MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
28 JUNIO DE 2017
Nuestra Madre
Gracias por haber venido para darme un poco de
vuestro calor y de vuestro amor a tanta depravación, tanto dolor y sufrimiento
como está recibiendo mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de mi divino
Hijo.
Ese aire que empezó ayer y que sigue es la ira de
Dios Padre contra los impíos.
Estoy implorando ante él y ante mi Divino hijo para
detener la sangre que si no fuera así sería derramada en estos días. Sobre todo,
el fin de semana en Madrid, por tanta depravación, tanto dolor y sufrimiento
como nos están causando.
Madrid se ha convertido en Sodoma y Gomorra.
Mi Hijo está hecho una llaga y yo, al pie de la cruz,
recogiendo su dolor y su sangre, y el Padre no puede más.
Porque ahí todos son culpables, todos. Tanto los que
son como los que no son y van porque con ello están aprobando esa abominación,
hijos míos.
Hacer la cruz a vuestros hijos en la frente cuando
salgan porque ya más abominación no se puede dar. Hombres con hombres y mujeres
con mujeres. Muchos marcharán desnudos y desnudas y blasfemarán contra el
nombre de Cristo.
Las tinieblas invaden toda España y toda la tierra.
Y sólo las pequeñas lucecitas de las almas de oración
y de los grupos son las que están alumbrando estas tinieblas y por las que el
Padre todavía ha tenido misericordia. Porque el brazo del Padre va bajando, va bajando
hasta que baje definitivamente del todo.
Y según va bajando la purificación se va
intensificando, hijos míos.
Vosotros ser fieles a la manifestación de mi Hijo,
del Padre, del Paráclito y de vuestra Madre, los Sagrados Corazones. No correr
a otras pues todo lo tenéis en ellas.
Ser fieles a las oraciones que os hemos dado y
pedirme que la purificación se suavice en España, hijos míos. Porque si no
pocas almas quedarán con vida en la tierra.
Ser fieles al grupo. Amaros unos a otros y cumplir la
ley que son los mandamientos y dejaros llevar por el Evangelio y recibir los
sacramentos, hijos míos.
Y alimentaros por el cuerpo y la sangre de mi Divino
Hijo.
Tenéis miedo cuando habéis votado a los impíos porque
este gobierno es impío como ya se os dijo anteriormente, hijos míos. Ser fieles
con vuestra conciencia con Dios a los partidos o partido que sea fiel a Cristo
y no os importe que salga o que no salga porque si sois fieles también en ello,
salga o no salga, Dios intervendrá, hijos míos. Pero así, le atáis las manos
porque estáis votando a almas que no defienden a Dios, a almas que con su
silencio aprueban toda la depravación que hay en España, hijos míos.
Solamente quieren el poder para enriquecerse y que no
les falte el pan y la comodidad todos los días de su vida y los pobres
españoles, una gran mayoría, se están muriendo de hambre, hijos míos.
Ser consecuentes con vuestros votos y no os importe
si va a salir o no va a salir y ser fieles a Dios, hijos míos. Y él responderá
por vosotros.
Él saldrá en vuestra defensa porque también, hijos
míos, creyó el hombre que cuando mi divino Hijo fue crucificado, colgado de un
madero y muerto en él, todo había terminado y en ese momento empezó todo.
Hijos míos, para Dios no hay nada imposible.
David venció a Goliat pues vosotros vencerlo con la
fidelidad, hijos míos.
Quedad en mi paz y en mi amor que es la paz y el amor
de mi Divino Hijo.
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