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martes, 8 de mayo de 2018

MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN 
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES

17 ABRIL DE 2018



Nuestra Madre
Hijos míos, ¿cuántas veces os he dicho que no hagáis caso, sino que os mantengáis en la tradición de la Iglesia, en las enseñanzas y tradición de vuestros padres?
No saliros de la tradición, la Biblia y los Evangelios, tal y como están escritos. 
Que algunos hombres son iluminados por el Espíritu Santo, la tercera persona la Santísima Trinidad. Pero otros no y lo que ellos entienden escriben y de esta forma enseñan, confundiendo a los hombres. 
Hijos míos, ser fuertes porque vais a oír de todo, pero manteneros firmes en la fe, en el amor, en la tradición de la iglesia de vuestros padres y en la oración, hijos míos.
No hacer caso y orar para que también a estas almas consagradas el Espíritu Santo les dé el don de la sabiduría y del entendimiento y les quite la venda de los ojos. Porque están ciegos, hijos míos. 
Y ahora, seguir con la oración para reparar mis dolores y mis lágrimas que también son derramadas por estas almas que confunden creyéndose sabias y creyendo que lo saben todo y lo que hacen es confundir a los fieles, hijos míos. 
Porque no es verdad lo que se dice. También mis lágrimas y mis dolores son por ellos. Como la deformación, el dolor, la sangre derramada por mi divino Hijo, vuestro Jesús en su divino rostro. Son bofetadas, golpes que recibe de sus almas queridas que confunden con creerse ellos en la verdad a los fieles y difaman a los que verdaderamente están dentro de la iglesia, dentro de la tradición y llevan el Evangelio, las escrituras y los mandamientos tal y como están escritos.
El tiempo fuerte de la purificación ha empezado. Poco a poco vais a ver todo lo que os hemos venido anunciando y algunos acontecimientos se darán unos detrás de otros.
Pero manteneros fuertes en la fe, en el amor, en la confianza, en la caridad a través de la oración, a través del santo rosario, a través de las visitas a mi Hijo en el sagrario y la santa misa.
El último tiempo de los últimos tiempos ha llegado 
Y la guerra está a punto de empezar y no echéis la culpa a Dios. La culpa la tiene el hombre, hijos míos
Ante el crucifico pedir perdón de vuestros pecados para que mi Hijo os perdone a través de mi Inmaculado corazón y la oración de esta forma es bien hecha, hijos míos.
A continuación, cuando podáis iréis a recibir el perdón de mi Hijo a través del sacramento de la penitencia. 
¡No desanimaros, hijos míos, en vuestras caídas, levantaros que yo os ayudo!
Pedir perdón y seguir caminando en las huellas ensangrentadas de mi divino Hijo y en las lágrimas de sangre y de agua de vuestra Madre Inmaculada. 
¡Animo, nuestros corazones os aman infinitamente y os llevamos dentro!
Sabemos que sois imperfectos y que no lo podéis sin nuestra ayuda. Por ello, no desanimaros, levantaros pidiendo perdón a través de mi Inmaculado Corazón doloroso y mi divino Hijo os perdona y luego en el sacramento de la penitencia. Allí mi divino Hijo os espera en el alma consagrada que esté en el confesionario. 
¡Animo, no perdáis nunca la fe, la confianza y la esperanza!
Orar mucho por vosotros para que cada día seáis mejor y pedirlo con verdadero amor, sentimiento y fe. 
Por vuestros familiares y por la conversión de todos los pobres pecadores. 
Vuestros familiares están junto a vosotros en mí y en el corazón de mi Hijo, pero no tenéis que cesar de orar por ellos.
¡Alegraos y regocijaos que mi Hijo vienen entre las nubes al son de trompetas traído por los ángeles para recibir a todos los hombres que han puesto todo de su parte para hacer su santa voluntad!
Animaos el tiempo está muy cerca, hijos míos. Pronto estaréis en los cielos nuevos y en la tierra nueva.
Os bendigo con estas gran bendiciones, protecciones y gracias, hijos míos.
En el poder y en el amor de Dios Padre.
En el poder y misericordia del Hijo, mi divino Hijo.
En el poder y en el amor del Paráclito y en la llama de amor de mi inmaculado corazón 
Ir en paz y gracias por haber consolado el corazón desgarrado de vuestra Madre y la santa faz de mi divino Hijo, vuestro Jesús, hombre y salvador. 

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