MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
17 SEPTIEMBRE DE 2016
Jesús
Tu Jesús, el Hijo del Dios vivo, hoy día de la
exaltación de la Santa Cruz, mi corazón gime de dolor por el desprecio tan
grande que se tiene a la Santa Cruz y que los hombres llevados por Satanás
quieren hacerla borrar de la faz de la tierra.
En la santa Cruz me inmole por amor a cada hombre del
pasado del presente y del futuro.
En ella fui ensalzado al ser clavados mis manos y mis
pies por la salvación del mundo; en ella fue traspasado mi divino costado,
llegando hasta el centro de mi corazón, quedando abierto por la lanza y de la
cual brotó agua y sangre para vuestra purificación y grandes manantiales de
gracia en gotas de mi divino costado y de mi divino corazón para traeros a
todos a mi Sagrado Corazón, hijos míos.
Mi infinita misericordia brota de mi corazón herido y
traspasado por la lanza, de este corazón que desborda amor infinito por cada uno
de mis hijos; en la cruz di hasta mi última gota de mi sangre y los hombres
ingratos desprecian y quieren hacer desaparecer la cruz.
En la Santa Cruz también padecí vuestros dolores para
que vuestras cruces fuesen más ligeras y unidas a mí, Jesús crucificado.
Muchos hijos míos a la menor dificultad tiráis la
cruz que con tanto amor permite mi Padre y vuestro para vuestra salvación, la
de vuestros familiares y demás pecadores del mundo entero.
En ella morí para daros a todos la vida eterna y que
unos por ignorancia, otros por maldad y perversidad rechazáis esta vida para la
que habéis sido creados, hijos míos.
El mundo está en tinieblas y las tinieblas cada vez
son más espesas, día a día se agrava más.
El hombre en su locura ha perdido la razón por haber dejado
seducirse por Satanás y el mal para el hombre es el bien y el bien lo desprecia
y lo persigue.
Este mundo tal y como está, está llegando a su fin,
la naturaleza se revuelve contra el hombre perverso desencadenado grandes
catástrofes de toda clase, arrasando todo lo que pilla en huracanes, tornados,
tormentas torrenciales, muriendo en ellas madres, almas inocentes igual que
perversas.
Grandes sequias también se dan por otros lugares,
faltando la comida y el agua, y los gobernantes de los pueblos ricos ¿qué
hacéis por estas gentes?
Hermanos vuestros que tienen que salir de sus países
por encontrarse en la mayor de la pobreza, más os valiera el ayudar a estos países
y que en cada lugar del mundo se tuviera todo lo necesario para vivir. Pero
para ello tendréis que desprenderos de la mayor parte de las riquezas, y
vosotros hambrientos de riquezas y dinero no estás dispuestos ¡avaros de poder!
Todo lo que ha sido puesto en la tierra no ha sido
dado a unos pocos sino a todos.
Mi Padre y el vuestro ha puesto en la Tierra todo lo
necesario para que todos los hombres que la habitan pudieran subsistir y
vosotros, ladrones os habéis quedado con la parte de estos países empobrecidos
obligando con ello a muchos hermanos a salir de sus países, cuando esto no sería
necesario y los pueblos que más tienen dieran y enseñaran a los que no tienen y
no saben.
¡Ay, hijos míos! Los minutos están contados y todos
vais a saber lo que es pasar necesidad y hambre; los ricos al igual que los
pobres, por vuestra codicia, terquedad vergüenza, lujuria, crímenes,
profanaciones y sacrilegios a todo lo sagrado, a mi Santísima Madre y a vuestro
Jesús Sacramentado y a todo lo concerniente a la verdadera Iglesia Católica,
Apostólica y Romana.
A vuestras ansias de poder y orgullo a toda clase de
pecados tan graves y perversos que los ángeles y santos lloran y tiemblan de
tanto horror y terror como habéis sembrado la tierra.
Os habéis hecho marionetas de Satanás en sus manos,
él os ha dado de comer de su veneno, de todos los placeres, de toda corrupción,
de todo mal y perversidad, de toda indecencia, inmoralidad, de toda lujuria, de
toda clase de crímenes, de toda desvergüenza y desmoralidad, de toda clase de
pecado abominable, de toda avaricia, de todo poder etc. Y son convertidos en sus
aliados, odiando todo lo bueno que viene de Dios, acogiendo con regocijo todo
lo malo que viene de Satanás.
