MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
9 DE MAYO DE 2015
Jesús
Shalom, hijos míos.
Rosa
Veo venir a Jesús todo de blanco,
descalzo, Señor mío y Dios mío.
En sus pies lleva la marca de las
llagas que le produjeron los clavos al ser clavado en la cruz.
El Señor extiende sus manos.
También veo sus llagas en sus
manos producidas por los clavos.
La túnica
está rasgada por un lado, por el lado del costado.
Veo sus
llaga, ¡que pena y que hermosura al mismo tiempo!
Esa llaga
se abre y sale sangre y agua como un manantial que baña a todos.
Las llagas
de los pies y de las manos y de la frente del Señor se iluminan. Jesús se llena
todo de luz. Jesús se vuelve y veo venir a la Virgen.
Jesús le
extiende su mano. La Virgen le extiende la suya según está llegando y Jesús
cierra su mano en la mano de su Madre, se arrima a la Virgen y la estrecha
fuertemente.
Se separan,
la Virgen y el Señor están frente a nosotros, mirándonos. La mano de la Virgen
permanece en la mano de Jesús.
Jesús
Hijos míos,
quiero que en este mes de mayo honréis a vuestra Madre con muchas obras de
amor, de caridad, de misericordia y de perdón. Que las flores, a parte de las
naturales, sean las que salgan de vuestros corazones, que no le falte a mi
Madre todos los días de este mes, una flor espiritual y una flor natural.
Obsequiarla
con el rezo diario del santo rosario.
Tener
vuestros altarcitos bellos y hermosos en obsequio a vuestra Madre.
Al igual
que vuestro corazón y vuestras almas.
El hombre
es egoísta solo piensa en las curaciones de sus cuerpos y en tantos cuerpos
hemos hecho milagros pero al igual que a los ciegos que devolví la vista sólo
uno se volvió a darme las gracias y me reconoció como su Señor , a estas almas
les pasa lo mismo, se olvidan de Mí y no quieren nada y siguen viviendo en su
libre albedrío y llegan a dudar de esas curaciones han venido de Mí.
Y ahora,
hijas mías e hijos míos, seguir con la oración del santo rosario y al final
oiréis este gran regalo y joya que os traigo y todos los rosarios serán tocados
por la Santísima Trinidad, y por mi Madre Inmaculada y por mi Sagrado Corazón.
Ahora
seguir, hijos míos.
Nuestra Madre
Hijas mías,
vuestro Padre Celestial, vuestra Madre Inmaculada, vuestro Jesús, los ángeles y
santos del cielo hemos bajado, en esta tarde, haciendo de este salón un pequeño
cielo para vosotras y para habitar nosotros en él.
Hijas mías,
la misericordia de mi Divino Hijo llega a su fin.
Padre Celestial
Los hombres
han incumplido los mandamientos; los hombres viven a su libre albedrio; los
hombres se han olvidado de Mi y no me quieren y Yo voy a herir la tierra y a
todo ser viviente que habita en ella, a los impíos. Todo va a ser purificado y
renovado.
Orar para que de tiempo a que se cumpla el Año de Misericordia
que el Papa quiere poner en la tierra.
En el mundo hay cada vez mas pecado, más corrupción y todo
un Dios no puede consentir más tanta abominación.
Por ello, ya he mandado a los ángeles a prender fuego (la
purificación) en esta tierra castigando a los impíos, a los malvados, separando
la paja del trigo y en ello caerán algunas almas llenas de Mi y su sangre será
el sello para suavizar mi justicia, acortar la purificación, suavizar eventos
junto con las oraciones de los justos, sus sacrificios, la penitencia y los
ayunos, todo unido al Inmaculado Corazón de mi Hija y al Sagrado Corazón.
Mi mano esta cayendo, el cáliz se está derramando y la
justicia viene porque el hombre así lo ha querido y duele a todo un Dios Padre de
todas las criaturas tener que castigar a
sus hijos, pero de esta forma, en esta purificación se salvaran almas, no
todas. Pero algunas volverán sus ojos a Mi.
