MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
14 DICIEMBRE DE 2017
Jesús
Hijos míos de mi Sagrado Corazón.
Os bendigo a todos los presentes con grandes
bendiciones, protecciones y gracias para que estéis siempre en mi sagrado
corazón eucarístico. Para que caminéis siempre en mis pisadas ensangrentadas de
sangre. Para que sea fácil cumplir mi santa voluntad en cada uno y cada de
vosotros y vosotras, hijos míos e hijas mías. Llevar todo con amor y con paz,
tanto las alegrías como las penas. Dármelo todo para alegrarme con vosotros y
para sufrir con vosotros.
Con ello ayudáis a reparar mi sagrado corazón
eucarístico, tan desgarrado, dolorido y traspasado por tantas y tantas espinas
como en él me clavan tantos hijos.
Amarme mucho en la eucaristía, que ahí estoy
verdaderamente presente en cuerpo, alma y sangre y divinidad, hijos míos.
Cuando vais al sagrario mis brazos se extienden a
cada uno de vosotros, y aunque no me sentís salgo del sagrario y os abrazo
fuertemente en mis brazos para confortaros en vuestras penas y ayudaros a
llevarlas y si es la voluntad del Padre, solucionarlas o curar los males que
tengáis, hijos míos, o tenéis. No creáis que me hacéis un favor, pues muchas
almas vienen pensando que me hacen un favor cuando vienen al sagrario y el
favor lo reciben todos vosotros.
¡Que no hago yo por un alma que viene ante mí, llena
de amor, a mí, su Jesús!
Es la alegría y el gozo que Dios puede recibir de sus
criaturas, hijos míos.
No olvidaros que estoy en él por vosotros, por el
amor tan intenso que os tengo. Por ese inmenso amor a todas mis criaturas me
quede prisionero en él, para daros vida, vida en abundancia para ayudaros y
para que viváis más cerca de mí.
Quiero que sepáis que cuando comulgáis con amor,
humildad, mi cuerpo, se hace uno con el vuestro y mi sangre se mezcla por la
vuestra y corre por vuestras venas y la vuestra en las mías, hijos míos.
¡Cuánto os amo, aunque sea cinco minutos, de las
veces que vayáis al sagrario, cinco minutos dedicarlos a reparar a vuestro
Jesús en la eucaristía, por el dolor como ya os he dicho que me causa la
ingratitud de mis criaturas, el olvido, el poco respecto que me tiene, que
pasan ante mi como si no existiera! Y en vez de dedicar una gran mayoría de
almas el tiempo que están en el templo antes de la misa como después a estar en
mi presencia o a estar conmigo, la dedican a hablar unos con otros y se olvidan
de mí. Se olvidan que estoy suplicante a una palabra de amor que salgan de sus
labios, a una inclinación o buenas tardes, Señor.
Son cosas sencillas las que pido y ni siquiera esas
cosas sencillas me dan mis almas, mis criaturas, hijos míos.
Vosotros ser almas reparadoras del sagrario. Ser sagrarios
vivos pues yo vivo en vuestros corazones. En vuestros corazones plantó el Padre
un sagrario con querubines que ellos suplen el tiempo que, por dedicarlo a la
familia, a descansar o a los demás, ellos están siempre orando por vosotros en
vuestro corazón. Recordarlo. Sois sagrarios vivos y ese sagrario está puesto en
vuestros corazones, hijos míos e hijas mías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario