MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
23 DE ENERO DE 2016
Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús se ha hecho presente en
este cenáculo formado por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones, hijos míos
e hijas mías.
Gracias mis pequeñas florecillas, gracias una vez más
por vuestro consuelo, por vuestro amor y por vuestros sacrificios. Sin
sacrificio no alcanzaréis todo lo que me pedís.
Pedís mucho y Yo gustoso os lo doy si es para bien de
vuestras almas pero que poco me dais a Mí. Anteponéis todo a Mí y mi corazón se
desgarra de dolor aún más por todos los que os llamáis míos y no os sacrificáis
lo bastante para consolar y para desagraviar a vuestro Jesús.
La oración sin obras y sin sacrificios no tiene los
méritos para alcanzar de vuestro Jesús todo lo que me pedís.
Decís amarme y si que me amáis pero no lo suficiente
para dejarlo todo por Mí. Cuando se ama con todo el alma, con todo el corazón
se deja todo para estar con el ser amado.
Ha llegado el tiempo anunciado y profetizado por todo
el mundo.
Mi segunda Venida ya está a las puertas. El cielo que
os falta en el cielo es un suspiro. Tiempo de purificación y de grandes
sufrimientos.
Despojaos de todo lo que no sea vuestro Jesús, dar de
comer al hambriento y de beber al sediento que esas son las obras auténticas,
verdaderas que valen ante mis ojos. No las que se hacen por agradar a los
hombres y para que les digan que bueno o buena es, esas no tienen méritos a mis
ojos.
Dentro de poco, de nada, os servirá tener como ya os
dije anoche porque no tendréis nada que comer ni que comprar.
Sólo los alimentos de las almas que me han sido
fieles que han cumplido con mi mandato, sólo esas almas tendrán comida y a esas
almas se les multiplicará.
Así que, hijos míos e hijas mías, ¿de qué os sirve el
dinero?, ¿ de qué os sirven las propiedad?, cuando dentro de muy poco tiempo
vuestras propiedades se desplomarán y no quedarán nada de ellas. El terremoto
en Madrid está a punto de darse.
Estoy avisando también a través de otras almas en
sueños, en visiones de
ello par que los hombres no digáis que son cosas de
los portavoces, de los canales que hemos escogido para comunicarnos con
vosotros, hijos míos.
Tener preparada vuestra almas, vuestro corazón y
preocuparos de mis cosas y de los hermanos del grupo y fuera del grupo que os
necesitan.
Si así lo hacéis Yo me preocuparé de las vuestras.
La bolsa está a punto de desplomarse, la mayoría del
dinero se perderá.
Las pensiones desaparecerán y todos sabréis lo que es
pasar necesidad porque el que tiene no sabe lo que es llegar a fin de mes sin
lo necesario.
¡Cuántas almas en esta crisis se han suicidado!
Porque al tenerlo todo se han visto sin nadad y no han podido con ello, el
terror las ha invadido y se han quitado sus vidas.
¡Que dolor más grande se produce con ello a mi
Sagrado Corazón! por no poder remedio los que tienen, los poderosos y los que
no lo son y haber evitado tanto suicido como ha habido y hay al caer en tanta
desesperación.
Pero de ello, los medios de comunicación no dan noticia
porque los poderosos se lo tienen prohibido para no alarmar a la población.
Repasar los mensajes, está llegado el tiempo en que
nuestras voces callarán y tendréis alimentaros de todo lo que os hemos dado en
el grupo y las almas de otros grupos, etc.
Hijos míos, todo está llegando a su fin.
Orar y pedir mucho por la conversión de los
pecadores, por el Papa y por las almas consagradas para que no sean cobardes y
proclamen la verdad. Y las almas consagradas que han caído en el modernismo, en
el ateísmo, en la infidelidad, en la masonería y hasta en sectas. Orar por
ellas. Orar para que vuelvan al buen pastor.
Gran parte de culpa la tiene mi Iglesia porque los
pastores han descuidado a las ovejas y la mayoría se han vuelto asalariados y
de lo que se tenían que preocupar lo han abandonado, que son las almas.
Orar mucho por las almas consagradas.
Orar mucho por el Papa y por la conversión de los
pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, con una gracia especial para
ayudaros a llevar la cruz de cada día y la cruz de esta purificación que os
está viniendo.
El poder de Dios Padre, mi Padre y el vuestro,
desciende sobre vosotros
La sabiduría y la misericordia de vuestro Jesús que
es el que os habla en esta tarde, desciende sobre vosotros.
Y el amor del Paráclito desciende sobre vosotros con
estas gracias.
Y recordar que a través de Mí habita en vosotros Dios
Padre y Dios Espíritu Santo, las tres Personas, hijos míos, recordarlo.
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