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jueves, 5 de marzo de 2015

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

9 DE ENERO DE 2015



Jesús
Hijos mío, gracias os doy por haber dejado vuestros hogares y haber acudido a consolar al varón de dolores.
Mi paz y mi amor os traigo y la luz de vuestro Dios Padre, amigo, hermano, salvador y redentor par vosotros y vuestros hogares.
También vengo con el bálsamo que brota de cada llaga de mi cuerpo para curar vuestras heridas en este año nuevo que ha comenzado.
Vengo todo llagado por la ingratitud de los hombres.
La hora santa de esta noche me ha consolado y ha reparado a vuestro Jesús, varón de dolores.
Un año más que ha comenzado y un año menos para vosotros, como os he dicho antes en la hora santa, aquí en la tierra para llegar a gozar de mi eterna alegría, amor y misericordia en los cielos nuevos, los que lleguéis, en la tierra nueva, con la alegría de la eternidad junto a Mí en el cielo.
Se de todos vuestros dolores, problemas, situaciones, sufrimientos por los que estáis pasando unos más y otros menos.
Acudid siempre a vuestro Jesús, poneros en mi presencia.
Vaciar vuestras almas y vuestros corazones de todos vuestros dolores, angustias y dejarlos en mi Sagrado Corazón para que podáis poner alegría en vuestras vidas al poner vuestro Jesús el bálsamo en vuestras heridas que mi Preciosa Sangre.
No estar tristes, estar alegres y dejarlo todo en mi Sagrado Corazón con la completa seguridad y confianza de que os he escuchado y de que he cogido para Mí todos vuestros sufrimientos, por lo cual también estoy sufriendo, por lo cual también camino con la cruz, con lo cual también estoy flagelado.
Por lo cual una de las causas por las que fue abierto mi costado divino con la lanza que atravesó mi Sagrado Corazón era para fortaleceros en las pruebas, en el dolor, en las angustias.
Pero venir, venir a la llaga de mi costado y beber de ella.
¡Tanto os amo!
Pero tenéis que crecer más en confianza y dejaros abatir pro el desánimo ni la angustia.
Si me tenéis a Mí, el varón de los dolores que asumo los vuestros ¿por qué os venís abajo?, ¿cuántas veces, cuántas, me agacho a vosotros y os recojo del suelo? Todos desanimados por el dolor y desesperanzados.
¿cuántas veces os llevo en mis brazos para curaros? Daros la alegría de mis besos y el bálsamo de mi sangre a vuestros dolores. Porque Yo soy el buen samaritano, el que cargo con todos vosotros sin apenas o nada recibido.
Soy la luz que irradia vuestra vida, vuestro corazón, vuestras angustias, vuestro todo y que no os deja caer en el abismo de las tinieblas.
Pero tenéis que tener mas confianza, más fe porque si me tenéis a Mí, si creéis que me tenéis ¿porque os venís abajo?
Adorarme en la cuna de Belén y en la cruz en Jerusalén.
Coger la dulzura de vuestro Jesús, mis besos, mis lágrimas, mi amor, en vuestro Jesús niño y llevarlo todo a la cruz de vuestro Jesús hombre y salvador y redentor.
Posar vuestro labios en el cuerpecito de vuestro Jesús niño y posar vuestros labios en la llaga de mi costado.
Yo, vuestro Jesús, quise hacerme hombre en el vientre virginal de mi Madre y vuestra y nací en carne, alma y divinidad en un niño recién nacido, por amor a todos vosotros y el género humano y crecí como cualquier niño hasta hacerse adulto, hasta en ello me sometí, por amor a todos vosotros y subió a la cruz en la que fui crucificado y di mi vida por amor a todos vosotros y al género humano. En ella, os redimí, en ella os salvé y en ella todavía me encuentro crucificado por tantas almas que me quieren quitar de en medio.
Una vez más, os doy las gracias por haber acudido a reparar y desagraviar y consolar a vuestro Jesús y a todos os rocío con el bálsamo de mi Preciosa sangre. Al igual que a todos vuestros familiares y la luz queda en vuestro corazón y es llevada por los ángeles a vuestros hogares y a las almas que habitan esos hogares.
Y, la luz será llevada durante todo este año a las almas y hogares que me pidáis porque la luz soy Yo, Jesús, hombre y salvador.
El poder de mi Padre y vuestro desciende sobre vosotros.
El amor y la misericordia de vuestro Jesús desciende sobre vosotros que es el que os bendice.
Y el fuego de amor del Paráclito desciende sobre vosotros.
Y la bendición de Dios Padre, de Dios Hijo, que es el que os bendice y de Dios Espíritu Santo desciende sobre vuestros hogares y sobre vuestras familias.
Quedad en mi paz y en mi amor.

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