MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
4 NOVIEMBRE DE 2017
Nuestra Madre
Vuestra Madre bajo la advocación de Nuestra Señora de
la Preciosa Sangre al pie de la cruz recogiendo la sangre de mi Divino Hijo
para derramarla sobre toda la humanidad, sobre las almas que la quieran coger
para en ella purificar sus almas. Atraerlas al Sagrado Corazón de mi Divino
Hijo y a la conversión plena porque muchos dicen que creen y están convertidos
y no piensan como mi divino Hijo quiere y obran como Él manda.
El que cree en Dios, en mi divino Hijo y en nuestras
revelaciones, no cree en supercherías porque todo el que tiene fe y ama de
corazón a Dios y se cubre en la preciosa sangre de mi divino Hijo está libre de
todo ello.
¡Ay, hijos míos, alguno que picáis y picáis en varias
fuentes, en vez de ir ascendiendo espiritualmente vais bajando!
Y no alcanzáis la espiritualidad, la fe y la
confianza que se debería tener en Dios. Y ello, hiere mi Inmaculado corazón con
afiladas espinas.
Las almas que están en gracia, las almas que viven
del amor y la confianza en Dios, las almas que están llenas de fe no piensan ni
creen que a estas almas les pueda tocar el maligno con brujerías, hechicerías y
otras cosas.
Dejar de picar y de ir de flor en flor y los que sois
de los Sagrados Corazones, ateneros solo a los sagrados corazones.
Todo el que cree en eso es porque no tiene suficiente
fe, confianza y amor a Dios, ni vive en gracia.
Leer los mensajes, meditarlos que con ello ya tenéis
bastante. Y dejaros de bobadas y tonterías, hijos míos.
Vuestros oídos, vuestros ojos, vuestras manos,
vuestros pies, vuestra boca, pensamientos y demás tienen que tener que estar
puestos en los mensajes de los sagrados corazones y en el Evangelio. Y los
mandamientos, hijos míos.
¡Ay, del que bebe en otras fuentes, su mente está
llena de confusión y no ve!
En vez de pensar que lo que le sucede es por la
voluntad de Dios o permitido por Dios. Cree en el mal de ojo y otras cosas
similares, hijos míos.
El Padre purifica para que podáis estar el tiempo
menor en el purgatorio y poder gozar plenamente en el cielo.
Con lo que Él permita que suceda, entregárselo al
Padre.
Y dejaros en paz de bobadas a estas alturas y beber
de las fuentes de agua viva. La sangre de Cristo, mi divino Hijo y el agua que
brota de su divino costado.
Beber los mensajes, los mandamientos los Evangelios,
la Biblia. Beber del sacramento de la penitencia y de la Eucaristía.
Bebe del cáliz, hija mía. De la amargura y el dolor
de todo un Dios que le produce la humanidad.
Belén
¡Ay, Madre, que amargo!
Nuestra Madre
Un poquito, hija mía, alíviale, consuélale, hija mía.
No sabes, hija mía, el consuelo el alivio que Jesús,
tu Jesús y el mío, y el de todos, hija mía, ha recibido al quitarle la amargura
de la hiel que los hombres me dan con su mala vida, perversidad, rechazo y
quererse poner en su lugar, hijos míos.
Os bendigo a vosotros con gracias, protecciones y
bendiciones muy, muy especiales contra Lucifer, sus secuaces y vuestros
enemigos.
El poder, el amor y el fuego del Paráclito, hijos míos, desciende sobre
vosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario