MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
27 SEPTIEMBRE DE 2017
Espíritu Santo
Hijos míos, el Paráclito con la Inmaculada nos hemos
hecho presentes en esta tarde, en este grupo dirigido y formado por los
corazones de Jesús y de María.
Os hemos querido hablar en esta tarde a través de
vuestro santo patrón, Santiago.
Porque una gran parte del pecado de esta España, tan
querida y amada, de los corazones de Jesús y de María, la tienen las almas
consagradas.
Unos por cobardes, otros porque han perdido la fe y
otros por jugar a creerse Dios.
Y quitar de las Escrituras lo que les conviene a ellos.
Han envenenado las almas de muchos fieles, aunque
también es verdad, que la gran mayoría prefieren a estos sacerdotes, almas
consagradas, que les dan la libertad de hacer lo que les viene en gana.
No creyendo ni en el purgatorio ni en el infierno y
creyendo que sus almas están salvadas.
¡Ay, almas y pastores necios!
En el cielo no entra un alma, fijaros lo que os digo:
En el cielo no entra ningún alma, aunque solamente tenga una gota de polvo.
Al cielo entran las almas que han purificado sus
vestiduras en la sangre del Cordero, aquí abajo, si han sido muy santos, muy
santos.
Y en verdad os digo, que algunos santos han pasado
por el purgatorio.
El tiempo que han estado en el purgatorio, unos han
sido más y otros menos, no ha sido un purgatorio doloroso, pero ahí han estado.
Y en verdad os digo, que muchas almas caen
diariamente al infierno.
Y vosotros rezar por vuestros familiares, que algunos
pensáis que los tenéis en el cielo y están sufriendo purgatorio.
Un alma que ha hecho mucho mal en la tierra necesita
de muchísimas misas y oraciones para blanquear sus almas y más si en este mundo
no ha creído en Dios y se ha salvado estas almas por las oraciones y
sacrificios, teniendo misericordia Jesús por la intercesión de María.
Y de las almas que han rezado por ellas, hijos míos.
Pero fijaros, hijos míos, si hasta niños de cuatro
años, caen en el purgatorio con menos pecados que un adulto y pretendéis que un
alma que ha pasado toda su vida sin Dios, viviendo a su libre albedrío, ¿va a
alcanzar enseguida el cielo?
Orar mucho por vuestros familiares difuntos. Creáis o
no creáis que están en el cielo, vuestra obligación es orar por ellos y por
todas las almas del purgatorio, agonizantes y almas del limbo.
Prepararos para todos los eventos de la naturaleza y
del hombre.
La naturaleza ruge contra el hombre por haberse
olvidado de Dios, hijos míos.
Grandes acontecimientos se avecinan, llegados por la
naturaleza y por el hombre.
Yo os cubro en mi manto.
Os cubro para estos tiempos en mi manto y os adentro
en el fuego de mi amor, que es mi corazón.
En el poder de Dios Padre, y su amor infinito y
misericordioso.
En el amor y misericordia de Dios Hijo.
Y en el amor y en el fuego del Paráclito que es Él
que os está dirigiendo y hablando en esta tarde.
Quedad en paz, en la paz del Dios Trino y en nuestro
amor.
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