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lunes, 12 de agosto de 2019

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


17 MAYO DE 2019



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Inmaculada se ha hecho presente en medio de vosotros bajo la advocación de la Divina Pastora. Pastora y reina de vuestras almas, al igual que el pastor y la pastora está siempre pendiente de sus ovejas para que no se le pierda ninguna, Así estoy Yo, hijas mías, con el rebaño.
A cada ovejita la llamo por su nombre y cuando veo que alguna se queda atrás, vuestra Madre, va a por ella para que no se pierda y vaya unida a las demás.
Al igual, hijas mías, que si alguna está enferma y no puede caminar la cojo en mis brazos, la llevo en ellos y se la paso a los brazos de mi Hijo, Jesús, para que cure sus heridas, Y no abandonamos a ninguna.
Pero para ello, necesitamos también, la voluntad de las almas.
¡Ay, cuántas ovejitas se nos quedan al pie de los precipicios! Porque no quieren volver al rebaño y nuestro corazones sufren y se desgarran. Pero una vez más, os digo, el Padre creador de todo y Padre de toda la humanidad, dio al hombre algo muy grande y precioso, de gran valor, que es la libertad de decidir y ante esta libertad no se puede hacer nada.
Pero cuando vemos algunas indecisas, vuestra Madre, con mucho calor y amor, las atraigo a mi corazón, las acaricio, las beso, inflamo sus corazones de amor y el Espíritu santo da en ellas el arrepentimiento y pidiendo perdón, vienen saltando y gozando a vuestra Madre, llena de alegría, hasta llegar al rebaño.
Soy la Madre del Buen Pastor, por lo tanto, si el Hijo es el buen pastor, la madre es la pastora, pastora que cuida de vuestras almas y la alegría de vuestra Madre es tener a todas sus ovejitas alrededor mía, como la imagen, hijos míos e hijas mías. 
Que no abandona a ninguna, que cuida de todas, que a las heridas las lleva en su regazo y a las que se pierden, las vuelve al rebaño.
Contra las que no quieren volver, imploro a mi divino Hijo y pedimos la oración de los hermanos para la conversión de los pobre pecadores, hijos míos.

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