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viernes, 21 de febrero de 2014

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


25 DE ENERO DE 2014




La Virgen
Hijos míos, Vuestra Madre Inmaculada, el templo vivo de la Santísima Trinidad, se ha hecho presente entre vosotros en este cenáculo, formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Soy Madre de Misericordia y mi misericordia, hijos míos, es la misericordia de mi Divino Hijo, se derrama en cada uno de vosotros. Sed humildes, arrodillaos los que podáis y pedir perdón.


La Virgen
¡Ay, hijos míos¡ cuántas veces os he dicho que tenéis que morir a todo lo terreno y vivir sólo en mi Divino Hijo, para que cuando sucedieran estas cosas no os hicieran tanto daño. 

Vivir con lo necesario que con menos viví y vivió mi hijo y José en la tierra.
La paz de mi hijo y su amor inunda tu ser y a todos los aquí reunidos en esta tarde. Hijos míos, soy madre de la iglesia y vengo a pediros mucho por el Santo Padre y por todas las almas consagradas, pedir mucho por ellas, que como os dije el martes, habrá una gran persecución. Más de la que viven muchos ahora, se cebarán sobre ellos, sobre los sacerdotes santos y fieles, cubrirles con vuestra oración y si tenéis que esconderlos, esconderlos.

Hijos míos, el enemigo odia mi iglesia, la iglesia de Cristo, vuestra iglesia. 
El enemigo odia a mis almas, a las almas consagradas y fieles y a todos los fieles que se conservan fieles a mi Divino hijo, y a Mí, vuestra Madre, al Padre y al Paráclito, hijos míos.
Una gran guerra hay dentro de mi iglesia, almas consagradas contra almas consagradas. Que pena, hija mía. Mira, mi corazón todo traspasado de afiladas espadas, por los pecados de las almas consagradas ingratas desde los más altos cargos hasta los más pequeños contra el Papa y contra las almas consagradas fieles y santas.
Cubrirlos, hijos míos, con la oración. Cubrirlos y darles fuerzas.
También hay fieles contra fieles. Muchos de ellos no se ponen de acuerdo.

Lucifer quiere destruir a Dios en los corazones, quiere que deje de existir en todos los corazones para hacerse él, el dueño de vuestras almas, para hacerse él el dueño de todos los hombres, para atormentaros en los infiernos, hijos míos.
Vendrán tiempos también en que alguno de vosotros dudaréis. Acudid a San Miguel y la oración de la Preciosa Sangre, hijos míos.
No sucumbid. Satanás solo quiere vuestro mal, quiere vuestra destrucción y con ella humillar a Dios.
Todo un Dios Padre se duele por la perdición de sus hijos, ¡Que dolor siente el Padre ante la perdición de uno de sus hijos¡
Pero como se ha dicho otras veces, el Padre, el Hijo y el Paráclito respetan la voluntad del hombre.
El Padre, el Hijo y el Paráclito os quieren libres y libres tenéis que ir al Él. Y libres tenéis que rechazar a quienes le rechazan, hijos míos.
Jamás se le podrá culpar a Dios de la perdida de un alma.
Vivid amando a Dios y a los hermanos, haciendo el bien, siendo humildes, ello es prueba de salvación eterna. 

La Virgen

Mi paz, mi amor y misericordia que es la paz, el amor y la misericordia de Dios trino desciende sobre vosotros. 



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