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viernes, 30 de junio de 2017

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

16 MAYO DE 2017



Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús agonizante, vuestra Madre y mía Inmaculada al pie de la cruz nos hemos hecho presentes en esta tarde, en este cenáculo creado con inmenso amor por nuestros corazones y dirigido por mi corazón y por el de mi Madre y vuestra, hijos míos.
Las armas que tenéis que tener para este tiempo final que estáis viviendo hasta la venida de mi Aviso que se de en toda la faz de la tierra, las tenéis: la santa misa, el sagrario, la penitencia, el santo rosario de la sangre que fue dado, el rosario de los Siete Dolores, las Llagas y el rosario de la Preciosa Sangre de mi Madre y la vuestra, hijos míos. Y la oración de la Sangre que se os dio para estos tiempos para cuando vayáis a dormir, la citéis antes con todo el corazón y después, cuando no encontréis pastores por los cuales Yo pueda perdonar los pecados, a través de la oración de la Sangre, entonces todos vuestros pecados os serán perdonados. No necesitáis ya más. Estáis en la recta final.
El tiempo se está acabando, mi misericordia por la Corredentora que es mi Madre, se dará en el Aviso y a todos los que caigan arrepentidos ante Mí, serán perdonados sus pecados y a los que no, condenados.
Seguidamente, daré otra oportunidad a estas almas rebeldes e infieles, que será el Milagro, si persisten, en su terquedad, en su ceguera, difícil será que se salven, hijos míos.
Todo está en puertas. Los tiempos graves se precipitan.
La naturaleza se está preparando para mi segunda venida y el giro de la tierra se va dando poco a poco, hasta girar completamente. Si el hombre no se arrepiente en los tres días de tinieblas. Y la paja será retirada del trigo y en ese giro de la tierra quedarán sumergidos.
Con todo el dolor que siente mi Sagrado Corazón, porque Yo quiero a todos mis hijos, a todos los he creado para estar junto a Mí, a la Santísima Trinidad, hijos míos.
Pero una gran mayoría viven a su libre albedrío y no quieren saber nada del nombre de Dios. Otros creen que hagan lo que hagan se van a salvar y están llenos de podredumbre, son sepulcros negros, corrompidos todos por dentro.
Otros juegan a ser Dios, creando y dando vida donde Dios, mi Padre y el vuestro, vuestro Jesús, el que os habla, y el Paráclito no la hemos dado.
Matando a los inocentes y otros por quitar unas monedas, quitan la vida al hermano.
Otros los dejan medio muertos. ¡Hay tanto mal, hijos míos, y tanto pecado en esta tierra, que fue creada con inmenso amor!
El hombre se ha degradado y es peor que los animales.
Al hombre se le dio la libertad para elegir el bien o el mal y esa libertad es intocable, aún por el Padre.
El hombre es el que elige la perdición de su alma o su salvación.
Es verdad que soy misericordioso, y mucho. Por eso, en mi infinito amor y misericordia cree el purgatorio para que las almas después de lavar sus vestiduras pudieran volar a mis brazos. Si no hubiera sido así, ningún hombre de la tierra hubiera podido ver mi rostro, ni siquiera después de muerto.
¡Ay, hijos míos, os voy a poner un ejemplo a vosotras que sois madres y sabéis que vuestros hijos han cometido y cometen torpezas, errores y gordos y graves! y ¿vosotros no aconsejáis a vuestros hijos?, ¿no les decís que el camino que llevan está mal? Algunas veces hacen caso y otras no y se estrellan en ese camino equivocado que están llevando, pero siguen adelante aún con el dolor de la madre.
Pues aún con el dolor de vuestro Dios que a todas las almas mi Padre os ha creado con infinito amor, a todas las ha tenido y las sigue teniendo cuando las crea en sus manos.
