como está en el
cielo. Pedir para que todo lo profetizado sobre mi Reino se haga ya realidad,
hijos míos.
Pedir a la Madre de la
Misericordia que interceda, a mi Sagrado Corazón y a mi Padre para evitaros
tantos y tantos sufrimientos, porque esto no se arregla, hijos míos, esto va a
peor.
Sólo, pensará la humanidad
que se arregla cuando venga el rey de la iniquidad suplantándome, ¡Ay pobres de
los que caiga en sus manos!, ¡Ay pobres! sus almas vagarán por toda la
eternidad en e infierno, hijos míos, no dejaros engañar por el rey de la
iniquidad y la mentira.
Vendrá como el rey de la
paz, vendrá como el restaurador de este mundo, pondrá su sello para vender y
comprar y todo el que se lo ponga ya estará condenado con él. Muchos
sufrimientos y penurias os quedan, pero serme fieles, no desertéis, hijos míos.
No quiero judas ni
fariseos, porque el que no está conmigo está contra Mí, y Yo veo todo lo
oculto, y a Mí nada ni nadie, ni ninguno de vosotros me podéis engañar.
Pero el que confíe en Mí,
en mi Madre, en el Padre y en el Paráclito, el que ponga toda su fe en
nosotros, su amor y su confianza, nada tiene que temer.
Pero ello será una dura
prueba para todos vosotros, muy fuerte y muchos de los que se llaman míos, y
dicen ahora que no sucumbirán. Llegado el momento, esa fuerza desaparecerá de
algunos y caerá en las redes del enemigo.
La Virgen
Y Yo vuestra Madre Inmaculada,
hijos míos, también os doy mi bendición. Sed obedientes, haced todo lo que Él
os diga.
Yo estoy aquí para
ayudaros, para seguir a mi Jesús y al vuestro.
Pero no me basta ese sí,
hijos míos, tenéis que poner de vuestra parte, con vuestro esfuerzo y mi ayuda,
lo conseguiréis.
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