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jueves, 19 de marzo de 2020

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


25 ENERO DE 2020



Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús junto con mi Madre y vuestra os damos las gracias por caminar de nuestras manos al cenáculo. Todos los que llegáis a los cenáculos formados y dirigidos por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones no venís solos, no camináis solos, venís cogidos de la mano de mi Madre y de la mía, hijos míos.
Gracias os doy por vuestro amor, por vuestra oración y por vuestro sacrificio para reparar nuestros corazones de mi Madre y de vuestro Jesús, que tan desgarrados y doloridos están por la maldad y perversidad de los hombres.
Hijos míos, se os advirtieron ya, hace años y después de las plagas que iban a ir viniendo a la tierra, de las enfermedades que no iban a tener cura y se os dio el remedio para ello.
Para las enfermedades de mi Madre de la Milagrosa en el agua y para evitar plagas las medallas de mi Madre en todos los cajones de vuestros hogares.
Pero, hijos míos, estáis asustados por esta enfermedad que ha llegado provocada por el hombre y que se está llevando muchas vidas. 
Pero, ¡Ay, hijos míos, la plaga que vendrá será peor que la peste, después de ésta! La carne se desprenderá del cuerpo por los pecados de la carne. Toda la carne se llenará de úlceras y se gangrenará y no habrá remedio para esa enfermedad.
Por ello, hijos míos e hijas mías, poner ya en vuestra vida los remedios que os hemos dado, hijos míos. 
Beber del agua de las medallas que todos los remedios ya se os han dado. 
Ponerlo en práctica.
Ya no hay vuelta atrás. Todo lo profetizado se está dando y se terminará de dar pero si se puede suavizar y acortar. Orar por ello. No perder la fe, el amor, la confianza, la fortaleza y la calma.
En todos estos momentos que si camináis a nuestro lado, saldréis triunfante de todo ello.
Y, en esta tarde, os sello una vez más, en mi Preciosa Sangre. 
Y, mi Madre está derramando su preciosa sangre mezclada con mi preciosa sangre sobre vosotros, sobre vuestros hogares.
Caminar con amor, con fe, con confianza y con alegría.
Y, no temer nada, pues vuestro Jesús y vuestra Mamá, María, la mía estamos junto a vosotros.
¡Ánimo! Que todo un Dios Tres veces santo, Padre, Hijo y Espíritu Santo está con su rebaño. 

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