¡Qué dolor tan inmenso al ver a esos hijos rebeldes, volverse y decirle que no le conocen y se van por el camino de la perdición al infierno!
Ante eso, hijos míos, no podemos hacer nada.
Demasiada misericordia se está empleando ya, que mi Padre y el vuestro, no ha bajado ya totalmente el brazo y no ha borrado de la faz de la tierra todo lo malvado.
Y, ¿sabéis por qué? No lo sabéis, hijos míos, por causar menos sufrimientos a las almas que nos son fieles, a esos hijos que viven intentando hacer nuestra voluntad.
Por ello, mi Padre y el vuestro todavía no ha terminado de bajar su brazo.
Llaman a mi Madre, la mensajera, hasta incluso la cartera, los míos, mis almas consagradas.
Pues sí.
Mi Madre viene a avisar a la humanidad del peligro grande que está corriendo de perderse para llamarlos a todos de su Inmaculado Corazón, para salvarlos, hijos míos, y se ríen y se mofan de ella.
Los católicos protestantes, los modernistas e impenitentes, los que están mezclando todas las religiones y nada más que hay una verdadera; la fundada por vuestro Jesús, el hijo del Dios vivo.
La Iglesia católica que fundé antes de irme y mi Madre y vuestra ayudó a los apóstoles a quedar fundamentada en la tierra con cimientos que jamás el infierno la podrá destruir, hijos míos.
Almas, piedras vivas son las que sostienen las piedras muertas de mi Iglesia que un día serán retiradas y las piedras vivas serán coronadas por la Santísima Trinidad, por la fidelidad a vuestro Jesús que os está dando este mensaje, al Padre y al Paráclito.
En verdad os digo, que la puerta es así, estrecha, las del infierno son anchas.
Por esta puerta se entran por mis llagas, por el Evangelio, los mandamientos y todas las enseñanzas que os estamos dando aquí y en otros lugares.
La cartera como le dicen algunos.
Todo el que no camina en mis huellas ensangrentadas se encontrará con esta puerta.
Y en verdad os digo que es tan grande la soberbia de las almas que pasan por esta puerta que van a ella maldiciéndome y se regocijan y se van alegres a los abismos.
¡Ay de los pastores, pequeños y grandes, que están dando pie a tanta confusión en la iglesia! Y una gran mayoría de los fieles prefieren a estos pastores modernistas con ideas según ellos, renovadas, en el que todo vale y nadie se condena. Porque el que tiene fe o cree en Mí ya está salvado, no hace falta nada más, hijos míos.
Entonces, ¿porque os pido yo a vosotros tanto sacrificio, para vosotros, vuestros familiares y para salvar el mundo?
¡Ay, estas almas! Bien van a pagar sus culpas, pero estos pastores pagarán la culpa de estas almas una gran parte de ellas y la suya por no haber sido fieles pastores, fieles apóstoles de Cristo.
Y en el rechinar de dientes será para ellos, hijos míos.
No saliros de la tradición, de la tradición que fue enseñada por vuestros padres, abuelos, bisabuelos, etc, hijos míos. Como salgáis de ella estáis perdidos.
Que nadie os confunda. Si en la Iglesia se mofa de mi Madre, si en la Iglesia se mofan de mis santos, ¿de que os sorprende las profanaciones y demás?
Si ellos mismos están dando pie a ellos, hijos míos.
Orar mucho por las almas consagradas.
Orar por las almas consagradas buenas para que no sean confundidas.
Y ser todos piedras vivas de mi Iglesia que es la vuestra.
Os bendigo.
A nada debéis temer si camináis como os he dicho, sin saliros de la tradición y todo lo demás, hijos míos.
¡Que no os confundan, que algunos, estáis confundidos!
Dejaros llevar la tradición, no salgáis de ella y creer que mi Madre es la Corredentora.
Yo soy el Redentor, mi Madre la Corredentora ahora y por siempre.
Os bendigo, hijos míos, por el poder de Dios Padre, en su amor y su misericordia.
En el poder, en el amor y la misericordia de Dios Hijo, que es el que os está bendiciendo.

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