Prepararos, estar con las lámparas encendidas. No ser como
las vírgenes necias. Estar preparadas para recibir a vuestro Señor que viene en
las nubes portado por los ángeles, con la Reina y Soberana de cielos y tierra.
No queda nada para que todo lo profetizado se cumpla.
El hombre cada día es más perverso y contamina a las ingenuas
que se dejan llevar por esta sociedad corrupta, llena de pecado y abominación.
Sobre todo esta juventud perdida que no quiere abrir los
ojos que no quieren verme y me verán en el dolor. Algunas en ese dolor me
imploraran y Yo las cogeré, otras una mayoría caerán en el abismo del infierno
junto con todos los malvados y perversos que no han querido hacer caso a
nuestras llamadas. Se han reído de mi Hijo y de la Madre, mi Hija, y sus
palabras han caído en sacos rotos.
Pronto, después del aviso vendrán Enor y Elías y predicarán
por toda la tierra. Habrá conversiones pero no todas las que mi corazón de
Padre quisiera, y todo hombre mujer y niño los oirán y nadie podrá decir que no
desde los cuatro puntos cardinales. Todos estarán avisados como ya están avisados
por las apariciones de mi Hija y de mi Hijo.
Mira, hija mía.
Rosa
Veo ángeles en los cuatro puntos de la tierra, prenden fuego.
Los eventos de la naturaleza se están encrudeciendo cada vez
más. Grandes sequias y hambrunas vendrán. Grandes fríos.
Todo el universo, todo se esta deteriorando y preparando
para la gran purificación.
El sol está
dando sus últimas llamaradas antes de explotar, cuando la tierra dé el último
giro, en el quede sumergida en ella todo el mal y surjan los nuevos cielos y la
nueva tierra creada por el Padre y dada a sus hijos para hacer de ella un gran
paraíso que el Padre creo y el hombre por su maldad lo ha destruido.
En Dios
todo es amor, todo es gloria y bendición al Dios tres veces Santo: Padre, Hijo
y Espíritu Santo. Todos nos alegramos en el Señor, nos regocijamos en el Señor.
El Señor se
pasea por los valles, pueblos y poblados regocijándose en sus hijos. La
Santísima Virgen también.
Todo es
alegría y felicidad. Todo lo malo ha desaparecido de la tierra.
Los árboles
dan frutos nuevos, frutos nunca vistos: sabrosos y jugosos.
Los ríos,
los manantiales, las aguas son diferentes, son todas cristalinas, los mares
parecen balsas de agua. Se ven las profundidades, todo es claro y trasparente.
En los
cielos hay un brillo nuevo, un azul celeste como jamás se ha visto.
El sol
brilla, da su calor pero no hace daño. Las estrellas parecen que están abajo. Los
ángeles y los santos habitan con los hombres.
Hay una
escalera toda de piedra que llega hasta el cielo y por ella suben y bajan
todos. Todo es armonía, todo es comunión con Dios.
El Señor y
la Santísima Virgen se hacen uno con nosotros, ayudan a construir las casas, la
Santísima Virgen ayuda a las mujeres. El Señor y San José enseñan cómo tiene
que estar todo construido: las casas, por donde tiene que ir el agua, como
tienen que hacer los jardines y donde tienen que hacer los huertos.
Todo es
amor, todo es paz, todo es felicidad.
Gracias,
Padre, por enseñarme este trozo de paraíso.
Señor, ven
ya te necesitamos. Trasforma este mundo en un mundo nuevo lleno de Ti y de tu
amor.
Padre Celestial
En él no
habrá, por un tiempo grande e inmenso, ningún mal y enfermedad.
Los hombres
llegado el momento se adormilaran y Yo los cogeré en brazos y los llevaré Conmigo
a la eternidad.
Todo estará
en armonía porque todo será amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo.
Orar para
que llegue este mundo lleno de amor y de paz.
En él no se
dará matanza a ningún animal, porque el
animal morará con el hombre y no les tendréis ningún miedo.
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