MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
8 JULIO DE 2016
Nuestra Madre
Hijas mías, gracias os doy a todas las que habéis
venido atraídos por mi llamada y la llamada de mi Divino Hijo a esta Hora
Santa, con espíritu de amor, de fe y de sacrificio.
Gracias por ser piedras de amor donde mi Divino Hijo
ha puesto su cabeza, donde ha descansado, donde ha recibido el alivio y el amor
que el es negado en la gran mayoría de las almas, incluso en muchas de las
almas que se llaman suyas.
Gracias por haber sido las verónicas que en esta
noche habéis enjuagado su rostro de lágrimas de dolor por el desamor de los
hombres.
Gracias por haber sido cáliz en los cuales mi Divino
Hijo ha vertido su Preciosa Sangre y que en estos momentos es derramada por
cada uno de vosotras y sobre ti, hijo mío, sobre este hogar y sobre los hogares
de los presentes.
Y sobre todos vuestros familiares.
Sello de salvación, de protección, de curación, de
liberación y de santificación.
Y a las almas que estáis aquí, venidas solo por el
amor a mi Hijo, por el sacrificio que habéis hecho sin importaros lo que os
duela u os deje de doler, los problemas y demás, solamente por venir a estar
junto a Él y en ti, hijo mío, a enjuagar sus lágrimas, a darle vuestro amor, el
Padre os ha puesto a los que estáis aquí presentes y habéis venido de esta
forma que os he mencionado, un ángel del ejercito de San Miguel.
El os protegerá
y os cuidará en todos los momentos difíciles que os quedan por pasar.
Revestiros con las armas de la fe, de la humildad,
del amor y de la caridad.
Sacar de vuestras almas de vuestros corazones todo
mal pensamiento, todo orgullo y soberbia y revestiros del amor que mi Divino
Hijo os ha dejado en esta tarde y su Preciosa Sangre.
No ser malpensados, quitar todo lo que desagrade a
Dios de vuestras almas y vuestros corazones.
El poder de Dios nuestro Padre desciende sobre
vosotras y sobre ti, hijo mío.
El poder y la misericordia de Dios Hijo, mi Hijo,
vuestro Jesús salvador y redentor desciende sobre vosotras y sobre ti, hijo
mío.
El poder y el amor del Paráclito desciende sobre
vosotras y sobre ti, hijo mío.
Hijas mías, cuando estéis con mi Hijo y conmigo no
llenaros vuestros corazones de preocupaciones y si es tarde o temprano.
Dejaros llevar por mi Divino Hijo por vuestra Madre y
el Paráclito para sentir la gracia y el amor que se derrama en vosotros.
Con las preocupaciones de la hora y demás no podéis
sentirlo plenamente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Señorderrama tu preciosa sangre en el mundo entero
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