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jueves, 31 de enero de 2019

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

8 DICIEMBRE DE 2018



Nuestra Madre
Hijos míos, vuestra Madre Inmaculada se ha hecho presente en medio de vosotros. Llena de alegría y de gozo por tener a sus hijitos e hijitas junto a mí, hijos míos.
Gracias por haber acudido a mi llamada. 
¡Que alegría, que gozo siento en teneros junto a mí! Y el veros caminar juntos como una madre quiere de sus hijos. La unión.
Me regocijo en vosotros, hijos míos e hijas mías, preparar con la humildad y el amor vuestro corazón en estos días, que vuestro corazón se convierta en el pesebre calentito lleno de amor y de gozo para recibir a Jesús que viene a vuestros corazones para que no sienta todo el frío de los corazones helados como témpanos de hielo, hijos míos. 
Orar mucho por la conversión de los pobres pecadores. Ser ejemplo para todos, hijos míos. 
La oración va a acompañada del ejemplo. Si no dais ejemplo, las almas no volverán a Dios. Porque solamente con la oración, hijos míos, no es suficiente, si no con el ejemplo de vuestras vidas, de vuestra humildad y de vuestro amor, hijos míos. 
Quiero que en esta Nochebuena cuando venga mi divino Hijo, una vez más a los corazones, lo sintáis, sintáis su abrazo, sintáis su gozo y sintáis su alegría. En vuestros corazones, hijos míos. 
Reparar con la oración y con sacrificios el desamor de una mayor parte del género humanos, hijos míos. 
Que mi divino Niño, vuestro Jesús, se sienta de verdad acogido y querido, hijos míos.
Sacar las pajas que algunas tenéis en vuestros corazones porque habiendo pajas el Niño no puede estar en estos pesebres, porque en vez de calor, de gozo y calor recibe espinas, hijos míos. 
No seáis quisquillosos, aceptaros todos tal y como sois cada uno y cada una. 
Que veis el mal en el hermano, pero no veis el vuestro y muchas veces las que habláis, vuestras faltas son peores que la del hermano, hijos míos e hijas mías.
Y, mi Hijo y vuestra Madre tenemos compasión y misericordia de vosotros. Tenerlos con el hermano. Nadie es perfecto aquí en la tierra, solamente Dios. Recordarlo
Os bendigo con gracias, protecciones y bendiciones muy especiales que derramo sobre cada uno y en vuestros hogares para ayudaros a crecer en santidad y en amor, humildad, en fe, confianza y en esperanza. 
Y mi amor se derrama en vosotros quedando todos bendecidos con grandes gracias, protecciones y bendiciones para que crezcáis en santidad y en amor para que alcancéis todo de mi inmaculado corazón y para protegeros de todos vuestros enemigos y para la paz en vuestros hogares y en vuestras familias.
In nomine Patris et Filie et Spritu Sancti. 

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