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viernes, 4 de agosto de 2017

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

28 JUNIO DE 2017



Nuestra Madre
Gracias por haber venido para darme un poco de vuestro calor y de vuestro amor a tanta depravación, tanto dolor y sufrimiento como está recibiendo mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de mi divino Hijo.
Ese aire que empezó ayer y que sigue es la ira de Dios Padre contra los impíos.
Estoy implorando ante él y ante mi Divino hijo para detener la sangre que si no fuera así sería derramada en estos días. Sobre todo, el fin de semana en Madrid, por tanta depravación, tanto dolor y sufrimiento como nos están causando.
Madrid se ha convertido en Sodoma y Gomorra. 
Mi Hijo está hecho una llaga y yo, al pie de la cruz, recogiendo su dolor y su sangre, y el Padre no puede más.
Porque ahí todos son culpables, todos. Tanto los que son como los que no son y van porque con ello están aprobando esa abominación, hijos míos.
Hacer la cruz a vuestros hijos en la frente cuando salgan porque ya más abominación no se puede dar. Hombres con hombres y mujeres con mujeres. Muchos marcharán desnudos y desnudas y blasfemarán contra el nombre de Cristo.
Las tinieblas invaden toda España y toda la tierra.
Y sólo las pequeñas lucecitas de las almas de oración y de los grupos son las que están alumbrando estas tinieblas y por las que el Padre todavía ha tenido misericordia. Porque el brazo del Padre va bajando, va bajando hasta que baje definitivamente del todo.
Y según va bajando la purificación se va intensificando, hijos míos.
Vosotros ser fieles a la manifestación de mi Hijo, del Padre, del Paráclito y de vuestra Madre, los Sagrados Corazones. No correr a otras pues todo lo tenéis en ellas.
Ser fieles a las oraciones que os hemos dado y pedirme que la purificación se suavice en España, hijos míos. Porque si no pocas almas quedarán con vida en la tierra. 
Ser fieles al grupo. Amaros unos a otros y cumplir la ley que son los mandamientos y dejaros llevar por el Evangelio y recibir los sacramentos, hijos míos.    
Y alimentaros por el cuerpo y la sangre de mi Divino Hijo.
Tenéis miedo cuando habéis votado a los impíos porque este gobierno es impío como ya se os dijo anteriormente, hijos míos. Ser fieles con vuestra conciencia con Dios a los partidos o partido que sea fiel a Cristo y no os importe que salga o que no salga porque si sois fieles también en ello, salga o no salga, Dios intervendrá, hijos míos. Pero así, le atáis las manos porque estáis votando a almas que no defienden a Dios, a almas que con su silencio aprueban toda la depravación que hay en España, hijos míos.
Solamente quieren el poder para enriquecerse y que no les falte el pan y la comodidad todos los días de su vida y los pobres españoles, una gran mayoría, se están muriendo de hambre, hijos míos.
Ser consecuentes con vuestros votos y no os importe si va a salir o no va a salir y ser fieles a Dios, hijos míos. Y él responderá por vosotros.
Él saldrá en vuestra defensa porque también, hijos míos, creyó el hombre que cuando mi divino Hijo fue crucificado, colgado de un madero y muerto en él, todo había terminado y en ese momento empezó todo.
Hijos míos, para Dios no hay nada imposible.
David venció a Goliat pues vosotros vencerlo con la fidelidad, hijos míos.
Quedad en mi paz y en mi amor que es la paz y el amor de mi Divino Hijo. 

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