MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
16 MAYO DE 2017
Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús agonizante, vuestra Madre y
mía Inmaculada al pie de la cruz nos hemos hecho presentes en esta tarde, en
este cenáculo creado con inmenso amor por nuestros corazones y dirigido por mi
corazón y por el de mi Madre y vuestra, hijos míos.
Las armas que tenéis que tener para este tiempo final
que estáis viviendo hasta la venida de mi Aviso que se de en toda la faz de la
tierra, las tenéis: la santa misa, el sagrario, la penitencia, el santo rosario
de la sangre que fue dado, el rosario de los Siete Dolores, las Llagas y el rosario de la Preciosa Sangre de
mi Madre y la vuestra, hijos míos. Y la oración de la Sangre que se os dio para
estos tiempos para cuando vayáis a dormir, la citéis antes con todo el corazón
y después, cuando no encontréis pastores por los cuales Yo pueda perdonar los
pecados, a través de la oración de la Sangre, entonces todos vuestros pecados
os serán perdonados. No necesitáis ya más. Estáis en la recta final.
El tiempo se está acabando, mi misericordia por la
Corredentora que es mi Madre, se dará en el Aviso y a todos los que caigan
arrepentidos ante Mí, serán perdonados sus pecados y a los que no, condenados.
Seguidamente, daré otra oportunidad a estas almas
rebeldes e infieles, que será el Milagro, si persisten, en su terquedad, en su
ceguera, difícil será que se salven, hijos míos.
Todo está en puertas. Los tiempos graves se
precipitan.
La naturaleza se está preparando para mi segunda
venida y el giro de la tierra se va dando poco a poco, hasta girar
completamente. Si el hombre no se arrepiente en los tres días de tinieblas. Y
la paja será retirada del trigo y en ese giro de la tierra quedarán sumergidos.
Con todo el dolor que siente mi Sagrado Corazón,
porque Yo quiero a todos mis hijos, a todos los he creado para estar junto a
Mí, a la Santísima Trinidad, hijos míos.
Pero una gran mayoría viven a su libre albedrío y no
quieren saber nada del nombre de Dios. Otros creen que hagan lo que hagan se
van a salvar y están llenos de podredumbre, son sepulcros negros, corrompidos
todos por dentro.
Otros juegan a ser Dios, creando y dando vida donde
Dios, mi Padre y el vuestro, vuestro Jesús, el que os habla, y el Paráclito no la
hemos dado.
Matando a los inocentes y otros por quitar unas
monedas, quitan la vida al hermano.
Otros los dejan medio muertos. ¡Hay tanto mal, hijos
míos, y tanto pecado en esta tierra, que fue creada con inmenso amor!
El hombre se ha degradado y es peor que los animales.
Al hombre se le dio la libertad para elegir el bien o
el mal y esa libertad es intocable, aún por el Padre.
El hombre es el que elige la perdición de su alma o
su salvación.
Es verdad que soy misericordioso, y mucho. Por eso, en
mi infinito amor y misericordia cree el purgatorio para que las almas después
de lavar sus vestiduras pudieran volar a mis brazos. Si no hubiera sido así,
ningún hombre de la tierra hubiera podido ver mi rostro, ni siquiera después de
muerto.
¡Ay, hijos míos, os voy a poner un ejemplo a vosotras
que sois madres y sabéis que vuestros hijos han cometido y cometen torpezas,
errores y gordos y graves! y ¿vosotros no aconsejáis a vuestros hijos?, ¿no les
decís que el camino que llevan está mal? Algunas veces hacen caso y otras no y
se estrellan en ese camino equivocado que están llevando, pero siguen adelante
aún con el dolor de la madre.
Pues aún con el dolor de vuestro Dios que a todas las
almas mi Padre os ha creado con infinito amor, a todas las ha tenido y las
sigue teniendo cuando las crea en sus manos.
¡Qué dolor tan inmenso al ver a esos hijos rebeldes,
volverse y decirle que no le conocen y se van por el camino de la perdición al
infierno!
