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lunes, 8 de junio de 2015

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


17 DE MARZO DE 2015





Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre dolorosa junto con Jesús y el vuestro crucificado, os damos las gracias por acudir a nuestras llamadas.
Que vuestro Jesús y vuestra Madre os estamos esperando con los brazos abiertos para recibir el consuelo y el amor que nos es negado en tantas almas. Nuestros corazones están traspasados de grandes dolores como jamás aquí en la tierra os podréis imaginar. Todo dolor que padecéis en la tierra es un suspiro, comparado con los dolores de vuestra Madre y vuestro Jesús. Tomaros nuestras llamadas en serio.
Venid llenos de amor, de fe y confianza a reparar nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones dolorosos traspasados el de vuestra Madre con afiladas espadas y gruesas espinas.
Venid y reparemos ante la majestad de todo un Dios, por la ingratitud de tantos hijos que se apartar de Él o se han apartado como si fuera un leproso.
Venid y reparar tanto sacrilegio como se comete, hijos míos, en la sagrada Hostia donde está mi Hijo presente.
Venid y pedir por vuestras familias, los más allegados se salvarán si pedís frecuentemente por ellos, con fe, con amor y confianza y poniendo vosotros y vosotras en práctica todo lo que os vamos diciendo.
Venid y pedir por la salvación de todas las almas, no me seáis egoístas y no os quedéis solamente en vuestros familiares. Porque toda alma es creada por el Padre y por lo tanto, hijo e hija mía  y del Padre.
Ofrecerlo todo: vuestras alegrías, vuestras tristezas, vuestra felicidad, vuestro dolor, vuestros problemas al Padre para reparar su corazón tan tristemente lastimado por al ingratitud de los hombres.
Cada día se acrecienta más, las tinieblas cubren la tierra, sólo las luces de mis almas fieles y de los grupos de oración son las que alumbran estas tinieblas junto con mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de mi Divino Hijo.
Rezar mucho por la Iglesia que va a tambalear y por el Papa. Rezar mucho por las almas consagradas, las que han apostatado para que vuelvan a Dios y por las almas fieles consagradas para que nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones les den la fuerza necesaria para que sigan hasta el fin sin tener miedo, hijos mío e hijas mías.
Con todo el dolor de mi Inmaculado Corazón os tengo que decir que los pecadores empedernidos que mueren, sus corazones están tan duros que la luz y la gracia que porta mi Divino Hijo no traspasa esos corazones y van ellos solitos al infierno.
Orar, orar por los agonizantes para que reciban la gracia antes de irse porque es muy difícil que un pecador que haya toda su vida en pecado y renegando de Dios se salve al final.
Hijos míos, pedir mucho, mucho por la conversión de los pecadores, especialmente de los más empedernidos y por los agonizantes, que del purgatorio se sale pero del infierno no.
Pedir, pedir, hijos míos, no cansaros de pedir y orar. Estos años pueden ser decisivos. En ellos, si el Padre no da un tiempo más se cumplirá el aviso, el milagro y el castigo si el hombre no cambia, hijos míos.

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