MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
25 DE ENERO DE 2014
La Virgen
Hijos
míos, Vuestra Madre Inmaculada, el templo vivo de la Santísima Trinidad, se ha
hecho presente entre vosotros en este cenáculo, formado y dirigido por nuestros
Sagrados e Inmaculados Corazones.
Soy
Madre de Misericordia y mi misericordia, hijos míos, es la misericordia de mi
Divino Hijo, se derrama en cada uno de vosotros. Sed humildes, arrodillaos los
que podáis y pedir perdón.
La Virgen
¡Ay,
hijos míos¡ cuántas veces os he dicho que tenéis que morir a todo lo terreno y
vivir sólo en mi Divino Hijo, para que cuando sucedieran estas cosas no os
hicieran tanto daño.
Vivir
con lo necesario que con menos viví y vivió mi hijo y José en la tierra.
La
paz de mi hijo y su amor inunda tu ser y a todos los aquí reunidos en esta
tarde. Hijos míos, soy madre de la iglesia y vengo a pediros mucho por el Santo
Padre y por todas las almas consagradas, pedir mucho por ellas, que como os
dije el martes, habrá una gran persecución. Más de la que viven muchos ahora,
se cebarán sobre ellos, sobre los sacerdotes santos y fieles, cubrirles con
vuestra oración y si tenéis que esconderlos, esconderlos.
Hijos
míos, el enemigo odia mi iglesia, la iglesia de Cristo, vuestra iglesia.
El
enemigo odia a mis almas, a las almas consagradas y fieles y a todos los fieles
que se conservan fieles a mi Divino hijo, y a Mí, vuestra Madre, al Padre y al
Paráclito, hijos míos.
Una
gran guerra hay dentro de mi iglesia, almas consagradas contra almas
consagradas. Que pena, hija mía. Mira, mi corazón todo traspasado de afiladas
espadas, por los pecados de las almas consagradas ingratas desde los más altos
cargos hasta los más pequeños contra el Papa y contra las almas consagradas
fieles y santas.
Cubrirlos,
hijos míos, con la oración. Cubrirlos y darles fuerzas.
También
hay fieles contra fieles. Muchos de ellos no se ponen de acuerdo.
Lucifer
quiere destruir a Dios en los corazones, quiere que deje de existir en todos
los corazones para hacerse él, el dueño de vuestras almas, para hacerse él el
dueño de todos los hombres, para atormentaros en los infiernos, hijos míos.
Vendrán
tiempos también en que alguno de vosotros dudaréis. Acudid a San Miguel y la
oración de la Preciosa Sangre, hijos míos.
No
sucumbid. Satanás solo quiere vuestro mal, quiere vuestra destrucción y con
ella humillar a Dios.
Todo
un Dios Padre se duele por la perdición de sus hijos, ¡Que dolor siente el
Padre ante la perdición de uno de sus hijos¡
Pero
como se ha dicho otras veces, el Padre, el Hijo y el Paráclito respetan la
voluntad del hombre.
El
Padre, el Hijo y el Paráclito os quieren libres y libres tenéis que ir al Él. Y
libres tenéis que rechazar a quienes le rechazan, hijos míos.
Jamás
se le podrá culpar a Dios de la perdida de un alma.
Vivid
amando a Dios y a los hermanos, haciendo el bien, siendo humildes, ello es
prueba de salvación eterna.
La Virgen
Mi
paz, mi amor y misericordia que es la paz, el amor y la misericordia de Dios
trino desciende sobre vosotros.
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