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domingo, 20 de julio de 2014

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES


24 DE MAYO DE 2014



La Virgen
Vuestra Madre está con los brazos abiertos, al igual que mi Divino Hijo estamos deseando derramar nuestras gracias en abundancia.
Pedir y se os concederá, no os deprimáis que soy vuestra Madre y una madre ¿que no da a sus hijos, hijos míos e hijas mías?.
Mi Inmaculado Corazón junto con Jesús Eucaristía, mi Divino Hijo derrotaremos el mal de la tierra. Somos las dos columnas que destruirán el mal, pero necesitamos muchos focos de luz para ir disipando tanta tiniebla que invade esta tierra y esta España.
Ser focos de oración, de caridad, de mansedumbre, de humildad , de amor y de misericordia.
Ser focos de esperanza, de confianza y de fe.
Quiero el grupo de verdaderos apóstoles de Cristo, os quiero íntegros, bravos soldados en la legión de San Miguel, a sus ordenes y a la mía.
Recordar que os dije hace mucho, mucho que los Sagrados Corazones eran parte del carcañar de vuestra Madre, erais apóstoles de los últimos tiempos.
Pero no todo el que llega lo es, sino aquel que es humilde, sumiso a nuestras palabras, a nuestros consejos, enseñanzas, y las pone en obra.
Sois parte de las dos columnas que Juan Bosco vio en el sueño. La barca de la Inmaculada y la barca del Santísimo Sacramento, Jesús Eucaristía. Y en esas barcas, hijos míos, regidas por nosotros, guiadas por nosotros y puestas al mando del Santo Padre.
Esas dos barcas son la Iglesia, en esas dos barcas van los vencedores con Jesús y María hasta el fin. En esas dos barcas vais vosotras y vosotros, solamente quiero que no salgáis de ellas porque en ellas solo navegan los que cumplen la voluntad de Dios, los que se rigen por Él y ponen su palabra por obra.
En el sueño San Juan Bosco os vio a vosotros.
Quiero que no hagáis de menos a ninguno de vuestros hermanos, ser con todos iguales, hacerlo por vuestro Jesús y por vuestra Madre.
Orar mucho por el Santo Padre.
Orar por la Iglesia, entre tantas almas consagradas, obispos cardenales, vicarios, etc, pocos son los que se conservan íntegros a su vocación y aman de verdad, de corazón a Jesús y a María.
Y ellos, estas almas están labrando su morada en el infierno por hacer la vida imposible a sus hermanos, por ser falsos y dar una cara y ser otra.
Y mi Divino Hijo, estas almas las vomita de su boca
Han perdido la fe, han perdido el amor a Jesús y a su Madre, apenas creen en nada y muchos han entrado a ser consagrados, una mayoría, sin vocación, para tener una vida más fácil.
Hijos míos, no quiero que habléis mal de ellos, rezar por ellos pues con el amor, la misericordia y la oración podemos todavía llevar a muchos a ser buenos pastores.

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