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jueves, 18 de septiembre de 2014

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


23 DE AGOSTO DE 2014



Nuestra Madre
Hijos míos, os quiero firmes en la fe, con la plena confianza de que sois escuchados por el Padre que se enternece por cada una de vosotros.
Por mi Divino Hijo que os tiene a todos estrechamente abrazadas y abrazado al pie de su Corazón Sagrado y grabados a cada uno en la niña de sus ojos.
Recordar que el Padre y el Paráclito no os pierden ni un instante de vista a través de la niña de los ojos más limpios y puros e inmaculados de mi Divino Hijo.
Llevar todo con amor, con fe y con esperanza y confianza lo que os venga cada día.
Orar, no dejar la oración del santo rosario, mi plegaria favorita, a la cual, Lucifer la teme y destruye tantos planes de maldad que tiene contra vosotros y el resto de la humanidad.
Preparaos, hijitas e hijo mío, preparar vuestras almas para encontraros con Jesús mi Divino Hijo que está viniendo rodeado de ángeles con guitaras de trompetas en esta su segunda venida.
Preparaos a su encuentro, tanto si estáis aquí con la carne como si tenéis que entregar vuestro espíritu, vuestra alma a Dios.
Mirad como está el mundo, se derrumba. Las tinieblas que invaden la tierra cada vez son más espesas. Sólo los focos de las lucecitas de las almas fieles y de los cenáculos son estas luces las que traspasan las tinieblas del pecado está llegando al límite y mira hija mía. 

Padre Eterno
Al hombre le he dotado de libertad y hasta Yo Dios, vuestro Padre creador, respeto la libertad del hombre porque yo no he creado a la humanidad para que fuera esclava mía ni de nadie, sino libres.
¡Con cuánto amor di al hombre la libertad! y mira, hija, en lo que se ha convertido: en libertinaje.
El hombre comete toda clase de pecado. La perversidad del pecado no tiene límite ni fin y cada día que pasa el pecado es más grande y más perverso.
¡Con cuánto amor he tenido las almas de toda la humanidad en mis brazos cuando todos fuisteis creados y las que estoy creando!
¡Con cuánto amor os di la libertad para que no fuerais esclavos sino libres en vuestras decisiones!
¡Con cuánto amor, pena y dolor os puse en el vientre de vuestras madres, sabiendo que muchos de mis hijos, millares, no los volvería a ver más! Porque libremente cogerían el infierno por morada.
No creas, hija, que no he luchado ni lucho por cada alma hasta después de expirar, les seguimos dando gracias y luces para que se arrepientan pero están, estas almas, tan embrutecidas y ensordecidas que por no humillarse y reconocerme por Dios y pedir perdón ellos mismos se precipitan al infierno, como tú ya has visto.
Pedir por todos vuestros hermanos, los pobre pecadores.
Pedir, también perdón siempre, por vuestros pecados y de vuestros familiares y rezar el santo rosario diariamente, él es la cadena que atará a Satanás llegado el momento y en verdad os digo, hijos míos, que no será mucho tiempo para que esto suceda.

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