MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
9 DE ENERO DE 2016
Jesús
Mi paz y amor os doy a todos los presentes y os dejo
al igual que la deposito en vuestros hogares. Y San Miguel está sellando vuestros
hogares para que sean protegidos de todo mal y de Satanás y sus secuaces.
Hijos míos, llevad siempre con vosotros el Santo
Rosario. Revestíos del escapulario del Carmen y de la Merced.
Llevar medallas de los Sagrados e Inmaculados
Corazones, la medalla de la Milagrosa, la de la Santa Faz y el crucifijo de San
Benito junto con la medalla de la Eucaristía, la del Espíritu Santo en persona
y la de vuestro ángel de la guarda. San Miguel, San Rafael y San Gabriel, si las
tenéis.
Y no olvidaros de mi padre putativo San José y la
medalla dolorosa de mi Madre, hijos míos.
Preparaos a vivir este año que ha empezado y en el
todo empeorará.
El hombre cada vez es más perverso y se ha olvidado
de Dios.
Y la justa cólera de Dios Padre está descendiendo
sobre la tierra. Mirar las señales en el cielo y en la tierra. ¡Despertar que
estáis aletargados! y no dejaros confundir dando crédito a todo lo que se dice
dentro de mi Iglesia, que no todo es correcto.
No olvidaros y no saliros de la tradición de vuestros
padres.
En toda la tierra saben de Mí porque en todas partes
ha sido predicada mi doctrina, mi Evangelio, y en todo el mundo se han dado y
se dan nuestras manifestaciones. No caigáis en la idolatría. Todo aquel que
adora a su dios que no es el verdadero es un idólatra.
Los pecados de los hombres han traspasado la bóveda
del cielo y más los de la Iglesia por no ser valientes y predicar la verdad tal
y cómo está escrita, no como ellos la interpretan y quieren.
Soy un Dios de amor y misericordia pero también de
justicia, no olvidaros que no todo aquel que dice ¡Señor, Señor! se salvará y
muchos de ellos arderán en el infierno.
Hijos míos, pronto tendréis el primer evento de amor
del Padre al hombre: el Aviso dado a la humanidad por la intercesión de mi
Madre y vuestra.
Preparaos y dejaros de cosas mundanas porque todo lo
de este mundo, tal y como lo veis, va a desaparecer y os quiero desnudos de todo
lo de este mundo para revestiros de mi Madre y de Mí, hijos míos.
Ayudaros, estar unidos y amaros y orar por la salvación
de un gran número de almas por la conversión de los pecadores.
¡Ay de las almas codiciosas que no dan a los hermanos
que tienen al lado!
No quedará de lo que tienen nada y en sus edificios
no quedará piedra sobre piedra y de los que se llaman míos, mi justicia caerá
sobre ellos de la misma manera que hayan tenido ellos piedad sobre el hermano
necesitado.
No olvidaros, hijos míos, que conozco todo lo del
hombre a cada uno en particular y sé de todas vuestras bondades y también de
todas vuestras miserias, buenas y malas obras, etc.
A Mí no me podéis engañar con palabrerías. De nada os
sirve la oración si no va acompañada de buenas obras.
Hijos míos, es tiempo de sacrificios, ayunos y buenas
obras y oración para acortar el tiempo que os viene y suavizar algunos eventos
y para alcanzar las gracias que nos pedís.
No dejar de rezar el santo rosario, por él
alcanzaréis todo uniéndolo a las buenas obras.
Sed muy humildes, manteneros muy, muy unidos y con
vuestros sacrificios, cruces, ayunos y oración reparar a Nuestros Sagrados e
Inmaculados Corazones y salvar muchas almas.
Y no abuséis de mi misericordia, no poniendo vosotros
de vuestra parte para corregiros de vuestras faltas.
Orar mucho por España. Arrancar al Padre gracias y
misericordia para ella.
El Padre va a dejar que coja España los impíos, por
la codicia de los ricos y de los menos ricos y por las aberraciones que se
están cometiendo en ella.
¡Ánimo, hijos míos! Si camináis en mis huellas
haciendo y llevando a cabo todo lo que os hemos enseñado y aconsejado en estos
años a nada debéis temer.
Vuestros refugio es y será Nuestros Sagrados e Inmaculados
Corazones.
Y, quiero, hijos míos, aclarar que las almas de los
que mueren y han vivido en Mí o en mi Madre o en la intercesión de algún santo,
estas almas se salvan aunque la Extrema Unción la reciban inconscientes incluso
los que no hubieran podido recibirla.
No las almas que han llevado una vida de pecado sin
querer saber nada de Mi, si rechazan la Extrema Unción y no han querido
reconciliarse Conmigo.
Os vuelvo a repetir, soy un Dios de amor y de
misericordia pero también soy justicia.
Por el poder de Dios Padre.
Por el poder de Dios Hijo.
Por el poder de Dios Espíritu Santo.
Y a vosotros os bendigo hijos en el nombre de mi
Padre y vuestro, de Dios Hijo, que es Él que os habla y de Dios Espíritu Santo.
Y recibir la bendición y protección de mi padre San
José.
Sernos fieles, hijos míos, y amarme por los que no me
aman y reparar por ello.
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