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martes, 1 de diciembre de 2015

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


3 DE OCTUBRE DE 2015



Jesús
Vuestro Jesús y vuestra Madre Inmaculada junto con todos vuestro ángeles de la guarda nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Hijas mías, hoy vuestro Jesús os vuelve una vez más a repetir que viváis sencillamente con lo que tenéis.
Tenéis que enseñarles, aunque un poco tarde a los hijos, a saber vivir con lo que tienen. Si tiene cuatro, tienen que vivir con esos cuatro y no se metan en cinco ni en seis.
Que el dolor y el sufrimiento cuando llega el mes para pagar es inmenso en algunas.
Mirar que os lo digo por vuestro bien, mirar que se puede vivir con menos.
Hijas mías, porque llegará el momento en que no tendréis para pagar ni siquiera los préstamos. Las pagas y los jornales irán bajando y ¿qué harán de lo que tenéis si no ponéis remedios? Y os veréis en la calle.
No digo que no le deis al hijo el pan, si lo necesita, darle de comer pero no seguir malcriándolos dando todo lo que os piden.
Mirar que llegará el día y el momento en que estás mis palabras resonarán fuertemente en vuestro corazón por no hacer caso a vuestro Jesús.
No os digo, una vez os repito, que no les deis de comer si lo necesitan pero de ahí a darlos más porque quieren vivir y viven más allá de sus posibilidades no.
Porque llegará un día en que vosotras no estéis y ¿qué serán de esos hijos e hijas?
No tengáis miedo, madres, a decir no.
No tengáis miedo, madres, a reprender a vuestros hijos aunque ya sean mayores.
Y a decirles la verdad, que por miedo y por no hablar, mirar como estáis algunas. Os lo digo con inmenso amor, la mayoría de las cosas que tienen les sobran, al igual que a muchas de vosotras.
Aprender a vivir modestamente. Si, hijas, a vivir modestamente, que mi Madre y mi padre putativo, José y Yo, vuestro Jesús, así vivimos y no nos faltó lo necesario, que aún con lo poco que mi padre le daban con algún trabajo de carpintería tenían mi Madre y José para dar a los más pobres. Y vosotras, si no tenéis es porque dais más importancia a las cosas materiales que compráis y no necesitáis. Que cuando llegue el tiempo de tanta carencia como va a venir que mal lo vais a pasar.
Desprenderos de todo lo que no sea necesario y vivir modestamente aún de casas si tenéis y no necesitáis.
Que vivís agobiados porque queréis.
Y ahora, hija mía, mira.

Rosa
Veo a Jesús todo de blanco, bellísimo, sentado en un trono lleno de luz. Al igual que a la Santísima Virgen a su lado, vestida de azul cielo, coronada al igual que el Señor.
Oigo los cánticos que oí el lunes de madrugada. Veo millares de ángeles en círculo, alrededor de la Virgen y del Señor cantando. Otros tocando música muy suave, con arpas. ¡Ay, que bien! Es como si fuera un palacio todo de cristal.
Los ángeles van vestidos todos de blanco, todos cantan y dan gloria a Dios.
Es un corro muy grande que se va multiplicando en corros, es inmenso. Veo los primeros del primer corro. Veo a Enmanuriel, está arrodillado entre el Señor y la Santísima Virgen, con las manos juntas. Al igual que veo a un lado y al otro de Enmanuriel todos los ángeles igual que él, con las manos juntas adorando y cantando gloria al Señor y a su Santa Madre. Otra vez veo los ángeles, primero se levanta Enmanuriel enfrente del Señor, se arrodilla, deja un pergamino en el suelo a sus pies.
Van desfilando los de la parte derecha. Al igual que este ángel van haciendo todos los demás. Pero no todos, solamente unos cuantos de la parte izquierda también, hacen lo mismo y vuelven aponer esos pergaminos a los pies.
Os lo voy a explicar: entre el trono del Señor y la Santísima Virgen hay un par de escaleras como de mármol, pues entre los dos tronos, ahí están depositando los pergaminos, de los cuales salen mucha luz.

Jesús
¿Sabes que son esos pergaminos, hijita mía?

Rosa
No

Jesús
Son todas las peticiones e intenciones que cada una de vosotras habéis presentado a vuestro ángel de la guarda durante todo este año. Los ángeles que has visto aparte del tuyo son los ángeles de la guarda que cada miembro del grupo.

Rosa
Pero son muchos

Nuestra Madre
Si, hija mía, otro ángel  que os dio el Padre. También está el ángel de Luz que va con vuestro ángel de la guarda juntos.
Está el ángel que os di para custodiar vuestros hogares y los ángeles que se os dio para custodiar a mi Divino Hijo en vuestro pecho, en vuestro corazón. Todos ellos han salido.
Si, hija mía, los dos son de luz. El ángel de la guarda y el ángel que os dio el Padre, uno va a vuestra derecha y el otro a la izquierda. El que os dio el Padre lleva un farol, este farol se llena de la luz del Padre y os alumbra el camino.

Rosa
¿Y el ángel de la guarda?

Jesús
El ángel de la guarda os mima, os protege, os salva de mil peligros. Os bendice cuando os levantáis y os vais a dormir. Os libra de Satanás y sus secuaces y vuestros enemigos y en la hora de la muerte vela por vosotras y vosotros, los que no están en el grupo porque no han podido estar y aparta al enemigo de vuestro lado y todas vuestras peticiones e intenciones, todo lo que le pedís a vuestro ángel de la guarda, todo me es presentado por él. Él no os deja ni un instante, ni de día ni de noche, a pesar del dolor que le causáis cuando faltáis, llora como un niño.
Aprender a pedirle perdón y sobre todo con los olvidos que tenéis con vuestro ángel de la guarda.
Quiero que el ángel de la guarda lo tengáis en vuestros hogares en un sitio muy muy visible, donde lo veáis frecuentemente para que así de esta forma os acordéis más de él.
Y estos ángeles, el Padre los ha tocado con su dedo y los ha llenado de luz para que alumbre vuestros hogares, vuestras almas y no caminéis en tinieblas de muerte.
Estos ángeles llevan una bendición, protección y gracia muy, muy especial para cada una de vosotras, es individual.

Enmanuriel
Si, hermanas mías, cada ángel aparte de la gracia, la protección, la ayuda, el auxilio, el socorro y el cuidado que cada ángel de la guarda de cada una de vosotras os ha puesto, ahora os ponemos una gracia muy, muy especial, una bendición muy, muy especial y una protección muy, muy especial para cada una. Al igual que los ángeles que han dejado de las que no han podido estar aquí presentes.
Soy Enmanuriel,  el que os está hablando.

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