MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
21 DE MARZO DE 2015
Nuestra Madre
Vuestra Madre dolorosa junto con
vuestro Jesús maniatado nos hemos hecho presentes en este cenáculo y dirigido
por nuestros Sagrado e Inmaculados Corazones.
Quiero que os revistáis de aquí a
la semana de Pasión del dolor de vuestros pecados, para que seáis santificados
el Viernes Santo a las tres de la tarde, acompañarme en el camino del calvario,
acompañarme a los pies de la cruz, acompañarme en el descendimiento,
acompañarme en el sepulcro cuando di sepultura a mi Hijo, acompañarme en la soledad
del tiempo que estuvo ausente mi Hijo hasta la resurrección, quiero que os
vistáis de oscuro, de negro hasta pasado el viernes santo y el sábado y llegar
a la resurrección. Os recordará lo que vuestra madre os pide en esta tarde, que
os revisteis del dolor vuestros pecados y me acompañéis en el dolor de vuestra
Madre Dolorosa.
Dejar hacer a mi Hijo, no queráis hacer siempre
vuestra voluntad, dejad que haga El la suya en vosotros, desatadle las manos
dejándole a su merced para que pueda hablar en vosotros como El quiere, no como
vosotros queréis.
Consolar a vuestro Jesús con los
ángeles, con su Madre Dolorosa, dándole todo vuestro amor y todo el consuelo
que le es negado en tantas almas y que tanto sufrimiento le causan llevándole
una y otra vez y otra vez a la cruz, sed vosotras y vosotros los consoladores y
consoladores de vuestro Jesús y de vuestra Madre Dolorosa.
Amad mucho al crucifijo, besad
mucho al crucifijo, siempre en reparación de vuestro pecados, los de vuestros
familiares y los del mundo entero.
Pedir ante el crucifijo, que sin
cruz no hay salvación; y el hombre aún en mi Iglesia está olvidando la cruz y
solamente ven al resucitado.
Ser almas reparadoras de la
Pasión de mi Divino Hijo, porque siempre está penando y sufriendo por los
pecadores; ser almas reparadores del corazón doloroso de vuestra Madre, que
siempre está atravesado de gruesas espinas y espadas, por los hombres ingratos
que desprecian y olvidan a Dios.
Almas con coraje, almas valientes
al pie de la cruz, tenéis que ser, no pusilánimes, almas con las que mi Divino Hijo
pueda contar y vuestra Madre Dolorosa, almas reparadoras de la cruz, del
crucificado y de vuestra Madre Dolorosa.
Cuando os hablen solamente de la
resurrección, vosotros y vosotras diréis con amor si Jesús no hubiera muerto
crucificado en la cruz, no hubiera habido resurrección; no se olviden de la
cruz, sin cruz, no hay resurrección.
Amad la cruz, apoyaros en la cruz
que ahí está mi Divino Hijo tendido, abrazad la cruz para ir subiendo a ella
poco a poco.
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