MENSAJE PARA EL GRUPO DE ORACIÓN
SAGRADOS E INMACULADOS CORAZONES
21 DE JULIO DE 2015
Jesús
Hijos míos, vuestro Jesús
crucificado se ha hecho presente junto con mi Madre y vuestra al pie de la
cruz.
Mira, hija mía.
Rosa
Viene un
soldado con un clavo grande, le coge la mano derecha, le pone la punta del
clavo en la muñeca, con el martillo empieza a clavar la mano en la cruz. El
señor intenta no moverse mucho por no causar dolor a su Madre.
Veo ahora
al soldado pasar a la mano izquierda, tira del brazo para llevarle al agujero
donde esta el clavo y el hombro del Señor cruje, el hombro del Señor ha sido
dislocado. Se me ha olvidado deciros que tiene las manos atadas con cuerdas.
Otra vez
veo el clavo en la muñeca ¡ay, que dolor! empieza a pegarle fuerte al clavo, es
clavado en la otra muñeca.
Ahora veo
al Señor todo chorreando sangre no hace fuerzas ni espamos, todas las llagas
que tenia cerradas han sido abiertas, las muñecas empapadas, sale la sangre a
borbotones de ellas.
Veo al
Señor como pone los pies en el tablero y veo como un soldado empieza a taladrar
el pie derecho.
Veo como
cogen el otro lo ponen a la misma par que el derecho y empiezan a clavárselo
también, rompen tendones, venas.
¡Que dolor
más horrible! todos los músculos y venas
se le quedan al Señor agarrotados, está hecho un calambre.
El Señor
quiere disimular el dolor pero no puede. El rostro lo tiene todo desfigurado de
tanto dolor.
Jesús
Si, hijos
míos. Fui clavado en la cruz por amor a cada uno de vosotros y de vosotras y de
toda la humanidad y ¿como me lo pagáis y me lo pagan?
Unos con
aberraciones, otros con ingratitudes, otros con incredulidad y vosotros con
falta de confianza. ¿porque no confiáis más en Mí, hijos míos e hijas mías?, ¿porque
no lo dejáis todo en mi Sagrado Corazón?
que Yo os lo iré dando en su tiempo y en su momento, ¡pero no! Vosotros
me pedís con exigencia ya y no dejáis actuar a vuestro Jesús y queréis que haga
Yo vuestra voluntad. Pero no vosotros y vosotras la mía y me tenéis que dejar
libre para poder actuar en vuestros problemas. Esa impaciencia, ese Ya es falta
de confianza.
¡Cuántas veces
os hemos dicho que os preocupéis de mis cosas que Yo me preocupo de las
vuestras!
Y cuando
llega el dolor, cuando llega el sufrimiento, sea cual sea, perdéis esa
confianza que decís tener en Mí y me pedís angustiados, me pedís con exigencia
YA y no me dejáis actuar libremente en vuestros problemas, necesidades y
enfermedades.
Mirar a
vuestro Jesús crucificado, mirar la cruz, mirar el árbol de la cruz y junto a
mi Madre, a San juan y a las Marías agarraros bien a la cruz que en ella está
la salvación y ser almas reparadoras de corazón, no de palabra que algunas decís
“bla bla, bla, bla” y a la hora de la verdad todo se os hace grande, la cruz
muy pesada porque no confiáis plenamente en Mí, hijos míos.
Si a los
animalillos de los bosques, de los campos, no les falta su sustento, ni a las florecillas,
¿como os voy a dejar Yo que os falte los
necesario? Aunque algunas veces os tengáis que ayudar unos a otros, porque todo
lo que tenéis no es vuestro porque Yo os lo he dado, por lo tanto es mío.
Hijos míos
e hijas mías, ser almas muy humildes, ser almas llenas de amor, de caridad, de
confianza, de esperanza, de fe y dejaros llevar por la cruz, dejaros llevar por
vuestro Jesús crucificado en ella. Y en esta cruz tenéis que estar crucificados
todos y todas junto a Mí.
Si no
estáis crucificados y no sois crucificados en ella no habrá resurrección.
Ser con mi
Madre almas corredentoras, almas reparadoras, almas que me traigáis a otras
almas, hermanos y hermanas vuestras, que por ellos también di mi vida, por
ellos también me tendí en la cruz y por ellos también derramé hasta la última
gota de mi sangre.
Y a todos y
a todas os quiero conmigo, pero mira, hija mía, un precipicio muy grande, muy
grande.
Mira
cuantos caen en las profundidades del infierno porque no hay almas que recen
por ellas.
Mira todas
estas almas que han quedado al borde, que son cogidas por los ángeles son todas
que se van a salvar esta tarde gracias a la reparación a la Santa Faz y a los
dolores de mi Madre.
Orar mucho
por la conversión de los pecadores, en especial, por los más empedernidos. Los
que más me odian y los que me quieren quietar del centro de España y de los
hogares y del mundo entero. Ellos también son mis hijos y también los amo.
Orar por
ellos que como Padre que soy los quiero todos junto a Mí. Y no quiero la
perdición de ninguno de ellos.
En vez de
criticar, bendecirlos y orar por todos ellos que Yo os prometo que si lo hacéis
así, muchos se salvaran y con su salvación ganáis la vuestra y la de vuestros
familiares, hijos míos e hijas mías.
Y ahora,
hija mía, vete poco a poco inclinándote.
Bebe del
cáliz de la amargura para reparar los dolores de mi Madre, mi Santa Faz y el
Sagrado Corazón dolorido y traspasado por el desamor de los hombres.
Regiros por
los mandamientos, por los Evangelios y por mi palabra y la de mi Madre que os
damos en el grupo que no es otra que el Evangelio.
No seáis
ingratos ni ingratas y reparar a vuestro Jesús y a vuestra Madre y salvar
muchas almas, almas reparadoras.
Y para
daros más fuerza os pongo a cada una a santa Gema para que ella os ayude y os
de fuerza para agarraros bien a la cruz y aceptar todo lo que venga de ella.
Que todo lo que viene de Dios no es malo, hijos míos e hijas mías y se puede
llevar con amor porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
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