Mi Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de mi
Santísima Madre y vuestra sangran de dolor por vuestra terquedad, maldades y
soberbia; estáis ebrios de soberbia, habéis dicho no a Dios y habéis dado con
vuestras acciones el sí a Satanás y mi Padre celeste y el vuestro ha dicho
basta ya. Esta tierra va a ser purificada junto con todo lo que habita en ella,
el hombre ingrato y malvado será barrido y alejado de ella y echado al fuego
eterno.
¡Pero que purificación hijos míos estáis a punto de
pasar!
Todo aquel que tiene ya la tierra purificada y
transformada será por una gracia tan grande de Dios Padre a sus pequeños, a los
que le han sido fiel a pesar de todo.
El horror por el que tenéis que pasar mis pequeñas
lucecitas en medio de tanta tiniebla; mi Sagrado Corazón y el Inmaculado
Corazón de mi Santísima Madre y vuestra será vuestra protección y refugio.
Nada debéis temer hijos míos, fe, confianza, amor y
esperanza es lo que os pido.
Que por amor a todos mis pequeños éste mundo tal y
como esta de corrupto va a desaparecer, para dar lugar al reino de Nuestros
Sagrados e Inmaculados Corazones de Jesús y de María.
En la tierra nueva y en los cielos nuevos todo será
renovado, y todo será como debió ser desde el primer momento de la creación
antes de que existiera el pecado.
¡Ánimo, hijos míos e hijas mías, que el reino de
Jesús está a punto de darse en la tierra! y el tiempo de la purificación será
acortado por vuestros sufrimientos y oraciones, fe, humildad, confianza y
esperanza, por atención a vosotros hijos míos muy amados de nuestros corazones,
sed muy humildes y pequeños y no penséis que mis mensajes son duros.
A todos os estamos avisando de todo lo que muy pronto
va a acontecer pero no es por asustaros sino para que no os coja de sorpresa y estéis
preparados y podáis resistir hasta el fin hijos de mi Sagrado Corazón y del
Inmaculado Corazón de mi Santísima Madre y vuestra.
Y a todos os bendigo desde la cruz en la que fui
ensalzado y con todo lo traído a bendecir con bendiciones muy especiales para
todo lo que está por llegar hasta el reino de la Paz y podáis aguantar y
resistir hasta el fin.
De mi Santa cruz salen grandes rayos de luz que son
gracias que derramo sobre cada uno de los aquí presentes y sobre todo lo traído
a bendecir para ablandar los corazones más endurecidos contra toda insidia y
maldad de Satanás, para todos los enfermos, moribundos y desde mi Santa Cruz
derramo grandes protecciones sobre vosotros y todo lo traído a bendecir para
este día que está tan cerca, para que el anticristo no pueda confundiros ni
dañaros a ninguno hijos míos.
Ni uno solo de mis hijitos será tocado a no ser que
mi Padre lo tenga para que a través del martirio, dé gloria y alabanza a la
Santísima Trinidad, a los Corazones de Jesús y de María.
Fuerza, ánimo y coraje a los hermanos que han de
quedar aquí en la tierra hasta la entrada en el reino de la paz los nuevos
cielos y la tierra nueva.
Adiós hijitos míos de la cruz, en el nombre de Dios
Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo. Amén.
Nuestra Madre
Hija mía, en ésta noche en que se celebra la
festividad de Nuestra Señora de los Dolores, vengo a decir a todos mis hijos
del grupo, y a todo aquel al que le llegan nuestros mensajes que lo reciben con
amor y fe, mi rostro todo él está bañado de lágrimas, mis ojos enrojecidos de
tantas lágrimas por los hombres ingratos manejados por Satanás no dejan de
ofender a Dios, mi Corazón Inmaculado es una llaga de dolor, todo él atravesado
de gruesas espinas y punzantes espadas.
El hombre, la mayoría de ellos, ha olvidado a Dios y
por más veces que mi Divino Hijo fue a su encuentro para llevarlos a su Divino
Corazón, el hombre rechaza estos brazos abiertos llenos de amor que le tienden
mi Divino Hijo; la soberbia no les deja reconocer ni ver sus corazones, son
duros como piedras y mi Divino Hijo una y otra vez es crucificado por cada uno
de ellos.
Hijos míos, besad el suelo en reparación de tantos
ultrajes, desprecios y olvido, sacrilegios, blasfemias y toda clase de ofensas
como reciben nuestro corazones Sagrados e Inmaculados.
Todo llega a su fin, y mi corazón se encoje de tanto
dolor y sufrimiento como veo que el hombre por su perversidad va a tener que
sufrir.
El hombre ha despreciado nuestros mensajes, si el
hombre hubiera escuchado y puesto en práctica todo lo que la Santa Madre y mi
Divino Hijo ha venido diciendo, la purificación se hubiese producido, pero de
un modo distinto a como vais a ser purificados en un tiempo muy breve.
Ya no se puede evitar, todo irá en aumento, pero
todos aquellos que han escuchado nuestras palabras y las han puesto en práctica
a pesar de las enfermedades, problemas, sufrimientos, tentaciones etc. y luchan
por ser fieles a Dios y cumplir su santa voluntad con nuestra ayuda santa y la
divina gracia no temer sino alegraros porque se acerca vuestra liberación.
En estos momentos de tan grandes sufrimientos como
jamás los ha habido recibiréis las ayudas, gracias, auxilio y socorro de los
ángeles y santos, pero no sucumbir entre tantos sufrimientos y poder llegar
hasta el fin de la purificación, entrar en el reino de la paz, el reino de los
Corazones Sagrados e Inmaculados de Jesús y de María.
También os tengo que decir, que de todos mis
pequeños, un número de ellos será martirizado, pero no temer el martirio; el
martirio es una gran gracia que Dios concederá a una parte de los que han
seguido fieles a Dios, en El encontrarán la fuerza y la gracia como la
encontraron los primeros cristianos y apóstoles junto con mi santa presencia y
la de mi Divino Hijo.
No os abandonaremos en ningún momento, ni a ninguno
de mis pequeñuelos ya sean elegidos por el martirio o por el reino de la paz.
Todos aquellos hijos míos que deseéis entrar en el
reino de la paz pedirlo con fe y confianza y veréis los cielos nuevos y la
nueva tierra.
También os tengo que dar un aviso, Satanás odia tanto
el santo rosario que ha inducido a los que en su día fabricaron los rosarios de
plástico a meter en la santa cruz donde mi Divino Hijo está crucificado una
vara en la que se enrosca algo parecido a una serpiente, y aparece en toda la
cruz, arriba de la santa cabeza de mi Divino Hijo hacia debajo de los pies.
Estos rosarios los hay por millares y la mayoría
están bendecidos, en algunos lugares muchos han sido quemados y en otros
lugares los están retirando.
La bendición hijos míos dada a éstos por nuestros
sacerdotes, por mi Divino Hijo y por vuestra Santísima Madre las apariciones
anulan el mal que han querido implantar en ellos, pero también os aconsejo que
no compréis más.
Hay también rosarios de plástico que no llevan éste
símbolo de Satanás, mirarlos bien al comprarlos y no sólo miréis los rosarios
sino todo lo que compréis de artículos religiosos, Satanás quiere poner su
marca en todos, cuidado hijos míos.
Lo que quiero decir por ello
te digo a ti y a todos los que tengan esos rosarios que esto por estar bendito
los guardéis y utilicéis otros, pero para otros, hijos míos, que no tienen nada
más que éstos, mientras se hacen con otros no tienen más remedio que
utilizarlos y la bendición anula todo el mal, y mi Divino Hijo en la cruz
venció a la serpiente Satanás.
Piensa en ello, hija mía, que es la gran verdad, no
lo que han querido ellos dar a entender con éste símbolo, y es que mi Divino
Hijo fue vencido por Satanás que lo llevó a la cruz, eso es lo que quieren dar
a entender poniendo el símbolo en forma de serpiente en el rosario, hija mía.
Y todos los reunidos en esta tarde os bendigo junto
con todo lo traído a bendecir contra toda estratagema y mal de Satanás y sus
secuaces, y grandes gracias y protecciones os pongo en todos los rosarios.
En el nombre de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios
Espíritu Santo y de mi Inmaculado Corazón que muy pronto será su triunfo, hijos
míos.
Adiós, esta Madre Dolorosa se despide en esta tarde
de todos vosotros dejando todo lo traído a bendecir regado con mis lágrimas,
las lágrimas de vuestra madre, don y gracia de un incalculable valor.
Y a todos mis hijos que lean estos mensajes de
nuestros Sagrados Corazones con amor y fe, nuestros Corazones os bendicen cada
que leéis algún mensaje, hijitos míos.
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