MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
29 JUNIO DE 2016
Alma del
Purgatorio
El Señor, nuestro Dios, nuestro Señor y salvador, así
lo ha querido y me ha puesto a tu lado para en su luz que es la que llevas tu
dentro y en su amor, la purificación se va acortando para poder salir hoy de
este maravilloso lugar porque es una gracia del Padre y por él tenemos que
darle las gracias porque en él nos purificamos y un día volamos a sus brazos y
podremos ver su rostro y estar en Él eternamente.
Tener cuidado, hacer caso a los consejos que os da la
Madre y a los consejos que os da nuestro Jesús hombre-salvador. Porque yo lo
que pido a Jesús y a la Madre es que no paséis las penas del purgatorio.
Y si la tenéis que pasar que sea un tiempo breve
porque es un estado de gracia pero también de sufrimiento según con lo que se
peque y con lo que se peque así son los sufrimientos.
En la tierra nos quejamos de los dolores, de las
enfermedades, de las situaciones, problemas, etc, por las que se pasa.
Pero en la tierra hay tiempos largos en los que se
puede respirar. En que los problemas desaparecen aunque vienen otras cosas, se
van enfermedades vienen otras, dolores que se suavizan y se hace todo
soportable pero aquí en el purgatorio no hay nada, no hay tregua en el
sufrimiento que nos tenemos merecido por haber ofendido a Dios hasta con un
gesto.
Sólo las misas que se dicen por las almas del
purgatorio, las veces que baja nuestra Madre bendita e Inmaculada, algunos
santos, las fiestas grandes en las que baja el Señor o la Santísima Virgen son
los momentos que tenemos de alivio.
Orar mucho por las almas que estamos aquí y que
necesitamos de vuestra oración, de vuestros sacrificios, de vuestras limosnas,
de vuestras misas para aliviar nuestro sufrimiento, para acortar nuestro
purgatorio. Y para estar cuanto antes en los brazos del Padre como el hijo
prodigo.
Más que las que nos purifican, el dolor más grande
que siente el alma en el purgatorio es el no ver a Dios, aunque sentimos su
presencia y el no haber amado en la tierra como se merece que se le da
solamente migajas.
Amar a Jesús por los que no le aman. No con palabras
bonitas consoláis a Jesús sino con obras, obras son amores.
La oración sin obras poco vale.
La oración con obras es un canto de amor a Dios, de
reparación, de alegría y de gozo que recibe nuestro Jesús hombre-salvador en
medio de tanto dolor y sufrimiento como recibe de los que le niegan, de los que
les desprecian, de los que le traicionan, de los que le conocen y se vuelven
contra Él y se encuentra solo, muy solo entre tanto desamor que recibe todo un
Dios que dio toda su vida por cada uno de nosotros.
Ser vosotras y vosotros las verónicas que enjuaguen
sus lágrimas. ¡Cuánto me arrepiento de no haberlo sido yo!
Tener siempre los brazos extendidos para acoger su
divina cabeza en ellos y darle todo el amor que le es negado y el descanso en
vuestro corazón.
Aliviar el dolor de todo un Dios que muere de dolor
constantemente por la ingratitud de los hombres.
¡Qué dolor más grande siente mi alma al no haberle
dado yo ese amor, al no haber sido yo ese pañuelo donde dejar nuestro Señor sus
lágrimas. Al no haber sido yo el descanso, el consuelo y la alegría de nuestro
Dios!
Cuando se llega aquí ya no se puede hacer nada sino
purificar y sufrir todo el dolor que le hemos producido. Vosotros y vosotras
todavía estáis a tiempo, no dejarle solo. Os lo ruego.
Amarle sobre todas las cosas y amar al prójimo como a
vosotros mismos.
Esa es la gran alegría, el gran gozo, el descanso y
la felicidad que le podéis dar a nuestro Dios, a nuestro Jesús.
Las almas cada que están más purificadas vamos
quedando como hielo sin serlo. La temperatura que vamos cogiendo no es la de la
tierra y vosotras nos percibís o con mucho calor porque estamos en medio de una
purificación o con mucho frío.
Cuando nos percibís con mucho frío es que estamos
terminando la purificación y la temperatura natural del cielo no es la de la
tierra.
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