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viernes, 13 de noviembre de 2015

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


14 DE SEPTIEMBRE DE 2015



Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús con mi Madre y vuestra nos hemos hecho presentes en este cenáculo dirigido y formado por nuestros Corazones.
A todos los que habéis honrado los dolores de mi Madre y vuestra y la Exaltación de la Cruz os bendigo y os doy las gracias por el esfuerzo que algunos habéis hecho de ir a los templos donde se celebraban los dolores de mi Madre y la Exaltación de la Cruz de manera especial.
En estos tiempos últimos en que la gran tribulación se está haciendo cada vez más visible y difícil de llevar porque se acerca el tiempo de mi segunda venida y para ello todos tenéis que estar purificados.
Os pido que acudáis al corazón doloroso de María.
Mi Madre sabe bien de todos los dolores y sufrimientos que aquejan al hombre. En su corazón doloroso recibiréis la fuerza, el alivio y algunas soluciones a los problemas de tantos dolores y sufrimientos como lleváis.
¡Ánimo, todo el que acude a mi Madre no queda defraudado!
Obsequiarla con la “Coronilla de los Siete Dolores”, poderosa oración dada por mi Madre para los dolores y sufrimientos del hombre y para aliviar sus dolores y derramamiento de sus lágrimas por la ingratitud de los hombres.
Grandes dolores y sufrimientos llegan a esta humanidad perversa que no me reconoce y vive a su libre albedrío.
Vosotros que os decís míos, que os hablamos desde hace ya años y os llevamos de la manos del Buen Pastor y de la Divina Pastora, no ser hipócritas y fariseos que se os conozca por el amor que os tenéis unos a otros.
Consolar nuestros corazones desgarrados por la ingratitud y la maldad del hombre, poniendo en práctica todo lo que os venimos diciendo día tras día y encontraréis en el corazón doloroso de mi Madre y en el mío: consuelo, fuerza, ayuda, alivio, a todos vuestros sufrimientos sean mayores o menores.
Los tiempos de la gran tribulación y purificación han llegado pero no temer, ahí tenéis vuestro refugio, el Inmaculado Corazón de María doloroso y mi corazón agonizante por la pérdida de tantas almas y el rechazo de ella a Mí, su salvador, al Padre y al Parásito.
Orar por la Iglesia, por el Papa y las almas consagradas.
Grandes tinieblas cubren a mi Iglesia, obispos contra obispos, cardenales contra cardenales, sacerdotes contra sacerdotes que hacen su voluntad y no la mía. Desobedecen a los obispos buenos y cardenales.
Coger el mensaje de la Salette, todo se está cumpliendo y creer que el reinado del anticristo está llegando y si el hombre persiste en su soberbia dejaré que se sienta el látigo de los que han ido y van contra Mi y contra los míos.
Hoy, la advocación de mi santa Madre de la Salette, en este día os pido que leáis el mensaje.
Mi Madre vino a dos niños en un pueblecito de Francia, más que pueblo aldea, desgarrada, llorando por estos tiempos, por la pérdida de tantas almas, por la pérdida de la fe y de su Iglesia enfrentada unos a otros.
Este mundo se ha vuelto la mayoría pagano y camina a su libre albedrío, sin Dios.
En manos del enemigo y las tinieblas invaden más la tierra, las mentes, los corazones y a mi Iglesia.
Ser lámparas encendidas que den luz a este mundo y ser testigos de la verdad del Evangelio según está escrito.
Ser guardianes de la tradición de vuestros mayores, dar testimonio de la verdad y alumbrar en las tinieblas que invaden a mi Iglesia y al mundo.
Sed muy humildes y regiros por nuestras enseñanzas.
Llevar vuestras cruces con amor y ofrecerlas. Ellas serán vuestra salvación y la salvación de muchas almas junto con las cruces de otras almas que están junto a Mi en la cruz.
No desfallecer, perseverar que vuestras cruces junto a la demás cruces de las almas que me han sido fieles hasta el final son estandarte que acompañarán a la mía y resplandecerán junto a la mía.
Ánimo y os vuelvo a repetir: ser muy humildes y nada egoístas.
Santiguaros haciendo la señal de la cruz despacio, la señal de mi cruz espanta al enemigo pero hacerla bien y despacio.

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