MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
3 DE SEPTIEMBRE DE 2015
Jesús
Hijitas mías e hijitos míos, vuestra Jesús
Sacramentado, el Hijo del Dios vivo, la Segunda persona de la Trinidad se ha
hecho presente, me he hecho presente, en este cenáculo formado por mi Sagrado
Corazón Eucarístico.
Hija mía, ¿qué ves?
Rosa
A un ángel que me coge la mano.
¡Uy, este templo ya lo conozco!
Seguimos avanzando por todo el pasillo. Al llegar un
poco antes del altar, el sagrario que está enfrente, mi ángel de la guarda se
tumba con el rostro en tierra. Yo me arrodillo.
Del sagrario salen grandes rayos de luz. Esta todo
iluminado. Entre los rayos se ven unas palabras como de oro en relieve: Jesús,
Hombre, Salvador.
¡Que hermosura!
Los rayos van desapareciendo y cuando ya ha
desaparecido todo, mi ángel se pone en pie y yo con él. Al sagrario le cubre
como un velo blanco transparente por los lados.
Me sube al altar y en un rinconcito de la parte
izquierda ahí nos quedamos los dos.
Se me ha olvidado deciros que va a empezar la santa
Misa.
Toda la iglesia está llena de gente. Empiezan con los
cánticos de entrada y sale el sacerdote.
La gente se pone en pie para recibirle y empieza la
santa misa normal pero veo venir a la Virgen toda vestida de blanco con una
multitud de ángeles y San José y se ponen enfrente del altar de rodillas y
todos los ángeles igual.
La misa va transcurriendo normalmente. El sacerdote
cuando dice “Oremos”, los ángeles se ponen en pie porque están orando al Padre.
Jesús
Si, hijos míos, no esperar a levantar al corazón sino
cuando oigáis “Oremos”, todos en pie. Porque en esos momentos tiene que recoger
vuestro corazón el amor del Padre. Y de vuestro corazón, el Padre cogerá las
súplicas que se han hecho y se hacen en la santa misa y el agradecimiento por
todo lo que os da.
Rosa
Llega el momento de la consagración. Al elevar la
Sagrada Forma veo al Padre y al Paráclito y de ellos salen rayos. Un rayo muy
grande, muy grande amarillo por todo alrededor. Está cubierto de blanco ese
rayo amarillo. Se filtra a la Sagrada Forma.
Veo abrirse la tierra. ¿Qué es esto?
¡Ay, ay, que me coge!, ¿quienes son? Veo brazos y
cabezas…..El purgatorio se ha
abierto y las almas benditas del purgatorio están recibiendo el agua de la
gracia y del amor y de la misericordia del Cordero de Dios que está bajando y de
su Preciosa Sangre. Están apagando su sed. Algunas tienen la boca cosida, otras no tienen
ojos.
El sacerdote con mucho amor consagra, muy despacio,
inclina sus rodillas en el suelo y va bajando poco a poco la sagrada forma hasta
dejarla en la patena; coge el cáliz con un amor infinito, lo eleva arriba, ve a
Jesús crucificado, que lo sujeta el Padre y el Paráclito; y su sangre va
cayendo al cáliz. ¡Ay, Dios mío!
El cáliz rebosa y un ángel se acerca con mucha
reverencia llevando otro cáliz, y deposita en ese cáliz sangre de nuestro Señor
y va rociando como con un guisopo a todas las almas del purgatorio y a todos
los que están en la santa misa. El padre eleva el cáliz arriba y va bajando
despacio, despacio, se arrodilla ante el cáliz y prosigue la santa Misa.
Jesús
Habéis visto, hijos míos hijas mías, lo que un santo
sacerdote hace y se produce con su santidad porque arrebata todas las gracias
del Hijo, del Padre y del Paráclito para que en esa santa misa se de gloria a
la Santísima Trinidad de verdad, se perdonen todos los pecados veniales y el
purgatorio reciba el agua que las almas necesitan para calmar su sed, la
misericordia y el consuelo de nuestro Dios Trino, de nuestra Madre Inmaculada,
y digo nuestra Madre, porque también es mía que soy Jesús.
Al igual que todos los devotos de San José que están
purgando también reciben mucho alivio, consuelo y muchos son los que escalan
algún peldaño como has visto, hija mía; no las tengas miedo. Otras como has
visto, sus vestiduras quedan más blancas que la nieve y suben con los ángeles y
mi padre putativo San José al cielo. El pecado, hijas mías, el pecado deforma y envilece y
en el purgatorio están las almas tal y como han vivido en ésta tierra, y se ve
toda la fealdad de cada una en el pecado; según se haya pecado así en la tierra
así están en el purgatorio.
Rosa
Señor ¿y en todas las santas Misas ocurre esto?
Jesús
Cuando el sacerdote es santo sí, y todas las súplicas
de todos los oyentes son oídas y llevadas al Padre por el sacerdote que en su
interior pide por todos los presentes.
Esto os quería decir esta tarde, la grandeza de oír una
misa santa porque está un sacerdote santo, los beneficios que se reciben en
ella tanto los que lo están oyendo como el purgatorio a través de sacerdotes santos.
Vosotras y vosotros, hijos míos hijas mías, ser
conscientes cuando vais a comulgar que no es una sagrada forma o una forma como
queráis vosotros y vosotras decir, es vuestro Jesús a quién recibís en ella,
escondido en ella, que vengo a tomar posesión de vosotros a correr por vuestras
venas, a hacerme uno con cada uno con cada una de las almas que me reciben en
gracia.
Y ahí estoy escondido realmente presente en cuerpo,
sangre, alma y divinidad para ser vuestro alimento, vuestra fuerza, vuestro
consuelo en las atribulaciones, vuestro Cirineo y para evitaros tantos males
como ya os he evitado y más que os evitaré.
Los hombres me piden milagros, nada más que quieren
ver y no ven el gran milagro que constantemente se está produciendo en mi
Iglesia; en el momento de la consagración en que vengo en cuerpo, sangre, alma
y divinidad para quedarme con vosotros y en el sagrario; y lo hago todo por
vosotros y vosotras y ¿que recibo tantas veces en él? Olvido, tibieza, rutina
cuando van a comulgar de mi cuerpo y de mi sangre y sacrilegio cuando me
reciben en pecado, ¡qué dolor más grande siente mi Sagrado Corazón Eucarístico
en esos momentos!
Ir a recibir a vuestro Jesús con mucho amor, humildad
y caridad y decentemente vestidas. Mujeres cubrir con decencia vuestros cuerpos
ante vuestro Dios que viene a hacerse uno con cada alma que me recibe.
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