MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
24 DE MAYO DE 2014
La Virgen
Vuestra Madre está con los
brazos abiertos, al igual que mi Divino Hijo estamos deseando derramar nuestras
gracias en abundancia.
Pedir y se os concederá,
no os deprimáis que soy vuestra Madre y una madre ¿que no da a sus hijos, hijos
míos e hijas mías?.
Mi Inmaculado Corazón
junto con Jesús Eucaristía, mi Divino Hijo derrotaremos el mal de la tierra.
Somos las dos columnas que destruirán el mal, pero necesitamos muchos focos de
luz para ir disipando tanta tiniebla que invade esta tierra y esta España.
Ser focos de oración, de
caridad, de mansedumbre, de humildad , de amor y de misericordia.
Ser focos de esperanza, de
confianza y de fe.
Quiero el grupo de
verdaderos apóstoles de Cristo, os quiero íntegros, bravos soldados en la legión
de San Miguel, a sus ordenes y a la mía.
Recordar que os dije hace
mucho, mucho que los Sagrados Corazones eran parte del carcañar de vuestra
Madre, erais apóstoles de los últimos tiempos.
Pero no todo el que llega
lo es, sino aquel que es humilde, sumiso a nuestras palabras, a nuestros
consejos, enseñanzas, y las pone en obra.
Sois parte de las dos
columnas que Juan Bosco vio en el sueño. La barca de la Inmaculada y la barca
del Santísimo Sacramento, Jesús Eucaristía. Y en esas barcas, hijos míos,
regidas por nosotros, guiadas por nosotros y puestas al mando del Santo Padre.
Esas dos barcas son la
Iglesia, en esas dos barcas van los vencedores con Jesús y María hasta el fin.
En esas dos barcas vais vosotras y vosotros, solamente quiero que no salgáis de
ellas porque en ellas solo navegan los que cumplen la voluntad de Dios, los que
se rigen por Él y ponen su palabra por obra.
En el sueño San Juan Bosco
os vio a vosotros.
Quiero que no hagáis de
menos a ninguno de vuestros hermanos, ser con todos iguales, hacerlo por
vuestro Jesús y por vuestra Madre.
Orar mucho por el Santo
Padre.
Orar por la Iglesia, entre
tantas almas consagradas, obispos cardenales, vicarios, etc, pocos son los que
se conservan íntegros a su vocación y aman de verdad, de corazón a Jesús y a
María.
Y ellos, estas almas están
labrando su morada en el infierno por hacer la vida imposible a sus hermanos,
por ser falsos y dar una cara y ser otra.
Y mi Divino Hijo, estas
almas las vomita de su boca
Han perdido la fe, han
perdido el amor a Jesús y a su Madre, apenas creen en nada y muchos han entrado
a ser consagrados, una mayoría, sin vocación, para tener una vida más fácil.
Hijos míos, no quiero que
habléis mal de ellos, rezar por ellos pues con el amor, la misericordia y la
oración podemos todavía llevar a muchos a ser buenos pastores.
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