Vistas de página en total

martes, 3 de mayo de 2016

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
 
 22 MARZO DE 2016



Jesús
Hijos míos, vuestra Jesús crucificado junto a mi Madre y vuestra al pie de la cruz nos hemos hecho presentes en este cenáculo formado y dirigido por nuestros Sagrados e Inmaculados Corazones.
Mi paz os doy desde la cruz donde estoy clavado por amor a todo el género humano por ti, por ti, por ti, por ti, por ti, por ti, por todos, hijos míos.
Por todo me tendí en el madero sin ninguna protesta ardiendo en amor por dar la vida por vosotros y todo el género humano, sabiendo que para una multitud de almas, mi sangre, las bofetadas, la flagelación, el cargar con la cruz, las caídas, los clavos clavados en mis manos y en mis pies y mi muerte no les servirían porque ellos me negaría, porque ellos vivirían a su libre albedrío y me repudiarían, negarían conocerme e irían a los abismos.
¡Qué dolor para un Padre ver tanto desamor y tanto odio hacia Él!
Tengo sed mucha sed y, ¿qué recibí y recibo? Vinagre y hiel que queman mis labios, mi lengua, mi garganta y me producen un dolor atroz, porque mi boca , mi lengua, y garganta era una llaga.
¡Qué dolor tan cruento viví y cómo, la mayoría de los hombres en este tiempo en que vivís no entendieron ni entienden la sed que tengo!
Sed de ser amado por mis hijos; sed de ser consolado por mis hijos; sed de que vengan mis hijos a contarme sus alegrías, sus penas y sus sufrimientos y ¿que me encuentro?
Ultrajado al igual que mi Madre en muchas imágenes, pisoteado y vuelto a crucificar en tantas sagradas formas en las que estoy realmente vivo en cuerpo, alma y divinidad.
Pueblo mío, ¿por qué volvéis a flagelarme, a burlaros de MÍ?, ¿por qué desgarráis mi cuerpo?. ¿Porque me cargáis con la cruz, porque me lleváis otra vez a la crucifixión?
Pueblo mío, si todo lo he dado ¿que prueba de amor más grandes podéis pedirme?
Me ofrecí al Padre en rescate por cada uno de vosotros, os recaté del abismo de la cruz, en mi sangre os lavé, os purifique, blanquee vuestras vestiduras para presentaros al Padre y poder anhelar la vida eterna en Él.
Pueblo mío, ¿qué más me pedís? Si estoy a cada instante de vuestras vidas junto a vosotros.
Y en ¡cuántos aún de los que estáis aquí en el grupo, me gustaría que contarais conmigo en todo lo que hacéis, en todo lo que habláis estoy pendiente de cada uno de mis hijos pero os falta fe, confianza plena, hijos míos se hijas mías!
Recordad que en cada instante de vuestra vida, despiertos o dormidos, estoy junto a vosotras.
Madre, ¡Ahí tienes a tu hija! El pequeño y gran perfume de incienso que sube al Padre, nuestra rosa de Pasión.
Hija, ahí tienes a tu Madre. Sigue acudiendo a Ella con esa fuerza, esa fe y esa confianza que tienes que nada te impide estar en Nosotros y a donde te llevamos, hija mía.
Hijas e hijos, ahí tenéis a vuestra Madre.
Madre, aquí tienes a tus hijos y a tus hijas, estréchalos y estréchalas fuertemente en tu Inmaculado Corazón y vela por cada uno y cada una de ellos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario