MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
21 DE ENERO DE 2014
La Virgen
Hijos míos, Vuestra Madre Dolorosa y Vuestro Jesús
cargado con la cruz de toda la humanidad, nos hemos hecho presentes en este
cenáculo dirigido y formado por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Arrodillaos los que podáis y pedir perdón de
vuestros pecados y de todos los pecados del mundo entero, Hijos míos.
Jesús
Marta, Marta, mi Marta, tan amada de mi Sagrado
Corazón, si lleváis grabados en el corazón las tablas de la ley y los
mandamientos. Si los repasarais a menudo sabríais cuando estáis actuando bien y
cuando estáis actuando mal. Todo lo contrario a los mandamientos es contrario a
Dios, por lo tanto es pecado, Hijos míos.
Ahora, todos repetir de corazón, el Señor mío
Jesucristo.
Veis, hijas mías e hijos míos, el amor tan grande,
tan inmenso e infinito que vuestro Jesús os tiene. Veis, en esta tarde, os he
traído para que esté junto a vosotros y vosotras un alma muy amada de mi
Sagrado Corazón y del Inmaculado Corazón de mi Madre y vuestra.
Esta alma consagrada que está totalmente al
servicio de mi Madre y Mío, el padre S, hijos míos e hijas mías.
Hijo mío, yo te bendigo esta tarde por estar entre
mi rebaño, uno de ellos. En el nombre de Dios Padre, en el nombre de Dios Hijo,
que es el que te bendice, hijito mío, en el nombre de Dios Espíritu Santo.
Jesús
Hija mía, os amo más que a la niña de mis ojos. A
todos os llevo grabados en ellos y a todos os cuido. Velo por todos y cuántas
veces os advierto de los peligros del alma, hijos míos, y de los enemigos del alma y de los enemigos que tenéis en esta
tierra.
Mi amor por el hombre es infinito. Volvería a pasar
todo lo que pasé, más y más, si puedo.
Pero ya no puede pasar más porque lo dí todo. Pero
lo volvería a pasar por la salvación de un alma si hiciera falta.
Hijos míos,
he querido que veas la Verónica, esta mujer, esta santa mujer que nada la
detuvo como a mi Madre y no pensó en lo que le hubiera podido pasar, sólo pensó
en aliviarme, en consolarme y no le hubiera importado que la quitaran la vida
en esos momentos.
Hijos míos, sólo quería acercarse a aliviare,
consolarme y limpiar mi rostro, todo llagado y ensangrentado y darme de beber.
La fiebre me estaba debilitando, no podía. Los ángeles me ayudaban. Las fuerzas
del hombre se desvanecían pero las fuerzas de la divinidad me mantenían en pie
para llevar a término mi misión, de dar mi vida en rescate por todos vosotros y
por toda la humanidad.
Hijos míos, con cuánto amor abracé esa cruz, con
cuánto amor me dejé clavar en ella a pesar del dolor que sentí y sentía. Que
para muchos todos ese dolor, toda esa sangre iba a ser inútil porque estos
hombres renegarían de mí y ni siquiera cogerían mis manos al extendérselas y
ofrecerles mi perdón.
Quiero hijos míos e hijas mías que seáis valientes
como la Verónica, que enjuaguéis mi divino rostro con vuestro amor.
El amor de unos y otros, que me enjuaguéis,
consoléis y aliviéis el dolor de mi Santa Faz, con vuestros sufrimientos y
problemas, con todo lo que os acontezca.
Hijos míos, os quiero tanto, tanto, tanto que os
quiero hacer partícipes un poquito conmigo de mi Pasión.
Que unáis todos vuestro dolores y sufrimientos,
unidos a los dolores de mi Madre, para la redención de todo el género humano.
Os amo tanto que cuento con vosotros y no os lleno
de oro ni joyas, os doy las mías, la corona de espinas, los clavos y la cruz
que aquí son dolores y sufrimientos pero cuando estéis ante Mí, veréis que son
las joyas más preciadas, más hermosas que jamás ha habido ni habrá en toda la
tierra porque en ellas va la salvación de vuestras almas y la de tantos y
tantos hermanos.
Pero aceptar la cruz con amor, hijos míos, reparad
mi Santa Faz, amando a vuestro Dios tres veces santo: Padre, Hijo y Espíritu
Santo, sobre todas las cosas como a vosotros mismos. El que dice amarme a Mí y
no ama a su hermano es un mentiroso.
Aquí en la tierra, los profesores examinan a los
alumnos de bastantes asignaturas según las carreras. Al igual que los niños,
las asignaturas que tienen en primaria y son bastantes y cuestan aprobarlas. Y
Yo, vuestro Dios, sólo os examinaré de una, del Amor.
Hijos míos, amar es lo que os pido.
Con amor, hijos míos, todo se suma, todo se repara.
Estoy muy contento con vosotros, mis pequeños y con vosotras, mis pequeñas,
porque vais creciendo en esta asignatura del amor, entre unos y otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario