MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
8 OCTUBRE DE 2016
Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Dolorosa se ha hecho
presente en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e
Inmaculados Corazones.
Arrodillaos y pedir perdón de vuestros pecados y de
los pecados del mundo entero, hijos míos.
Decir conmigo: Yo confieso ante Dios……..
Hijos míos, hemos empezado hace unos días, el mes de
octubre, el mes del santo rosario.
Os vuelvo a repetir no dejar de rezar el santo
rosario diariamente y propagarlo.
El santo rosario es una de las armas que combaten el
mal, que pone paz en las familias, atrae a los pecadores a mi Inmaculado
Corazón, da la salud a muchos enfermos, alivia a las almas del purgatorio,
reduce sus penas y salen prontamente de él.
El santo rosario evita castigos y los suaviza que el
hombre por su perversidad se merece.
El Padre gime de dolor al ver una multitud de almas
caminando por el precipicio. Y estas almas no quieren volver sus ojos a su
creador.
Crucifican una vez y otra y otra a mi Divino Hijo y
clavan gruesas espinas en mi Inmaculado Corazón.
Mi Corazón sangra y se desgarra de dolor por la
pérdida de tantos hijos ingratos y malvados que prefieren la condena a
reconocer a su Dios y creador, a pedir perdón y a ser estrechado entre sus
brazos.
¿Cómo el hombre puede decir que mi Hijo ya no sufre?
Mi Hijo sufre y sigue sufriendo y pasando la Pasión porque es cruelmente flagelado,
escupido, negado, coronado de espinas, burlado y crucificado por la ingratitud
y la maldad de los hombres.
Ha llegado a tal grado la depravación en la tierra
que Sodoma y Gomorra con todos sus pecados y maldades tenían menos culpa que
los hombres de este tiempo.
El hombre está empezando a beber el cáliz de la
amargura, del dolor y del sufrimiento que el Padre ya está vertiendo en la
tierra.
Pero aun así, en vez del corazón del hombre se
endurece más y es más perverso. Por eso, todo lo profetizado se ha de cumplir y
ya se está cumpliendo cada vez más la purificación será más grande, ni el
hombre oyó, ni el ojo vio, ni oído oyó. En todo el tiempo desde la creación lo
que al hombre se le avecina.
Los ángeles lloran y se tapan los ojos con las alas
para no ver tanto dolor y sufrimiento provocado por el hombre que se va a
revertir contra él.
Estáis al final de los tiempos. Poco queda. Apenas
nada. Mi Hijo viene al son de trompetas, pero viene despacio porque no puede
pisar esta tierra llena de sangre, de crímenes, de maldades de toda clase de
pecado y de vicios, de tanta inmoralidad e impureza.
Prepararos con paz, amor, confianza y fe y humildad,
mucha humildad al primer evento que está en puertas: el Aviso.
Los que nos sois fieles a nada debéis temer. El
corazón de mi Divino Hijo y el mío son vuestros refugios, mis pequeños y
grandes apóstoles de estos últimos tiempos.
Orar, orar para que el Aviso de frutos y el hombre no
se endurezca más.
Y pierda la fe. Solo la intervención de mi Divino Hijo
y algunos profetas hará que esto no suceda.
Por ello, mi Divino Hijo ya está viniendo porque si
tarda más no encontrará fe en la tierra.
Quiero que respetéis el domingo, que hagáis solamente
lo indispensable en casa. El domingo el Padre lo creo para el descanso del
hombre y para darle adoración.
Y eso también se ha perdido aún entre vosotros, hijos
míos.
Hacer solamente lo imprescindible y dedicarlo todo el
día al Padre, al Hijo y al Paráclito. Ofrecérselo que tiempo tenéis durante la
semana de hacer las cosas de vuestras casas.
¡Ay, hijas mías, que andáis agobiadas por tantas
cosas innecesarias y os olvidáis de lo principal que es dar gloria a Dios tres
veces santo: Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Dedicarlo a Él, dedicarlo a la Santísima Trinidad y
no andar de un sitio para otro haciendo las labores de vuestros hogares.
El poder del Padre, del Hijo y del Paráclito
desciende sobre vosotras
El poder del Dios Padre, del Dios Hijo y del
Paráclito desciende sobre vosotros
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