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lunes, 8 de junio de 2015

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


14 DE MARZO DE 2015



Jesús
Y el amor inunde vuestros corazones e inunden también vuestros hogares con mi presencia y la presencia de mi Madre, con las de los ángeles y la de los santos que habitamos las casas de los justos.
Que verdad has dicho, hija mía, mi Padre y el vuestro, se desgarra de dolor al ver tanta impiedad, tanto desamor, tanto olvido a su Padre y creador, tanta depravación, tanta lujuria, tanto egoísmo, tanta impiedad, tanta alma que Él ha creador con amor y le desprecian.
No le reconoce como su creador y quiere quitarle de su puesto para ponerse él.
Todas estas almas laceran tanto su corazón. Al igual, cuando estas almas, algunas se arrepienten y viene a Él, al igual que al hijo pródigo, sale mi Padre al camino y los abrasa en sus brazos de amor y los reconcilia con Él pero son tan pocos que la justa cólera del Padre se está derramando.
Pero el hombre sigue su camino de pecado a pesar de tantas llamadas personales que le hacemos, colectivas, en grupos y en apariciones. El se mofa, se ríe de nosotros, se burlan y una vez más, flagelan e hieren, cargan con la cruz, crucifican al Hijo de Dios, que soy Yo el que habla.
¡Ay!, cuando estén estas almas, sino se han arrepentido en vida, ante Mí, les diré: Ir malditos de mi Padre al fuego eterno. Todo lo he hecho ya, nada me queda por hacer. Pero sigo llamando como un mendigo a los corazones y saliendo a los caminos y no encuentro consuelo sino desprecio y burla.
Reparar el corazón de mi Padre y el mío, y el de mi Madre, con vuestras obras, ejemplo, oración, que seáis el hombro que podamos reclinar nuestra cabeza.
¡Cuántas veces os he pedido lo que os he pedido ahora! Piedad, amor, caridad y misericordia. Pedir mucho por la conversión de los pecadores.
La copa se está derramando, falta poco para que todo concluya, pero ese poco es de grandes sufrimientos, calamidades, enfermedades, plagas.
La naturaleza se rebela contra el hombre por su iniquidad y el daño provocado cada vez será más doloroso y al ser más doloroso, habrá más sufrimiento.
Todo caerá como una torre de naipes y todo quedará destruido.
Los gobiernos de la tierra están preparando un nuevo orden mundial, sin Dios, regido por el ateísmo, por el rey de la mentira y de la iniquidad.
La bolsa se desplomará y el dinero todo será destruido. Todo ello es ocasionado por el pecado, por no querer retornar a Dios y hacer la purificación más suave y más corta.
Si el hombre retornará a Mí y al Padre más de la mitad de los sufrimientos serían evitados.
Pronto, muy pronto se dará el primer aviso a la humanidad. El que os veréis ante Mí, tal y como sois cada uno y cada una.
El tiempo se parará y el juicio particular de cada uno empezará.
Orar para que el corazón del hombre se ablande en esos momentos, pida perdón a su Dios creador, salvador y redentor, se arrepienta y vuelva a Dios.
Después seguirá el gran milagro que se verá desde todos los lugares de apariciones, donde a hecho presencia mi Madre y la vuestra, para atraer a más almas a nuestros corazones.
Después, si el hombre sigue empecinado en el pecado vendrá lo peor que terminará con los tres días de tinieblas.
Despertar  y no dormiros, pronto va a suceder esto. Antes de lo que vosotros os imagináis.
Preparaos para estos eventos con humildad, con fe, con confianza, esperanza y amor y caridad para recibir a vuestro Jesús que viene rodeado de ángeles con mi Madre y vuestra, en los cielos.
Pronto mi Segunda Venida se dará y el mundo, tal y como, lo conocéis desaparecerá, para dar lugar a la creación que mi Padre hizo en su momento y el hombre por el pecado la destrozó.
No ser egoístas ni usureros, dar en la medida que podáis al que lo necesite, que ello es prenda de salvación eterna.
Cuando vengáis ante Mí, vendréis desnudos porque todo os sobrará. ¿De qué os sirve atesorar en la tierra si perdéis la eternidad en Dios y os ganáis el infierno?
Os vuelvo a repetir, sólo seréis examinados ante Mí, del amor y a Mí no se me puede engañar. Y en la medida que habéis dado, recibiréis.
Acumular los tesoros en el cielo y no en la tierra que no valen para nada.
Hijos míos e hijas mías, ser todos y todas unos en Mí, como Yo quiero serlo en cada uno de vosotros.
Regiros por el Evangelio, por las enseñanzas que os estoy dando en el grupo y no por vuestros criterios.

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