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viernes, 13 de diciembre de 2019

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


21 SEPTIEMBRE DE 2019



Nuestra Madre
Hijos míos, hoy vengo a vosotras. A este grupo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones y dirigido por nuestros corazones y bien que es dirigido. Ahora, depende de vosotras en esta tarde de seguir el camino o desviaros, hijas mías.
Vengo al grupo bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced.
Preocuparos y llevar a cabo todas las enseñanzas que os hemos dado. Hacer caso de todo lo que os hemos corregido y olvidaros completamente del mundo.
Caminar pisando firmemente en las huellas ensangrentadas de mi divino Hijo.
Estáis en los últimos coletazos de los últimos tiempos.
Todo lo que os hemos profetizado en este grupo, todo se está viendo y realizando y lo que queda, en breve, lo veréis, hijas mías.
La purificación ha llegado. Lo más fuerte de ella ya se está dando, hijas mías. ¿Es que no veis?
Prepararos en cuerpo y alma a la venida de mi Hijo, pues está llegando y al Aviso que queda muy poco tiempo, muy poco para que se de, hijas mías.
Y, vosotras no pensáis nada más que en las cosas del mundo.
Todo va a empeorar y aún más grandes dolores y sufrimientos se van a dar en breve en la tierra, como no se han dado en ella, hijas mías.
No os digo esto para que os asustéis sino para que viváis en la presencia de mi divino Hijo en cuerpo y alma constantemente.
Orar mucho, orar por las almas que van a morir en todos estos sufrimientos y dolores y por la conversión de la mayor parte de la humanidad.
Mirar, como está el mundo. Cada día que pasa está peor pero los hombres viven y siguen viviendo a su libre albedrío. No caen de rodillas pidiendo ayuda a Dios, que es el único que podía parar y quitar todo el mal tenebroso que hay y que viene a la tierra.
El hombre se ha vuelto peor que un animal salvaje, sólo piensa en sí mismo, en tener, en los placeres aunque para ello caigan las almas que están a su alrededor, hijas mías.
Orar mucho por la Iglesia, por las almas consagradas 
Una vez más os digo, vosotras, hijas mías y los hijos de este grupo, regiros por la tradición de la Iglesia. La tradición de vuestros padres. Por los Evangelios tal y como están escritos. Que no tienen nada que poner y quitar pues es claro para todos.
Para los más listos, como os llamáis, y los más torpes. 
Y, regiros por los mandamientos.
Pronto tendréis que saber discernir unos sacerdotes de otros y tendréis que ir donde el sacerdote sea justo y santo y que se rija por lo que ya os he mencionado. No por los modernismos ni por las nuevas reglas e impulsos que quieren dar a la Iglesia. 
Las cadenas que se han roto para atraer a mi corazón a miles de pecadores.
Las cadenas rotas por las cuales oiré todas vuestras peticiones, problemas y necesidades.
In nomine Patri et Filie Et Spiritu Sancti.
Ir en paz.
Quedad en mi paz, que es la paz que en estos momentos os está dando mi divino Hijo y en su infinito amor y misericordia.

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