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viernes, 18 de agosto de 2017

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

1 JULIO DE 2017



Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús coronado de espinas, vestido con los latigazos que me dieron, todo llagado. Mi rostro desfigurado de los golpes que en él recibí, de las caídas, de las bofetadas, de los salivazos.
Mis pies traspasados por los clavos, al igual que mis manos. Me he hecho presente en medio de vosotros junto a mi Madre bajo la advocación de la Preciosa Sangre.
Desgarrado su corazón por tanta abominación y pecado como hay en España, en Madrid y en el mundo entero.
La sangre que brota de su inmaculado Corazón, al igual que la sangre que está derramando son vertidas en el cáliz que lleva en su mano mezclándose con mi Preciosa Sangre, hijos míos.
Ella, en estos momentos, está recogiendo toda la sangre que vuestra Jesús está derramando.
Gracias os doy por haber acudido a nuestra llamada. 
Tal abominación que se está dando en este país, tierra de mi Madre de mi Sagrado Corazón, claman la venganza y la ira del Padre.
Esto es Babilonia, Sodoma y Gomorra, hijos míos.
La depravación ha llegado al límite y los hombres sabrán bien mi justicia.
Soy el Cordero, pero también el León.
El cordero significa la misericordia y el león, mi justicia, que está cayendo ya sobre la tierra, hijos míos.
Apenas hay ya amor en el mundo, solamente libertinaje, hijos míos, crímenes, ladrones y sectas. Y toda clase de libertinajes.
Mirar que os digo, se están cometiendo grandes pecados contra el Espíritu Santo y esos pecados no van a ser perdonados. Ellos mismos se están buscando su condena.
¡Cuánto sacrilegio, cuánta profanación se está dando contra mi Jesús y mi Madre!
Ya no hay vuelta atrás para el hombre, ni retroceso. Todo lo anunciado y profetizado se está cumpliendo y se va a cumplir.
El hombre no vuelve a Dios por más que le llamo sólo recibo bofetadas y latigazos, desprecio y toda clase de insultos, hijos míos.
¡Basta ya, humanidad perversa!
Estáis comiendo lo que habéis sembrado, vuestra propia condenación.
Ni siquiera mi Iglesia se pronuncia contra tanta abominación y el gobierno al que muchos de vosotros creéis uno de los mejores, está corrompido.
Basta ya, abrir los ojos y serme fieles en todo. Incluso en los gobernantes que se presentan para gobernar vuestro país, no hay ninguno que me ponga en el centro de su gobierno.
¡Cuántas veces os he oído decir que por muy justo que sea un partido, al ser poco conocido no se le puede votar porque esos votos se pierden!
También estaba todo perdido para el hombre cuando me vio en la cruz y ello fue el principio.
¡No ser ingenuos, hijos míos, despertad y no volver a votar más a este partido impío, hijos míos!
Serme fieles en todo, si me sois fieles en todo, Yo haré triunfar mi nombre en España y en toda la tierra.
¡Ay, mi Iglesia que pena me da, que lacerado tiene mi cuerpo!
Calla, no se pronuncia. Y cuando estén ante Mí, Yo callaré ante mi Padre.
El hombre se ha acostumbrado al mal y todo lo ve normal y no es así, hijos míos.
El mal trae destrucción y condenación.
Orar mucho por los pastores de mi Iglesia para que despierten, que están dormidos y poneros siempre al lado de las almas consagradas justas y que no se salgan de la tradición.
Pronto tendréis que decidir, muy pronto, hijos míos.
Pedir luz al Espíritu Santo para que en esos momentos os pongáis al lado del bien, de los sacerdotes y cardenales buenos y justos, aunque sean minoría, hijos míos.
Todo es corrupto, sólo Yo puedo salvar esto, pero necesito de vuestra fidelidad en todo, de vuestras oraciones y sacrificios.
Hoy os pido que cada vez que recéis pidáis de corazón que venga ya a rescataros de las fosas de la muerte. De tanto dolor y sufrimiento como el hombre va a pasar, hijos míos, pedir mi segunda venida. Pero pedirla de corazón para que pueda limpiar esta tierra de tanto mal y de tanto pecado y surja en ella la tierra nueva y los cielos nuevos que os ha sido prometida, hijos míos.





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