Ante eso, hijos míos, no podemos hacer nada.
Demasiada misericordia se está empleando ya, que mi
Padre y el vuestro, no ha bajado ya totalmente el brazo y no ha borrado de la
faz de la tierra todo lo malvado.
Y, ¿sabéis por qué? No lo sabéis, hijos míos, por
causar menos sufrimientos a las almas que nos son fieles, a esos hijos que
viven intentando hacer nuestra voluntad.
Por ello, mi Padre y el vuestro todavía no ha
terminado de bajar su brazo.
Llaman a mi Madre, la mensajera, hasta incluso la
cartera, los míos, mis almas consagradas.
Pues sí.
Mi Madre viene a avisar a la humanidad del peligro
grande que está corriendo de perderse para llamarlos a todos de su Inmaculado
Corazón, para salvarlos, hijos míos, y se ríen y se mofan de ella.
Los católicos protestantes, los modernistas e
impenitentes, los que están mezclando todas las religiones y nada más que hay
una verdadera; la fundada por vuestro Jesús, el hijo del Dios vivo.
La Iglesia católica que fundé antes de irme y mi
Madre y vuestra ayudó a los apóstoles a quedar fundamentada en la tierra con
cimientos que jamás el infierno la podrá destruir, hijos míos.
Almas, piedras vivas son las que sostienen las
piedras muertas de mi Iglesia que un día serán retiradas y las piedras vivas
serán coronadas por la Santísima Trinidad, por la fidelidad a vuestro Jesús que
os está dando este mensaje, al Padre y al Paráclito.
En verdad os digo, que la puerta es así, estrecha,
las del infierno son anchas.
Por esta puerta se entran por mis llagas, por el
Evangelio, los mandamientos y todas las enseñanzas que os estamos dando aquí y
en otros lugares.
La cartera como le dicen algunos.
Todo el que no camina en mis huellas ensangrentadas
se encontrará con esta puerta.
Y en verdad os digo que es tan grande la soberbia de
las almas que pasan por esta puerta que van a ella maldiciéndome y se regocijan
y se van alegres a los abismos.
¡Ay de los pastores, pequeños y grandes, que están
dando pie a tanta confusión en la iglesia! Y una gran mayoría de los fieles
prefieren a estos pastores modernistas con ideas según ellos, renovadas, en el
que todo vale y nadie se condena. Porque el que tiene fe o cree en Mí ya está
salvado, no hace falta nada más, hijos míos.
Entonces, ¿porque os pido yo a vosotros tanto
sacrificio, para vosotros, vuestros familiares y para salvar el mundo?
¡Ay, estas almas! Bien van a pagar sus culpas, pero
estos pastores pagarán la culpa de estas almas una gran parte de ellas y la
suya por no haber sido fieles pastores, fieles apóstoles de Cristo.
Y en el rechinar de dientes será para ellos, hijos
míos.
No saliros de la tradición, de la tradición que fue
enseñada por vuestros padres, abuelos, bisabuelos, etc, hijos míos. Como
salgáis de ella estáis perdidos.
Que nadie os confunda. Si en la Iglesia se mofa de mi
Madre, si en la Iglesia se mofan de mis santos, ¿de que os sorprende las
profanaciones y demás?
Si ellos mismos están dando pie a ellos, hijos míos.
Orar mucho por las almas consagradas.
Orar por las almas consagradas buenas para que no
sean confundidas.
Y ser todos piedras vivas de mi Iglesia que es la
vuestra.
Os bendigo.
A nada debéis temer si camináis como os he dicho, sin
saliros de la tradición y todo lo demás, hijos míos.
¡Que no os confundan, que algunos, estáis
confundidos!
Dejaros llevar la tradición, no salgáis de ella y
creer que mi Madre es la Corredentora.
Yo soy el Redentor, mi Madre la Corredentora ahora y
por siempre.
Os bendigo, hijos míos, por el poder de Dios Padre,
en su amor y su misericordia.
En el poder, en el amor y la misericordia de Dios
Hijo, que es el que os está bendiciendo.
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